Comentario de texto Shakespeare

Una comedia encantadora

Antes que nada debo confesar que la lectura no es lo que más me apasiona y que el título, Sueño de una noche de verano, no generaba en mí grandes expectativas. Sin embargo, esta historia es una comedia que se sale de lo que había conocido, una obra escrita en el siglo XVI hacia el año 1595 por uno de los grandes genios de la comedia, William Shakespeare y publicada por primera vez en 1600, pero que aún en la actualidad sigue siendo haciendo impacto sobre aquellos, que como yo, jamás habíamos tenido el placer de leerla.

Cuando comenzó la historia percibí una dominancia del género masculino, natural de la época, pues desde el inicio de la obra se presenta la imposición de los hombres sobre las mujeres. Primeramente, el matrimonio de Teseo, Duque de Atenas e Hipólita, reina de las amazonas, producto de su derrota en batalla y luego la discusión entre Hermia y su padre Egeo, quien solicita a Teseo aplicar las leyes de Atenas sobre su hija por ésta negarse a casarse con el hombre que tiene su aprobación, pero del cual ella no está enamorada (Shakespeare, 1600, p.3). A pesar de ello, al finalizarla me he preguntado, ¿Qué es lo que hace esta comedia tan encantadora?

Comenzaré mencionando la aparición en escena de los cómicos, cuando se reúnen a hacer la repartición de los papeles para una obra llamada “La dolorosísima comedia y crudelísima muerte de Píramo y Tisbe” (Shakespeare, 1600, p.9), fue la primera señal de que esta comedia me sería placentera. Ellos hicieron de la lectura un completo disfrute con cada una de sus ocurrencias. Posterior a ellos, Oberón y Titania, los reyes de las hadas entran en escena con sus problemas de pareja, presentando una relación bastante particular en la cual se permiten amoríos fuera del matrimonio por parte de ambos, casi podría parecerse a muchas relaciones de hoy en día; no se sabe cómo, pero funcionan. No debo olvidar al curioso Robín, el duende colaborador de Oberón y partícipe en el hechizo a Titania, gracias a él también fueron hechizados Lisando y posteriormente Demetrio, creando un enredo amoroso en el cual Helena, la doncella que antes era odiada, ahora era amada y Hermia, la que antes era amada, ahora era odiada.

Otro aspecto que quiero resaltar es la peculiaridad del hechizo que le hace Oberón a Titania y por el cual termina enamorándose de un hombre con cabeza de burro, el más ocurrente de los cómicos, aquel que en cada palabra que dejaba salir de su boca decía mil disparates. Razón tiene quién dijo que el amor era ciego, pues como si de un hechizo se tratara mujeres y hombres hoy en día se enamoran de aquellos que a la mayoría no nos parecen ser muy agraciados o cautivadores. Es interesante como Shakespeare plasma la relatividad de la belleza, ya que al igual que la reina de las hadas con el hombre cabeza de burro, ven en ellos la mejor representación de la belleza e inteligencia.

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