Cuento Propio

Erase una vez tres niños llamados Jonathan, Eduardo y Lourdes Jonathan tenía 12 años Eduardo tenía 10 y Lourdes era la más pequeña con tan solo 4 años ellos vivían con sus padres adoptivos Catalina y Ricardo los pequeños quedaron huérfanos porque sus padres murieron de una enfermedad desconocida los pequeños eran brutalmente maltratados por sus padres adoptivos los ponían hacer trabajos del campo que eran verdaderamente pesados ellos no asistían a la escuela incluso nadie en el pueblo sabia de su existencia hacían labores de limpieza del hogar barría, trapeaban, cocinaban, limpiaban, lavaban la ropa y lavaban los trastes cuando no lo hacían bien catalina y Ricardo les pegaban con lo primero que encontraban como cables, palos, piedras, zapatos, cinturón, etc. Hasta que un día se cansaron de tanto abuso y entre los más grandes que son Jonathan y Eduardo planearon escaparse pero se les hacia un poco difícil porque su hermanita era muy pequeña para aventurarse a una vida desconocida pero tampoco tenían pensado dejarla. Una noche cuando todos estaban en la mesa cenando aparentemente como una familia feliz Catalina y Ricardo expresaron que se sentían muy cansados y que se Iván a retirar a dormir no sabiendo que Jonathan el niño más grande había mezclado en sus comidas unas hierbas que provocan el sueño cuando ellos dijeron que tenían sueño los niños se miraron a los ojos dándose a entender que era la oportunidad que tanto estaban esperando que el plan había resultado Catalina y Ricardo se quedaron profundamente dormidos los pequeños aprovecharon la oportunidad y solo pudieron llevar un par de cambios de ropa , corrieron y corrieron muchísimos kilómetros a un rumbo desconocido no se dieron cuenta cuando dejaron de ver las casas del pueblo y de tanto caminar encontraron un bosque obscuro en medio de la obscuridad escucharon aullidos de lobos, cantar de los búhos, alguno que otro rugido de tigre entre otros animales salvajes con todo su miedo encontraron una cueva totalmente despejada de animales ahí se quedaron dormidos hasta el amanecer la pequeña Lourdes le decía que tenía mucha hambre y mucha sed ellos también la sentían Jonathan el más grande decidió ir a buscar comida solo porque pensó que sería mejor que ellos se quedaran en la cueva porque era un poquito más seguro. Camino y camino hasta que por fin encontró un lugar donde el dijo que era el paraíso por todo lo había en el lugar. Había muchos árboles frutales, encontró naranjas, plátanos, cocos entre otras frutas lo más maravilloso que sintió fue cuando vio una gigantesca cascada que caía desde lo más alto de una montaña entonces corrió desesperadamente a la cueva para darle la gran noticia a sus hermanitos ellos se emocionaron bastante pero fue más hermoso cuando vieron ese maravilloso paraíso. Se pusieron a conversar y decidieron que ese sería un verdadero hogar para ellos porque por fin se sentían en libertad de todo tipo de

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