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Canto A Bolivar

Mafalda9431 de Enero de 2014

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Literatura

- Canto a Bolívar por José Joaquín de Olmedo

La Victoria de Junín

Canto a Bolívar

El trueno horrendo que en fragor revienta1.

y sordo retumbando se dilata

por la inflamada esfera,

al Dios anuncia que en el cielo impera.

Y el rayo que en Junín rompe y ahuyenta 1.

la hispana muchedumbre

que, más feroz que nunca, amenazaba,

a sangre y fuego, eterna servidumbre,

y el canto de victoria5.

que en ecos mil discurre, ensordeciendo

el hondo valle y enriscada cumbre,

proclaman a Bolívar en la tierra

árbitro de la paz y de la guerra.

Las soberbias pirámides que al cielo1.

el arte humano osado levantaba

para hablar a los siglos y naciones

–templos do esclavas manos

deificaban en pompa a sus tiranos–,5.

ludibrio son del tiempo, que con su ala

débil, las toca y las derriba al suelo,

después que en fácil juego el fugaz viento

borró sus mentirosas inscripciones;

y bajo los escombros, confundido10.

entre la sombra del eterno olvido

–¡oh de ambición y de miseria ejemplo!–

el sacerdote yace, el dios y el templo.

Mas los sublimes montes, cuya frente

a la región etérea se levanta,15.

que ven las tempestades a su planta

brillar, rugir, romperse, disiparse,

los Andes, las enormes, estupendas

moles sentadas sobre bases de oro,

la tierra con su peso equilibrando,20.

jamás se moverán. Ellos, burlando

de ajena envidia y del protervo tiempo

la furia y el poder, serán eternos

de libertad y de victoria heraldos,

que con eco profundo,25.

a la postrema edad dirán del mundo:

"Nosotros vimos de Junín el campo,

vimos que al desplegarse

del Perú y de Colombia las banderas,

se turban las legiones altaneras,4.

huye el fiero español despavorido,

o pide paz rendido.

Venció Bolívar, el Perú fue libre,

y en triunfal pompa Libertad sagrada

en el templo del Sol fue colocada."9.

Quién me dará templar el voraz fuego

en que ardo todo yo? Trémula, incierta,

torpe la mano va sobre la lira

dando discorde son. Quién me liberta4.

del dios que me fatiga...?

Siento unas veces la rebelde Musa,1.

cual bacante en furor, vagar incierta

por medio de las plazas bulliciosas,

o sola por las selvas silenciosas,

o las risueñas playas5.

que manso lame el caudaloso Guayas;

otras el vuelo arrebatada tiende

sobre los montes, y de allí desciende

al campo de Junín, y ardiendo en ira,

los numerosos escuadrones mira,10.

que el odiado pendón de España arbolan,

y en cristado morrión y peto armada,

cual amazona fiera,

se mezcla entre las filas la primera

de todos los guerreros,15.

y a combatir con ellos se adelanta,

triunfa con ellos y sus triunfos canta.

Tal en los siglos de virtud y gloria,

donde el guerrero sólo y el poeta

eran dignos de honor y de memoria,

la musa audaz de Píndaro divino,4.

cual intrépido atleta,

en inmortal porfía

al griego estadio concurrir solía;

y en estro hirviendo y en amor de fama

y del metro y del número impaciente,9.

pulsa su lira de oro sonorosa

y alto asiento concede entre los dioses

al que fuera en la lid más valeroso,

o al más afortunado;

pero luego, envidiosa14.

de la inmortalidad que les ha dado,

ciega se lanza al circo polvoroso,

las alas rapidísimas agita

y al carro vencedor se precipita,

y desatando armónicos raudales19.

pide, disputa, gana,

o arrebata la palma a sus rivales.

Quién es aquel que el paso lento mueve

sobre el collado que a Junín domina?

que el campo desde allí mide, y el sitio

del combatir y del vencer desina?4.

que la hueste contraría observa, cuenta,

y en su mente la rompe y desordena,

y a los más bravos a morir condena,

cual águila caudal que se complace

del alto cielo en divisar la presa 9.

que entre el rebaño mal segura pace?

Quién el que ya desciende

pronto y apercibido a la pelea?

Preñada en tempestades le rodea

nube tremenda; el brillo de su espada 14.

es el vivo reflejo de la gloria;

su voz un trueno, su mirada un rayo.

Quién aquél que al trabarse la batalla,

ufano como nuncio de victoria,

un corcel impetuoso fatigando,19.

discurre sin cesar por toda parte...?

Quién sino el hijo de Colombia y Marte?

Sonó su voz: "Peruanos,

mirad allí los duros opresores

de vuestra patria; bravos Colombianos

en cien crudas batallas vencedores,4.

mirad allí los enemigos fieros

que buscando venís desde Orinoco:

suya es la fuerza y el valor es vuestro,

vuestra será la gloria;

pues lidiar con valor y por la patria9.

es el mejor presagio de victoria.

Acometed, que siempre

de quien se atreve más el triunfo ha sido;

quien no espera vencer, ya está vencido."

Dice, y al punto, cual fugaces carros,

que dada la señal, parten y en densos

de arena y polvo torbellinos ruedan,

arden los ejes, se estremece el suelo,4.

estrépito confuso asorda el cielo,

y en medio del afán cada cual teme

que los demás adelantarse puedan:

así los ordenados escuadrones

que del iris reflejan los colores9.

o la imagen del sol en sus pendones,

se avanzan a la lid. ¡Oh! ¡quién temiera,

quién, que su ímpetu mismo los perdiera!

¡Perderse! no, jamás; que en la pelea

los arrastra y anima e importuna

de Bolívar el genio y la fortuna.

Llama improviso al bravo Necochea,4.

y mostrándole el campo,

partir, acometer, vencer le manda,

y el guerrero esforzado,

otra vez vencedor, y otra cantado,

dentro en el corazón por patria jura9.

cumplir la orden fatal, y a la victoria

o a noble y cierta muerte se apresura.

Ya el formidable estruendo

del atambor en uno y otro bando

y el son de las trompetas clamoroso,

y el relinchar del alazán fogoso,4.

que erguida la cerviz y el ojo ardiendo

en bélico furor, salta impaciente

do más se encruelece la pelea,

y el silbo de las balas, que rasgando

el aire, llevan por doquier la muerte,9.

y el choque asaz horrendo

de selvas densas de ferradas picas,

y el brillo y estridor de los aceros

que al sol reflectan sanguinosos visos,

y espadas, lanzas, miembros esparcidos14.

o en torrentes de sangre arrebatados,

y el violento tropel de los guerreros

que más feroces mientras más heridos,

dando y volviendo el golpe redoblado,

mueren, mas no se rinden... todo anuncia19.

que el momento ha llegado,

en el gran libro del destino escrito,

de la venganza al pueblo americano,

de mengua y de baldón al castellano.

Si el fanatismo con sus furias todas,

hijas del negro averno, me inflamara,

y mi pecho y mi musa enardeciera

en tartáreo furor, del león de España, 4.

al ver dudoso el triunfo, me atreviera

a pintar el rencor y horrible saña.

Ruge atroz, y cobrando

más fuerza en su despecho, se abalanza,

abriéndose ancha calle entre las haces,9.

por medio el fuego y contrapuestas lanzas;

rayos respira, mortandad y estrago,

y sin pararse a devorar la presa,

prosigue en su furor, y en cada huella

deja de negra sangre un hondo lago. 14.

En tanto el Argentino valeroso

recuerda que vencer se le ha mandado,

y no ya cual caudillo, cual soldado

los formidables ímpetus contiene4.

y uno en contra de ciento se sostiene,

como tigre furiosa

de rabiosos mastines acosada,

que guardan el redil, mata, destroza,

...

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