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Cuentos y leyendas

begonnitaResumen10 de Abril de 2022

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Cuentos y Leyendas

DE LOS HÉROES

DE LA MITOLOGÍA

Christian Grenier

Marcos Segura Mena

1 C Bachillerato

INDICE

I. Filemón y Baucis.

El deber de la hospitalidad.

III. Perseo.

El combate contra la Medusa.

V. Hércules.

Un dios enamorado.

VIII. Paris.

La manzana de la discordia.

IX Aquiles.

La ira homérica

Ulises.

El caballo de Troya.

I

Filemón y Baucis. El deber de la hospitalidad.

Una noche que llovía mucho, Júpiter con su hijo Mercurio bajaron disfrazados a la Tierra, llegaron a un pueblo en el que vivía gente rica y decidió ponerlos a prueba. Estuvieron andando por el pueblo pidiendo un techo bajo el que guarecerse, pero en ninguna casa les dieron cobijo. Hasta que llegaron a una choza, llamaron a la puerta y allí los recibió un matrimonio de ancianos, Filemón y Baucis. El matrimonio no solo les permitió el paso, sino que también les secaron las ropas, incluso decidieron matar a una oca que tenían para darles de comer, haciendo que los dioses se sintieran cómodos. Los dioses sorprendidos por tanta hospitalidad quisieron agradecérselo y castigar a los demás habitantes del pueblo, hicieron subir a una montaña a los ancianos y desde allí vieron cómo el pueblo fue absorbido por las aguas, quedando únicamente en pie su casa. Júpiter convirtió la casa en un templo y les concedió un deseo. Los ancianos le pidieron ser guardianes del templo y morir al mismo tiempo. Así sucedió. Durante muchos años fueron sacerdotes del templo, pero como solo los dioses podía ser inmortales, Júpiter tuvo que terminar con sus vidas, los dos ancianos se cogieron de la mano y murieron, sus cuerpos fueron poco a poco cubriéndose de un frondoso follaje hasta que con el paso de los años el templo quedó totalmente cubierto. De esta forma los dos ancianos quedaron unidos para la eternidad.

III

Perseo. El combate contra la Medusa.

Acrisio, rey de Argos, emprendió viaje para consultar a Pitia si tendría un hijo. Cuando llegó al oráculo esta le dijo que en lugar de un hijo tendría un nieto, que le mataría y ocuparía su trono. Acrisio cuando llegó a Argos encerró a su hija Dánae para que no se cumpliera la predicción. Sin embargo, Júpiter decide ayudarla y se filtra en la habitación en forma de lluvia de oro y deja embarazada a Dánae, dando a luz más tarde a Perseo. Un día su padre oye los gritos del niño, horrorizado y para no cometer un crimen, introduce a los dos en un cofre y los tira al mar. El cofre llega a la playa de la isla de Sérifos, una de las islas Cícladas y el pastor Dictis los descubre y los acoge en su casa.

Pasa el tiempo y Perseo se convierte en un joven fuerte y valiente. Polidectes, hermano de Dictis y rey de Sérifos, se enamora de Dánae, y los dos son llevados a palacio. Para complacer a Dánae, Polidectes al que no le agradaba Perseo, le lleva los mejores preceptores que le enseñan todas las artes. Un día Polidectes organiza un gran banquete para celebrar el compromiso con Dánae, al que cada invitado debía llevar un regalo. Todos los invitados ofrecían riquezas, Perseo, al ser preguntado por el rey que opinaba sobre los regalos, dijo que no eran originales, que original sería traer la cabeza de Medusa, Polidectes aprovecha la ocasión y le ordena que se la traiga él. De este modo lo alejaría o incluso se libraría de él definitivamente.

Por la mañana Mercurio va en su ayuda y le lleva junto a las Grayas, que eran hermanas de Medusa, ellas podrían decirle donde se encontraba la Gorgona más peligrosa.

Cuando Perseo llegó, les robó su ojo y su diente a las Grayas y para devolvérselos pidió que le dijeran el camino para encontrar a las Gorgonas y tres cosas para poder luchar contra las Gorgonas, así consiguió el camino y unas sandalias aladas, que le llevarían allí, un zurrón mágico y el casco de Plutón que le hacía invisible.

Mercurio se fue no sin antes advertirle de no mirar nunca ni a Medusa ni a sus hermanas o se convertiría en piedra. Perseo se puso las zapatillas y partió, en el camino las ninfas le iban guiando, hasta que por fin llegó a una caverna que estaba llena de estatuas de piedra. Vio que las Tres Hermanas de Medusa estaban durmiendo. Sigilosamente Perseo pasó delante de ellas y sin perder de vista a Medusa, guiado por su escudo y antes de que se despertara le cortó la cabeza a Medusa, la puso en el zurrón. Pero de la sangre que brotaba del cuerpo de la Gorgona nacieron el gigante Crisaor y el caballo alado Pegaso avisándole que las otras Gorgonas se estaban despertando, el joven entonces se puso el casco de Plutón y con el escudo de Minerva se protegió alcanzando la salida. Se subió a lomos de Pegaso, que salía de la cueva, logrando huir.

La noche siguiente apareció Mercurio, Perseo le devolvió todo menos el zurrón y le agradeció todos los consejos que le había dado.

Ya de regreso se encontró con el gigante Atlas que no le dejaba pasar la noche por que estaba cerca del Jardín de las Hespérides y le echó, pero cuando el gigante se dispuso a tragárselo, Perseo le mostró la cabeza de Medusa y se convirtió en una montaña de piedra, la que actualmente conocemos como el monte Atlas.

Cuando llegó a la isla de Sérifos, su madre se había escapado de Polidectes para no casarse, se había refugiado en un templo con Dictis. Entonces Perseo le dijo que había cumplido el encargo y traía a Medusa, Polidectes incrédulo, le pidió que se la mostrara y al hacerlo se convirtió en piedra, al igual que los soldados y cortesanos que intentaron abalanzarse sobre el joven. Liberó a Dánae y a Dictis, y los habitantes le pidieron que fuera su rey, a lo que se negó, ya que al único trono que aspiraba era el de Argos, su patria.

Acrisio, al enterarse de que su hija y nieto seguían vivos, para no morir huyó a Larisa. Perseo devolvió los regalos a Minerva y le dio a Medusa.

El rey de Larisa organizó unos juegos, Perseo que participaba en ellos lanzó un disco y justo alcanzó a un espectador, que no era otro que su abuelo Acrisio, finalmente lo que había dicho el oráculo se cumplió.

Perseo se casó con Andrómeda y tuvo muchos hijos. Júpiter se enamoró de una de sus nietas, y de esta unión nació el más famoso de los héroes: Hércules.

V

Hércules

Un dios enamorado.

Una mañana Onfalia, reina de Lidia, en el mercado de esclavos, se fijó en uno de ellos, estaba casi desnudo, tenían unos músculos enormes y una belleza escultura, Onfalía se preguntaba cómo podía estar encadenado aquel coloso. Al acercase y preguntar cuanto pedían por él, el mercader le contestó que era el famoso Hércules. La reina enseguida pensó que le vendría muy bien tenerlo, porque a si podría librarse de los bandidos que asaltaban su reino. Para asegurarse de que era verdad, continuó preguntado, el mercader le contó que se encontraba así porque había cometido un delito. Hércules, por venganza, había tirado desde lo alto de la muralla al hijo de Euristeo, ya que este le había negado la mano de su hija. Por este motivo, Apolo le condenó a hacerse esclavo durante un año. Onfalia pago al mercador, que no era otro que el mismísimo Mercurio, dios del comercio.

Pasó poco tiempo y el héroe se deshizo de todos los maleantes, Onfalia no sabía que tarea asignarle y decidió pedirle la piel de león de Nemea, Hércules de mala gana se la quitó y quedó desnudo, Onfalia también se quitó su túnica, le pregunto si la encontraba bella y Hércules asintió. Onfalia entonces pide a Hércules que cante o baile, a lo que contesta que es un guerrero, que lo que puede hacer es contarle sus historias, y así pasaron horas y horas. Ella le regaló un anillo por todas las hazañas que había realizado. Al día siguiente le regaló un collar de perlas y le obligó a ponérselo. Pasaron los días y Hércules fue ablandándose y encariñándose con la reina, que se había propuesto dominarle, pero finalmente ambos se enamoraron y se casaron.

Pasado el año, Mercurio se le apareció en sueños a Onfalia, para decir que ya era el momento de separarse del esclavo. A la mañana siguiente, Hércules fue a buscarla, ella le recibió muy fríamente, le dijo que era la hora de separarse, le devolvió la piel de león y le pidió las joyas que ella le había regalado. Hércules se puso su piel de león y poco a poco volvió a sentirse como un guerrero.

Una mañana se levantó, volvió a preguntar a su esposa si debía irse, ella contestó que sí, que era la última orden que le daba. Hércules obedeció y se fue. Ayudado por los dioses, poco a poco se olvidó de Onfalia. Sin embargo, Onfalia no logró olvidarse de él.

VIII

Paris.

La manzana de la discordia.

Discordia, era una divinidad poco afable, por lo que Júpiter y Juno no la invitaron a la boda de Tetis, diosa marina y Peleo, rey de Tesalia, que se celebraría en el Olimpo.

La fiesta estaba siendo un éxito, pero Discordia los estaba observando, ofendida por no ser invitada, decide vengarse, cuando están todos distraídos, pasa al salón y deja en la mesa una manzana de oro sobre la mesa, en la

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