Coplas por la muerte de su padre
draaismaEnsayo12 de Noviembre de 2015
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A continuación analizaré las coplas 1-7 escritas por Jorge Manrique en su obra Coplas por la muerte de su padre. Manrique nació y murió en España en el siglo 15, una época prerrenacentista donde comienza a tomar poder el humanismo, sin embargo no es hasta el renacimiento en el cual realmente florece este movimiento histórico. No obstante, se puede apreciar la influencia de sus inicios en esta obra de Manrique. A su vez, la inestabilidad económica y social al igual que la presencia de la muerte por epidemias, como la peste negra, tienen un fuerte impacto sobre la literatura cuatrocentista.
Cómo dicho en el título de su obra, Manrique escribe las coplas posterior a la muerte de su padre, lo cual nos indica de entrada que es un tema íntimo para el poeta, donde al buscar inmortalizar a su padre también logra inmortalizarse a sí mismo en la literatura. En coplas por la muerte de su padre el poeta le dedica una elegía a Don Rodrigo, en la que lamenta la inestabilidad de los bienes de la fortuna, la fugacidad de la vida en la tierra y el poder igualatorio de la muerte. Y al final nos demuestra que lo único que logra desafiar al tiempo y al destino es la virtud personal. Una idea también expresada por Dante Alighieri en su obra “la Divina Comedia” la cual busca alejar al humano del camino del pecado y acercarlo a aquel de la virtud.
La característica principal de las coplas es que están formadas por 3 divisiones temáticas:
- La vida en la tierra como mortal y pasajera
- La vida de la fama
- La vida eterna, la cual argumenta que es el sentido de la existencia del ser humano.
Son poemas de arte menor y de origen popular, lo cual se puede apreciar en el lenguaje sencillo que utiliza el poeta y que nos indica que está dirigido a todo el público. La métrica en todas las coplas está compuesta por estrofas “manriqueñas”, es decir 2 sextillas (pie quebrado) con una combinación de versos octosilábicos y versos tetra silábicos, con una estructura de rima de abc abc. Al escribir todas las coplas con la misma estructura le da fluidez y cuerpo a la lectura de su obra lo que facilita el entendimiento del tema filosófico y controversial que es la muerte.
Las coplas 1-7 están localizadas al inicio de la obra, en la primera división temática. Este segmento se puede considerar como la parte más filosófica de la obra. Se introduce por primera vez el tema de la muerte y el tiempo para expresar la fugacidad de la vida terrenal. Como es visto en la siguiente cita, de la primera copla: “cómo se pasa la vida,/cómo se viene la muerte/ tan callando” Aquí Manrique invita a la audiencia a reflexionar el valor insignificante del tiempo relativo a la rapidez en la que envejecemos y evidentemente morimos. Más adelante el poeta nos dice que el presente no existe y que el futuro eventualmente también será parte del pasado, por lo que nos demuestra que el individuo se resiste a la muerte, más que por miedo a esta misma, por miedo al olvido. En esta misma copla se puede apreciar el estilo exhortativo en el uso de los verbos en imperativo, como “recuerde”, “avive” y “despierte”, los cuales dan la impresión de que el poeta está mandando a la audiencia. También se puede ver una progresión en estos verbos de las etapas por las que pasa uno durante su vida, irónicamente en este caso el morir seria el despertar, es decir comenzar nuevamente en la vida eterna.
En la segunda copla el poeta se aferra por primera vez al tema del tiempo y para esto adopta una idea agustiniana, que es, que el tiempo no existe. Con esto marca la intangibilidad del tiempo y por ende se implica la fugacidad de la vida. En el verso que dice “No se engañe a nadie, no,” el poeta marca una disonancia cognitiva que acoge el ser humano ante la muerte al no querer aceptar su destino.
La tercera copla crea un énfasis a la idea, ya mencionada anteriormente, de la inevitabilidad de la muerte. Sin embargo, la copla introduce, a través de una metáfora, el poder igualador de esta misma. Esto es dicho en los siguientes versos “Nuestras vidas son los ríos/ que van a dar en la mar,/ que es el morir,” Manrique desarrolla el tópico literario vita flumen (vida que fluye) que es un tópico que consiste en entender la vida como un río que va haciendo su curso hasta que llega al mar y muere. Esta idea, también, hace referencia al río Estigia de la mitología griega, el río que constituía el límite entre la tierra y el mundo de los muertos. Se creía que las almas de los difuntos podían cruzar el Estigia en una barca al pagarle al guía con una moneda de oro. También se creía que el guía juzgaba si al individuo, sólo dejando que las almas limpias cruzaran el al otro mundo. La idea de un juicio justo en el que se decide si el alma de un individuo puede descansar en paz se puede ver en la religión católica al tener la puerta de San Pedro o en la cultura egipcia con una balanza y una pluma. Lo que se interpreta con esto es que la muerte es igual para todos sin importar el estado socio-económico del individuo, recordando que en el siglo XV en España había una crisis económica muy fuerte.
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