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Comunismo Y Socialismo


Enviado por   •  20 de Febrero de 2013  •  2.132 Palabras (9 Páginas)  •  461 Visitas

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Teoría política de Jean-Jacques Rousseau

Ginebra, Suiza, 28 de junio de 1712 - Ermenonville, Francia, 2 de julio de 1778 fue un polímata: escritor, filósofo, músico, botánico y naturalista franco-helvético definido como un ilustrado; a pesar de las profundas contradicciones que lo separaron de los principales representantes de la Ilustración.

Las ideas políticas de Rousseau influyeron en gran medida en la Revolución francesa, el desarrollo de las teorías republicanas y el crecimiento del nacionalismo. Su herencia de pensador radical y revolucionario está probablemente mejor expresada en sus dos más célebres frases, una contenida en El contrato social: «El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado»; la otra, contenida en su Emilio, o De la educación: «El hombre es bueno por naturaleza», de ahí su idea de la posibilidad de una educación.

Los planteamientos que hacía Jean-Jacques Rousseau en esta obra eran la semilla de la Revolución Francesa. Hablaba de la soberanía de la voluntad del pueblo, de los soberanos como mandatarios del pueblo, y de la República como forma perfecta de gobierno.

Las dos últimas obras elevaron a Jean-Jacques Rousseau al rango de director de conciencias de todos los que vivieron en aquella época, y era solicitado para consultas aun por quienes no comulgaban con sus ideas.

Tiempo después, a causa de algunas diferencias con pastores suizos, salió de Neuchatel y se estableció en Berna, luego en Inglaterra y más tarde en Wothon, donde tuvo tiempo de escribir sus Confesiones antes de emprender el camino de nuevo para ir a Lyon, Grenoble, Chambery y Bourgoin.

Para entonces Rousseau había desarrollado un extraño temor que lo hacía sentirse siempre perseguido y en peligro. En estas condiciones escribió Les dialogues, Rousseau jugué de Jean-Jacques, que no eran sino un conjunto de divagaciones comentadas entre él y un supuesto francés.

Luego inició la composición de su último libro Las meditaciones del paseante solitario, pero ya cansado y enfermo empezó a buscar asilo que encontró gracias a la caridad del marqués Girardin. Jean-Jacques Rousseau víctima de la apoplejía, el 2 de julio de 1778.

Rousseau precisa que por naturaleza el hombre, que no ha sido tocado por la civilización, es bueno y sociable. Contra el planteamiento de Hobbes de un hombre asociado por temor a la maldad de los otros, Rousseau defiende ardorosamente la sociabilidad y voluntad general, que es la que tiene que decidir la actuación. Precisa Rousseau que "del concurso y de la combinación que nuestro espíritu puede hacer de estos dos principios (luces y libertad), sin que sea necesario incluir el de la sociabilidad, me parece que se deducen todas las reglas del derecho natural; reglas que la razón está forzada luego restablecer sobre otros fundamentos cuando, a través de desarrollos progresivos, llega hasta recubrir la naturaleza". Completa Rousseau que "Hobbes no ha visto que la misma causa que impide a los salvajes usar de su razón, como lo pretenden nuestros jurisconsultos, le impide al mismo tiempo abusar de sus facultades, como él mismo pretende; de tal modo que podría decirse que los salvajes no son malos precisamente porque no saben lo que es ser buenos, puesto que no es ni el desarrollo de las luces, ni el freno de la ley, sino la calma de las pasiones y la ignorancia del vicio quienes les impiden hacer el mal".

Explicación del funcionamiento del capitalismo de acuerdo Adam Smith

Nadie niega en general el rótulo de padre de la economía política que suele dársele a Adam Smith. Este autor considera el capitalismo como el estadio natural de las relaciones sociales. De hecho, fundo el liberalismo económico. En su obra principal “Una investigación sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones” en 1776. Nuestro análisis comienza desde esta obra y busca dar una explicación sobre cómo se fue desarrollando el pensamiento económico hasta llegar a nuestros días. El continuador y crítico inmediato de Adam Smith fue David Ricardo, cuyo trabajo más importante fue el libro “Principios de Economía Política y Tributación” (1817).

Adam Smith justificará el reparto de la riqueza entre el proletariado y la burguesía porque estas dos clases sociales son las que crean riqueza. Para Adam Smith, la acumulación de capital se debe a las diferencias de trabajo en condiciones iguales, por eso la burguesía tiene derecho a una mayor parte de la riqueza.

El Estado debe intervenir lo menos posible y dejar que las fuerzas de la oferta y la demanda actúen libremente. Adam Smith explica, y justifica, cómo funciona el capitalismo.

Estas fueron sus palabras

Pero es sólo por su propio provecho que un hombre emplea su capital en apoyo de la industria; por tanto, siempre se esforzará en usarlo en la industria cuyo producto tienda a ser de mayor valor o en intercambiarlo por la mayor cantidad posible de dinero u otros bienes... En esto está, como en otros muchos casos, guiado por una mano invisible para alcanzar un fin que no formaba parte de su intención. Y tampoco es lo peor para la sociedad que esto haya sido así. Al buscar su propio interés, el hombre a menudo favorece el de la sociedad mejor que cuando realmente desea hacerlo.

Adam Smith, "La Riqueza de las Naciones", Libro IV, Cap. 2

Explicación de la “destrucción” del capitalismo según Karl Marx

Según Marx, de todas las clases que luchan contra el Capitalismo, la única clase auténticamente revolucionaria es la proletaria ya que, la clase media, amenaza con su manejo al proletariado para luchar contra la burguesía y el capitalismo supone también una amenaza contra las clases medias... Sin embargo, la clase media es reaccionaria, no revolucionaria.

Otra clase que se ajusta dentro de su sistema, el “lumpenproletariat” al que define como “esa podredumbre pasiva, ley de la vieja sociedad”, es la contra revolucionaria, en servicio del sistema capitalista. Las condiciones de sistema de la vieja sociedad, están abolidas por las condiciones de existencia del proletariado. Para esto la moral, las leyes, la religión, son prejuicios burgueses, detrás de los cuales, se esconden intereses burgueses.

Sin embargo, la clase verdaderamente revolucionaria, la única capaz de abolir el Capitalismo es sin duda, para Marx, el proletariado, cuyo mito es de alcance mundial.

La crisis del capitalismo va acompañada por una crisis del pensamiento burgués: la filosofía, la economía, la moral… Todo está en un estado de efervescencia. En lugar del anterior optimismo que manifestaba confiadamente que el capitalismo había solucionado todos sus problemas, hay un estado de ánimo que todo lo impregna de tristeza.

La crisis actual se supone que no tenía que haber sucedido. Hasta hace poco la mayoría de los economistas burgueses creían que el mercado, si se le dejaba solo, era capaz de resolver todos los problemas, equilibrando por arte de magia la oferta y la demanda (la "hipótesis del mercado eficiente"), de modo que nunca podría darse una repetición del crack de 1929 y de la Gran Depresión.

La predicción de Marx de una crisis de sobreproducción había sido relegada al basurero de la historia. Aquellos que todavía se adherían a la visión de Marx de que el sistema capitalista estaba desgarrado por contradicciones insolubles y de que contenía dentro de sí las semillas de su propia destrucción eran considerados como simples excéntricos. ¿Acaso la caída de la Unión Soviética no había demostrado finalmente el fracaso del comunismo? ¿No había terminado la historia con el triunfo del capitalismo como el único sistema socio-económico posible?

Eso fue entonces. Pero en el espacio de 20 años (un período no muy largo en los anales de la sociedad humana) la rueda de la historia ha dado un giro de 180 grados. Y ahora los antiguos críticos de Marx y el marxismo están entonando una melodía muy diferente. De repente, las teorías económicas de Carlos Marx se están tomando muy en serio. El Capital es ahora un best seller en Alemania. Un número creciente de economistas está estudiando detenidamente sus páginas, con la esperanza de encontrar una explicación a lo que ha ido mal.

La crisis actual se supone que no tenía que haber sucedido. Hasta hace poco la mayoría de los economistas burgueses creían que el mercado, si se le dejaba solo, era capaz de resolver todos los problemas, equilibrando por arte de magia la oferta y la demanda (la "hipótesis del mercado eficiente"), de modo que nunca podría darse una repetición del crack de 1929 y de la Gran Depresión.

La predicción de Marx de una crisis de sobreproducción había sido relegada al basurero de la historia. Aquellos que todavía se adherían a la visión de Marx de que el sistema capitalista estaba desgarrado por contradicciones insolubles y de que contenía dentro de sí las semillas de su propia destrucción eran considerados como simples excéntricos. ¿Acaso la caída de la Unión Soviética no había demostrado finalmente el fracaso del comunismo? ¿No había terminado la historia con el triunfo del capitalismo como el único sistema socio-económico posible?

Eso fue entonces. Pero en el espacio de 20 años (un período no muy largo en los anales de la sociedad humana) la rueda de la historia ha dado un giro de 180 grados. Y ahora los antiguos críticos de Marx y el marxismo están entonando una melodía muy diferente. De repente, las teorías económicas de Carlos Marx se están tomando muy en serio. El Capital es ahora un best seller en Alemania. Un número creciente de economistas está estudiando detenidamente sus páginas, con la esperanza de encontrar una explicación a lo que ha ido mal.

Lo que Gray y gente como él no pueden aceptar es que la crisis del capitalismo puede y va a terminar en la revolución socialista:

"Marx dio la bienvenida a la autodestrucción del capitalismo. Estaba seguro de que se produciría una revolución popular que instauraría un sistema comunista que sería más productivo y mucho más humano. Marx estaba equivocado sobre el comunismo. Donde fue proféticamente correcto fue en su comprensión de la revolución del capitalismo. No es sólo la inestabilidad endémica del capitalismo lo que él entendió, aunque en este sentido era mucho más perspicaz que la mayoría de los economistas de su época y la nuestra".

Marx se propuso elaborar una ciencia de la sociedad que explicara la realidad económica existente y permitiera formular la ley que nos mostraran la posterior evolución y el destino final del capitalismo. Profundo conocedor de la filosofía, la historia, la política y la economía, Marx realizo una síntesis de todos esos saberes de aquella época difícilmente superable. Su pensamiento económico se halla ampliamente desarrollado en El Capital, su principal obra, que escribió en Londres tras el fracaso de las revoluciones continentales; el primer volumen de esta obra fue publicado en 1867 y, tras su muerte, su amigo Engels publico os manuscritos del segundo y tercer volumen, en 1885 y 1894. En esta obra se observan tres influencias fundamentales: la economía clásica inglesa, que estudio y conoció a fondo, la filosofía alemana (en particular el pensamiento de Hegel) y el socialismo francés.

El capitalismo lleva en su seno, según Marx, el germen de las contradicciones que le conducirán a su propia destrucción. La interpretación económica que Marx hace de la historia parte de su aguda distinción entre el modo de producción de los bienes materiales y las relaciones sociales a que da origen; esto es, la superestructura de contenido cultural y político. Con el desarrollo de las fuerzas productivas y la consiguiente evolución del capitalismo, estas relaciones sociales o relaciones de producción se convertirán en cadenas de un número de trabajadores cada vez mayor, que harán saltar el sistema en pedazos por medio de la revolución. La lucha de clases es para Marx el verdadero motor de la historia. De igual modo que la burguesía desposeyó del poder al antiguo régimen feudal, también el proletariado terminará venciendo a la burguesía.

El capitalismo monopolista es, para Marx, el estado inmediato anterior al derrumbamiento del sistema. Para que los capitalistas no vean reducidas sus ganancias a causa de la competencia, se ven forzados a aumentar el tamaño de sus empresas a expensas de sus competidores, al tiempo que cada vez irán haciendo un mayor uso de las máquinas que sustituyen mano de obra, para evitar que su plusvalía se reduzca al tener que pagar mayores salarios. La fuerza de trabajo que se va lanzando a la calle pasa a engrosar el Ejército Industrial de Reserva, presionando a la baja sobre el mercado de trabajo, lo que obligará a que los salarios vuelvan a recobrar el nivel de subsistencia. Pero he aquí, según Marx, la primera parte del drama capitalista. Como el beneficio del capital tiene su origen únicamente en el valor creado por el trabajador que no se le paga (en la plusvalía), ya que Marx asumió la teoría del valor-trabajo de Ricardo, al reducir el número de trabajadores a causa de la mecanización se está matando la gallina de los huevos de oro.

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