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Conclusiones


Enviado por   •  29 de Junio de 2014  •  529 Palabras (3 Páginas)  •  272 Visitas

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Potencialidades del comunicador

Todos, como seres racionales que somos, contamos con potencialidades humanas, y el conocimiento de nosotros mismos contribuye a reconocer estas potencialidades, pues precisamente es en el interior de cada uno donde se generan las actitudes positivas para adquirir destrezas o habilidades y realizar acciones que satisfagan verdaderamente nuestras necesidades, fortalezcan nuestro espíritu y nos brinden la seguridad y confianza para realizar deseos o cumplir metas. De igual forma, ese potencial puede originar actitudes negativas, que producen debilidades o ineptitudes, y acciones impulsivas, descontroladas e inadecuadas, que se manifiestan como temores, miedos y nerviosismo, que llegan a limitar el ser y el hacer.

Los valores y las actitudes éticas

Toda comunicación oral con una intención ética requiere un potencial generador de valores, como son la verdad, el valor, la confianza y el autodominio, que a la vez originan actitudes y conductas positivas, que funcionan como fortalezas del comunicador.

 La verdad

Hablar con la verdad es un principio moral que todo comunicador debe seguir. La verdad se refleja en la consistencia que guardan las actitudes de una persona con las proposiciones que defiende ante los demás por medio de su palabra. Reconocer como verdadero lo que decimos contribuye a generar seguridad en nosotros y confianza en quienes nos escuchan, propiciando credibilidad en el proceso comunicativo.

La verdad es una fuente de poder que imprime dinamismo y vitalidad a la palabra. Cuando alguien transmite su mensaje sin ánimo de decir la verdad, escuchamos datos sin sentir la influencia de la convicción personal; en cambio, si las ideas se expresan demostrando plena identificación con los valores que encierra, serán escuchadas con entusiasmo e influirán notablemente en los receptores.

La verdad tiene un gran poder intelectual, porque reúne en sí misma las actitudes positivas que mueven la conciencia del comunicador. Es la aptitud que nos ayuda a descubrir la intención o el propósito de la acción, el espíritu ético de la comunicación. Todo aquel que recomiende o hable de lo que sabe que es falso, difícilmente dará a su palabra la fuerza necesaria para lograr que su mensaje sea creíble y aceptado, pues quien se miente a sí mismo también miente a los demás.

La verdad debe practicarse siempre, pues es el valor que exige la actitud positiva más decisiva e ineludible para un comunicador, así como la mentira es el contravalor más

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