Cafe literario.¿POR QUE LE CRECIERON LAS OREJAS A JUAN CONEJO?

            ¿POR QUE LE CRECIERON LAS OREJAS A JUAN CONEJO?

NARRADOR: Cuando se paraba de espaldas al sol, el conejo veía su sombra y no se sentía conforme. ¿Cómo era posible que él, precisamente él, fuera tan pequeño? Si el gran Señor lo había  hecho tan listo, justo era que su tamaño estuviera de acuerdo con su inteligencia. Entonces el conejo dijo:

CONEJO: “Voy a ir a reclamarle al Gran señor”.

NARRADOR: Fue hasta la casa del Gran Señor; allí lo recibió uno de sus ayudantes 

AYUDANTE: ¿Qué quieres, Juan Conejo?

CONEJO:  Vine a pedir a Nuestro Gran Señor que me haga más grande; no estoy conforme con mi tamaño. Quiero  ser más grande.

AYUDANTE: Espérate. Voy a avisarle, a ver que dispone él.        

NARRADOR: El ayudante fue con el Gran Señor y le contó que Juan Conejo estaba inconforme. __Quiere que lo agrandemos, Señor, ¿Qué hacemos?

GRAN SEÑOR: ¡Uy, no!, Juan es muy travieso. Si así de chiquito es muy latoso, imagínate que fin tendrá si lo hacemos grande. Que así se quede.

AYUDANTE:  __Pero se queja mucho, ¿Por qué no le ponemos una condición muy difícil? Si la cumple, lo agrandamos; si no así lo dejamos.

GRAN SEÑOR: Me parece bien.

NARRADOR: Hicieron entrar a Juan. Se presentó ante el Gran Señor y le reclamó:

CONEJO: __Me hiciste  muy chiquito. Quiero ser grande para que los demás animales me respeten.

GRAN SEÑOR: __Tienes razón. Te voy a poner una condición: debes traerme noventa pieles de mono para mañana. Si las traes, te hago grande.

CONEJO: Está bueno.

NARRADOR: Le pusieron esa condición creyendo que nunca la cumpliría. ¡Cuando iba a poder, si él andaba por el suelo y los monos arriba, columpiándose en los árboles!. Además, él era muy chico. No, seguro que no iba a poder.  Juan Conejo salió de la casa del  Gran Señor; se fue camine y camine en busca de los monos . Llegó a un jacal abandonado y vio un costal de yute. El conejo dijo:

CONEJO: “Eso me va  a servir”

NARRADOR: Siguió anda que te anda y llegó a una casita junto a una milpa, Allí vio una lata vieja.

CONEJO: “También me va a servir” 

NARRADOR: Metió la lata en el costal y siguió su camino. Pasó por un platanar y cortó varias pencas de plátanos maduros. Las echó a su costal. Se dirigió entonces al monte donde vivían los monos. Se sentó. Sacó la lata y comenzó a tocar: Los monos se asomaron, son curiosos. Se juntaron muchos, los monos bajaron de los árboles y se acercaron. El conejo seguía tocando. Les enseño a los monos los plátanos y les dijo:

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