Cuento La princesa y su secreto

La princesa y su secreto.

Hace mucho tiempo en un reino muy lejano, cerca de un bosque al que todos le temían excepto una persona…

En ese reino habitaba una princesa llamada Dianne junto con sus padres el rey Maxon y la reina Bianca, además de todos los pueblerinos que apreciaban mucho a su reyes por como gobernaban ya que eran justos y nobles. Este pueblo era llamado Darkforest, y fue llamado así porque cerca de ahí esta aquel hermoso bosque al que la mayoría temen por la variedad de animales que habitan en él, pero ni por eso dejaba de haber hay algo mágico y misterioso.

En el reino todos eran muy felices, el pueblo era grande y hermoso, tenían todo lo necesario para alimentarse y beber, tenían unos reyes que se podría decir eran muy buenos y bondadosos al igual que la princesa.

A ella le encantaba entrar a aquel bosque prohibido… ¿Por qué prohibido? Porque los misterios que guardaba por los sonidos de animales inexplicables que se escuchaban a la media noche, por todo aquello a lo que podríamos llamar mágico, pero, para los demás es extraño y raro, solo porque no pueden abrir un poco de su imaginación ¿Por qué? Porque se cierran a lo que saben o a lo que quieren saber, se limitan a tener el porqué de cada cosa, pero ellos no sabe que hay cosas que no tiene un porque. Ella entraba aquel bosque a escondidas ya que los reyes preferían que no los hiciera, pero a ella le atraía algo de ahí. Algo no que no podía explicarlo, así que iba a escondidas de sus padres, cuando entraba en el bosque ella sentía algo diferente como si algo mas estuviera en aquel extraño bosque, algo más que solo árboles y animalitos que ya la conocían.

-Siempre que vengo al bosque me siento diferente- le dijo a un pajarito que descansaba en su hombro mientras ella caminaba bajo la sobra de los árboles enormes y alrededor de unas hermosas flores.

Al igual que hablaba con los animales le gustaba hablar con los árboles, decía que así ellos se sentirían mejor que aunque ellos no pudieran hablar con ella la escuchaban.

Un día después de haber paseado por el bosque de mañana como de costumbre volvió al palacio, en el cual había mucho ruido y movimiento.

-Hay gracias a dios que estas bien Dianne- dijo la reina abrazándola.

-Claro que estoy bien madre, solo así a tomar el sol, ¿Qué pasa?- dijo ella con asombro aparente por la actitud de su madre-. Y padre está bien ¿Dónde está?- dijo un poco asustada, temiendo de que le hubiera ocurrido algo al rey.

-Tranquila corazón todo está bien con tu padre- dijo la reina tocándole el hombro para que se tranquilizara.

-Entonces madre ¿Qué es lo que te tiene así? ¿Qué ha sucedido?

-Bueno hija mía lo que pasa es que hoy nos han venido a avisar que ha ocurrido un incidente en la madrugada, un grave incidente, han encontrado a un hombre descuartizado, creemos que fue un lobo- dijo un poco triste, sabiendo que los pueblerinos no habían hecho nada en contra de los animales salvajes porque ellos siempre se habían alejado del reino, pero después de esto la reina no creía que los pueblerinos se quedarían como si nada hubiera pasado y eso era a lo que ella más temía.

-Oh madre, pero no creo que un lobo hubiera hecho eso- dijo la princesa temiendo de lo que pudieran hacerle a aquel lobo.

-Nadie lo sabe hija, pero lo más seguro es que si lo haya sido, por eso tenemos la regla de no acercarse al bosque y mucho menos de noche, nosotros no sabemos qué clase de cosas que se encuentre dentro hija y es mejor como estamos.

-Si madre con permiso- dijo la princesa despidiéndose de su madre un poco triste por lo que le había contado, ella creía que aquel bosque no tenía nada malo si no solo algo inexplicable.

Después de lo ocurrido decidió irse a la cama pues había sido un largo día después de todo, pero no podía dormir no dejaba de pensar en aquel hombre, en el lobo, y en que a lo mejor sus padres harían otra cosa para evitar que alguien más entrara aquel bosque.

-¿Y si ponen guardias?- se dijo así misma-. Ahora como entraría si ponen guardias. No, no pueden poner guardias no creo que mis padres sean capaces de tanto solo a ocurrida un inconveniente en tantos años de gobernar no se repetirá, no por supuesto que no y yo me encargare de eso.

 Con ellos se puso de pie y fue a buscar a sus padres.

-Madre, Padre- dijo en cuanto entro al cuarto-. Necesito hablar con ustedes.

-Hija ¿Qué paso?-dijo el rey.

-Necesito hablar con ustedes de algo muy importante- dijo decidida.

-Te escuchamos.

-Bueno primero que nada quiero decirles que lo que hizo el lobo apuesto a que solo fue un accidente, es tan solo un animal y ellos no atacan si no son molestados y…

-Alto- dijo el rey interrumpiéndola-. Lo que hizo aquel animal no tiene perdón y un animal salvaje tiene instintos salvajes y lo que hizo lo hizo porque eso es lo que hace seguir su instinto los lobos son asesinos matan animales para comer ¿Porque no matar?

-Pero padre porque dices cosas como esas, el si es un animal, pero, no porque sea un animal significa que matara y aparte él no se comió a aquel hombre eso es otro punto tal vez solo se defendió.

-Nada hija, ya hemos tomado una decisión y es cerrar aquel bosque abra guardias en cada punto que sea necesario que lo vigilen, nadie se acerca a menos que sea necesario lo cual no se será nadie normal si no solo guardias, y si solo si es muy necesario.

-Pero padre…

-Pero nada Dianne, ya hemos tomado una decisión la cual se respetara.

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