Cuento fantasía

El recorrido a la estación.[pic 1]

Era un día nublado en el campo, las nubes parecían lo suficientemente grandes para poder provocar una gran llovizna y el viento era fuerte como para obligar a cualquiera a conseguir refugio en casa, sin embargo, ese era el clima habitual en ese lugar, sin mucha lluvia ni mucho sol, solo el cielo tranquilo sin reflejar mucha emoción.

—Quisiera que lloviera, así al menos podríamos jugar, ¿no crees Wishkas? — me preguntó Annie, mientras con mis garras jugaba con el estambre tirado en el suelo.

Soy el gato de la abuela de esta jovencita distraída e impulsiva. Soy el señor Wishkas.

Apenas y miraba a la niña, quien solo se la pasaba viendo tras la ventana debido a que no encontraba alguna actividad lo suficientemente entretenida para ella; con 14 años era realmente complicado para ella conseguir mantenerse concentrada en algo, por eso sus últimas visitas a casa de su abuela habían sido realmente aburridas y monótonas, pues no veía todo con la misma emoción de la infancia.

Suspiró, tomándome de mi pequeño y delicioso almohadón, decidió bajar al primer piso, donde su abuela se encontraba, en las escaleras empezó a pensar que tal vez era mejor haberse ido con sus primos a aquel campamento con el que se mostraban tan emocionados, si, definitivamente no extrañaba el ruido de todos esos niños.

Salimos de la casa y Annie no dejaba de mascullar mientras me sujetaba, estaba a punto de retorcerme para ser soltado pero el sonido de la puerta abriéndose me detuvo sorprendiéndonos a los dos que estábamos en el porche de la vieja casa.

—Querida, por favor, ¿podrías ir a dejar esto a la estación? estará alguien muy importante esperando allí, dile que vas de mi parte, me conoce muy bien, estaré algo ocupada con la cena de hoy. —extendió una cesta cuyo contenido no dejaba verse.

Definitivamente vi como la chica que me sostenía cambiaba de expresión por al fin tener algo diferente después de su aburrida rutina de encierro.

Tomó rápidamente la canasta y me dejó en el suelo, despidiéndose con la mano y sonriendo mientras caminaba directo al camino marcado en tierra que siempre se tomaba para ir a la estación.

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—No hay nada interesante, nada de nada— mascullaba sin expresión en su cara mientras pateaba una piedra del camino. ¡Cuidado! ¡Puedes golpear a alguien, torpe!

Paró de repente, mirando desde nuestra “prudente” distancia el bosque, se encontraba a unos metros de nosotros, pero sin duda la espesura de todos esos matorrales y altos arboles eran capaces de causar cierto miedo, incluso para este valiente gato.

—Nunca he entrado al bosque, Wishkas— al parecer la distancia no era lo suficientemente prudente para esta niña sin una gota de racionalidad en su joven cerebro.

Definitivamente no debería seguirla, debería interferir para detenerla, es inútil, solo soy un gato, un tonto gato, que justo ahora corre tras de ella, la niña imprudente.

Adentrarse en el bosque era algo imprudente pero más lo era que ella siendo humana no notara el potencial peligro que nos rodeaba, aunque todo estaba muy silencioso a nuestro alrededor, demasiado silencioso…esperen, ¿por qué hace calor?

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