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Consumo De Drogas

E.Crackdona1024 de Marzo de 2015

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El problema del consumo de drogas constituye, en esta década, una de las principales preocupaciones de la sociedad peruana y de la comunidad internacional. El uso indebido ha aumentado alarmantemente en todos los rincones del mundo. El alcohol y la marihuana son los más consumidos. La cocaína aumenta cada día y en muchos países toma proporciones epidémicas. El abuso de anfetaminas, barbitúricos, sedantes y tranquilizantes solos o combinados con alcohol u otras drogas, también aumenta. La inhalación de disolventes volátiles de algunos pegamentos y diluyentes de pintura es un problema en niños en muchos países.

El problema debe ser analizado desde una perspectiva de salud integral: paciente-familia-entorno social, considerando que la percepción social del problema es imprescindible para identificar los factores que favorecen su propagación.

El uso de alcohol y otras drogas está relacionado con el aumento de la mortalidad en adolescentes y las causas principales de esta mortalidad son los accidentes, el suicidio y el homicidio.

Hay estudios que sugieren que hay situaciones psicológicas que preceden el consumo de drogas, tales como la baja autoestima. La depresión, el aislamiento, problemas de identidad, conductas rebeldes, impulsividad, conductas desviadas y su tolerancia, problemas mentales, conductas infractoras y conflictos con el rol sexual, por lo que antes éstas señales hay que estar alerta para la identificación temprana de problemas asociados al consumo de drogas.

El uso de drogas tiene severas consecuencias para la salud física, mental, familiar y social del paciente, tanto más grave cuanto mas precoz es el inicio de su consumo. Para los jóvenes, las ventajas físicas y sociales inmediatas del uso de las drogas superan cualquier consecuencia desfavorable a largo plazo.

El consumo de drogas estimula las interacciones sociales, disminuye la tención, la ansiedad, la fatiga, el fastidio. El consumo excesivo de alcohol por parte de los adolescentes durante su tiempo libre, es un fenómeno cada vez mayor. Este consumo excesivo no solo repercute en su cuadro de salud sino que tiene además una repercusión social.

PARA QUE LEGALIZAR LAS DROGAS

La represión no da resultado, y menos resultados con la prohibición de consumo, debemos dejar atrás los intereses personales de querer acabar con la droga para ganar fama, poder, control...,

Luchar contra el consumo de drogas buscando una sociedad más justa, que de a la gente ilusión de vivir, la alternativa de una vida personal profunda es la mejor lucha contra la droga.

La penalización está gravando a la sociedad, hay que ir a un proceso progresivo de legalización de la venta y control del estado de esa venta; en un principio podría suministrarse a la gente que ya es toxicómana: eso evitaría delincuencia ciudadana, muertes por dosis adulteradas, SIDA por utilización de jeringuillas no adecuadas... Si no puedes evitar que la gente se drogue, que no tenga que hacer otras cosas para conseguir su dosis...

Cómo se puede ver son dos formas muy distintas de afrontar el problema de las drogas, las dos muy radicales..., puede ser que la solución esté en una síntesis de las dos, aunque hay quedan dichas, para su posible reflexión..

La despenalización del comercio de drogas no traería más que problemas, las drogas están en nuestra sociedad y si el tráfico estuviera legalizado, ¿a qué edad empezaríamos?. Las estadísticas nos dicen que ahora el consumo crece entre niños de 8 a 14 años, ¿qué pasaría con esos niños?. Sería cómo dejarlos indefensos en manos de los narcotraficantes, porque a alguien se la tienen que comprar ¿no?

Aunque la situación actual empeore, la legalización en un sólo país lo único que haría sería atraer a España a narcotraficantes y toxicómanos de todo el mundo, es preferible la actual represión.A nivel internacional tampoco se solucionaría nada, seria darles rienda suelta a todos, creo que lo mejor es incluso prohibir el consumo.

Seria preferible, en lugar de legalizar el comercio optar por la solución de desprestigiar la droga, además de hacer cumplir mayores penas a los narcotraficantes, poseer un control policial mucho más estricto, y proporcionar una educación para que la gente no consuma.

La legalización pondría fin a la parte exageradamente lucrativa del negocio del narcotráfico, al traer a la superficie el mercado negro existente.

La legalización reduciría dramáticamente el precio de las drogas, al acabar con los altísimos costos de producción e intermediación que implica la prohibición. Esto significa que mucha gente que posee adicción a estas sustancias no tendrá que robar o prostituirse con el fin de costear el actual precio inflado de dichas substancias.

Legalizar las drogas haría que la fabricación de dichas sustancias se encuentre dentro del alcance de las regulaciones propias de un mercado legal. Bajo la prohibición, no existen controles de calidad ni venta de dosis estandarizadas.

El narcotráfico ha extendido sus tentáculos en la vida política de los países. La legalización acabaría con esta nefasta alianza del narcotráfico y el poder político.

Legalizar las drogas acabaría con un foco importante de corrupción, la cual aumenta en todos los niveles del gobierno debido a que una substancial parte de toda clase de autoridades han sido comprados, sobornados o extorsionados por narcotraficantes, creando un gran ambiente de desconfianza por parte de la población hacia el sector público en general.

Los gobiernos dejarían de malgastar miles de millones de dólares en el combate de las drogas, recursos que serían destinados a combatir a los verdaderos criminales: los que le violan los derechos a los demás (asesinos, estafadores, violadores, ladrones).

Con la legalización se acaba el pretexto del Estado de socavar nuestras libertades civiles con el fin de llevar a cabo esta guerra contra las drogas. Intervenciones telefónicas, allanamientos, registro de expedientes, censura y control de armas son actos que atentan contra nuestra libertad y autonomía como individuos.

Legalizar las drogas desactivará la bomba de tiempo en la que se ha convertido Latinoamérica, especialmente en los países andinos, Centroamérica y México. Esto ha llevado a una intervención creciente por parte de Estados Unidos, país que desde hace más de una década ha venido fortaleciendo su presencia militar en la región de una manera nunca vista desde el fin de la Guerra Fría.

En una sociedad en donde las drogas son legales, el número de víctimas inocentes producto del consumo y la venta de estupefacientes se vería reducido substancialmente. Gran cantidad de personas que nunca han consumido estas sustancias o que no están relacionadas con la actividad se ven perjudicadas o incluso pierden la vida debido a las “externalidades” de la guerra contra las drogas: violencia urbana, abusos policiales, confiscación de propiedades, allanamientos equivocados, entre muchos otros.

La legalización conducirá a que la sociedad aprenda a convivir con las drogas, tal y como lo ha hecho con otras sustancias como el alcohol y el tabaco. El proceso de aprendizaje social es sumamente valioso para poder disminuir e internalizar los efectos negativos que se derivan del consumo y abuso de ciertas sustancias.

El precio de la droga bajaría de manera drástica. Eso implica muchísimas cosas. Entre ellas, que ya no sería un negocio tan apetecible para las mafias, o que los adictos no tendrían que robar hasta a su madre para conseguirlas.

Con prohibición las drogas son igual de faciles de conseguir, de hecho las dorgas ilegales son más fáciles de conseguir para un adicto que las drogas con prescripción, pero con el elemento añadido de las mafias creadas por la guerra contra las drogas.

La prohibición ha corrompido absolutamente todos los niveles gubernamentales.

Mientras sean ilegales, nadie le garantiza al consumidor la calidad de las drogas (durante la prohibición del alcohol en Estados Unidos se incrementó dramáticamente la cantidad de casos de envenenamiento por alcohol adulterado)

El estigma: Se asume que el consumidor está por fuera de la sociedad y no puede ser un miembro activo de esta.

La prohibición estimula el paso de drogas suaves a drogas fuertes. Los productores se ven impulsados a facilitar el acceso a drogas más adictivas y más faciles de producir y transportar. Es el caso del crack o el bazuco en Colombia.

Por el contrario, la tendencia con las drogas legales es pasar de drogas fuertes a drogas más suaves: Sucede tanto con el tabaco como con el alcohol.

Si no va a ser criminalizado ni estigmatizado, el adicto se acerca con confianza a centros de salud donde le presten ayuda.

Las víctimas inocentes: Si tenemos dos victimas, un niño de un tugurio que recibe un disparo accidental en medio de una guerra de carteles y por el otro lado una persona que decide consumir por si misma, el estado debe darle prioridad a la víctima inocente. Así de sencillo.

Teniendo en cuenta que las principales causas de muerte en el mundo se relaciona directamente con la mala alimentación y el tabaquismo, no existe ninguna razón objetiva para que el gobierno prefiera prohibir las drogas y no las comidas grasosas. Es una decisión arbitraria.

Imaginemos que un grupo de policias persigue y arresta a una persona por posesión de drogas. Más allá de la posesión la persona no ha cometido ningún crimen. Luego la persona debe ser judicializada, lo que implica jueces, abogados, pruebas, etc. Luego es llevado a una carcel donde ocupa un espacio y debe ser cuidado y alimentado. Un montón

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