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Cualidades De Un Texto Escrito

16065926 de Mayo de 2015

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CUALIDADES DE UN TEXTO ESCRITO

Un texto escrito se configura a partir de cinco propiedades: 1.) se concibe con un propósito

comunicativo específico, 2) tiene sentido completo, 3) unidad, 4) coherencia y 5) cohesión.

Seguidamente se explica cada uno de estos aspectos.

Propósito comunicativo

Todo el que escribe tiene una intención comunicativa específica: proporcionar una

información, narrar un hecho real o ficticio, persuadir o convencer a un auditorio, describir

un objeto o un estado de cosas, protestar por una situación, denunciar una anomalía,

solicitar una información, etc.

En el discurso oral un enunciado corto puede ser suficiente para expresar este

propósito: “Un vaso de agua, por favor” expresa con mucha claridad el deseo de un cliente

al dirigirse al mesero de un restaurante. En el discurso escrito también abundan los textos

cortos que reflejan con claridad la intención comunicativa de su autor: “No hay vacantes”,

“Se prohíbe fumar”, “Papá grave. Urgen recursos”. Identificar el propósito de textos más

complejos y más extensos como ensayos, códigos, ponencias, conferencias, monografías,

libros de investigación, etc., exige mayor esfuerzo para el lector.

Sentido completo

En un texto se desarrolla una idea completa. El texto es una manifestación lingüística

relativamente independiente, cuya interpretación depende fundamentalmente de la

información que se suministra en su interior. Pero aunque un texto tenga sentido completo

en sí mismo, de alguna manera su interpretación remite a otros textos producidos con

anterioridad. A la presencia de un texto en otro se le denomina

intertextualidad.

De ahí que

la interpretación de un texto se enriquece en la medida en que el lector esté en condiciones

de establecer nuevas relaciones significativas con otros textos en los que se abordan los

mismos referentes. Por eso interpreta mejor un ensayo sobre algún aspecto del Quijote

quien haya leído esa novela, que quien no la haya leído.

Un texto tiene sentido completo cuando en su interior aparece la información suficiente

para que el lector comprenda el propósito por el cual fue escrito. De modo que la extensión

de un texto depende del grado de complejidad de lo que se desea comunicar.

Unidad

Cuando se habla de unidad se tienen en cuenta criterios normativos en el nivel textual. La

unidad se refiere a la cantidad de información que ha de aparecer en el texto. Grice

(1983:106) denomina “cantidad” a esta cualidad textual. Las apreciaciones de Grice

provienen de lo que él denomina una “lógica de la conversación”. Hay un par de principios

enunciados por Grice, que son igualmente valederos para lo que sería una lógica del texto

escrito:

1. Haz que tu contribución sea tan informativa como se requiera para los propósitos

vigentes en el momento del intercambio.

2. Haz que tu contribución no sea más informativa de lo que se requiere.

En el texto escrito se presenta una violación al primer principio cuando la idea central

es parcialmente desarrollada; dicho de otro modo, cuando hacen falta premisas que

sustenten las conclusiones u opiniones del autor. Se viola el segundo principio cuando en el

texto se suministra información que es irrelevante para el desarrollo del propósito del texto;

es decir, cuando quien escribe se sale del tema.

En el discurso oral espontáneo es prácticamente imposible mantener la unidad

temática —además de que resultaría aburridor—. Sólo en algunos casos especiales —

conferencias, debates, foros— algunos expositores la mantienen, pero hasta ciertos límites.

En el texto escrito, en cambio, la unidad es un requisito ineludible. La falta de unidad esmás

notoria cuando se viola el segundo principio de Grice, esto es, cuando quien escribe se sale

del tema en alguna oración o en algún párrafo. Con el siguiente ejemplo ilustramos la

violación del principio de unidad:

1. La literatura nos ofrece de una forma directa o indirecta una fuente inagotable

de verdades y conocimientos. 2. Pero el conocimiento que nos ofrece la literatura

no es ese tipo de información basada en datos codificados y transmitidos, sino

conocimientos personales, conocimientos de cómo nos relacionamos con el

mundo, de cómo nos sentimos, pensamos e

interpretamos la vida. 3. La literatura

ofrece conceptos cargados de valores sobre cómo es la vida o por lo menos de

cómo debería ser. 4. La literatura existencia

lista no es una literatura de diversión, de

ocio, de recreación; antes por el contrario, se trata de llevar al plano estético de

las letras una descripción del diario acontecer del hombre en la vida real. 5. Antes

que diversión, se trata de una literatura de reflexión.

6.

La obra literaria nos formula una invitación para que participemos en una

interpretación de la vida. 7. Ella nos enseña lo que otros han experimentado y

cómo se han comportado en esa experiencia; y nos invita, al mismo tiempo, a

confrontar esas percepciones con las nuestras y a construir nuevos paradigmas,

nuevos esquemas de nuestra visión del mundo. 8. Las obras de ficción son un

producto de la imaginación personal, una ilusión de la realidad. 9. Los personajes

de las obras de ficción en verdad no

existen. 10. La literatura no ofrece un

conocimiento ya elaborado, sino una oportunidad para construirlo. 11. No se trata

de un conocimiento de cosas —propio de los científicos— sino acerca de

relaciones, valores, motivaciones. 12. Se trata, en fin, de un conocimiento del que

cada lector tiene que responsabilizarse.

El texto anterior da la impresión de estar bien concebido; sin embargo las oraciones 4 y 5

del primer párrafo rompen su unidad porque expresan contenidos que no tienen nada que

ver con el propósito de ese párrafo: explicar por qué la literatura es una fuente para la

adquisición de nuevos conocimientos. Sin motivación alguna, el autor dedica espacio a un

par de oraciones, sobre la literatura existencialista que, aunque bien redactadas, se apartan

de lo que se pretendía sustentar. Del mismo modo, las oraciones 8 y 9 se refieren al hecho

de que todo lo dicho en una obra literaria es ficción; estas oraciones se apartan demasiado

del propósito del segundo párrafo: explicar el tipo de conocimientos que nos proporciona la

literatura. El texto aludido ganaría en unidad con sólo excluir esas cuatro oraciones.

Coherencia

La coherencia es una propiedad semántica y pragmática del texto, que se refiere a dos tipos

de relaciones lógicas: la existente entre los conceptos que aparecen en cada oración, y las

existentes entre cada oración con las otras de la secuencia de que forman parte. Por ello,

para que un texto sea coherente, debe serlo tanto en un nivel microestructural (nivel

intraoracional), como en un nivel macroestructural (nivel interoracional).

Una secuencia es coherente cuando sus elementos se rigen por principios que resultan

significativos para el lector. Para tal efecto, las secuencias oracionales deben someterse a

estos requisitos:

ƒ

Las secuencias proposicionales de un texto deben organizarse de modo que

aunadamente expresen un propósito comunicativo claro. La siguiente muestra es

incoherente porque no es posible identificar el propósito que tuvo su autor al escribirla:

Lo más importante de un escrito, cualquiera que sea su contenido y claridad con

que se expone influye también en su manera y comprensión con que es presentado.

La sintaxis y la puntuación correctas, los acentos, etc. no bastarían para hacer

agradable su lectura, por ejemplo, cuando el escritor es espeso, amazacotado o

con una tipografía difícil. Todo esto hace parte de los detalles internos o externos,

que bien cuidados, influyen en la mayor o menor aproximación entre el emisor y el

receptor del mensaje que todo escrito debe contener.

(Introducción de un ensayo escrito por un principiante.)

ƒ

Los conceptos y los contenidos proposicionales de las secuencias deben aparecer

organizados con base en principios lógicos y pragmáticos. Esto es, la interpretación

de cada oración y de cada párrafo debe expresar una consecuencia razonable de lo

expresado en oraciones y párrafos anteriores. Este principio fue ignorado en las

siguientes muestras:

El Junior no jugó bien, tampoco jugó mal. Por el contrario, sirvió para

demostrar falencias que no habíamos tenido oportunidad de apreciar

en el equipo cuando juega como visitante.

La muestra anterior es incoherente porque se ha establecido un falso contraste por medio

del conectivo ‘por el contrario’. La inform

ación encabezada por ese conectivo no es posible

oponerla o contrastarla lógicamente con lo que se afirma en la primera oración de la

secuencia. Algo similar ocurre en la siguiente muestra.

El reumatismo es con frecuencia el resultado de una acumulación de

acidez en los músculos y en las articulaciones. Sin embargo,

...

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