EL BUEN LECTOR NO NACE SE HACE
osita772 de Julio de 2011
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EL BUEN LECTOR SE HACE, NO NACE
Reflexiones sobre lectura y formación de lectores
Felipe Garrido
ÍNDICE
· Introducción
· La libertad de elegir
· Imaginación y enajenación
· Dos lecciones
· Fobias y contrafobias
· En el XXII Congreso de la Unión internacional de editores
· La lectura se contagia
· Un programa para talleres de lectura
· Cuestión de rigor
· Arte, cultura y bienestar
· El maestro y la lectura
· Que todos sean lectores
· La lectura como una ocupación inútil
· Fuera del diccionario
· Lenguas en conflictos
· Sirena lectora
· Una literatura es un país
· Simulación y lectura
· El futuro es hoy
· Epílogo / Cómo aprendí a leer
El lenguaje modela el espíritu, que a su vez modela al lenguaje.
Nuestro modo de hablar es nuestro modo de ser.
El espíritu sólo puede ampliarse en términos de lenguaje.
JUAN JOSÉ ARREOLA, La palabra educación
INTRODUCCIÓN
La importancia de la educación como el más poderoso instrumento de superación, personal y
colectiva, es cada día más clara.
También es evidente que el aprendizaje y la educación empiezan mucho antes de tropezar
con la escuela, apenas nacemos, de manera muy especial por el dominio del leguaje, tanto
hablado como escrito.1 El lenguaje nos permite nombrar al mundo, tomar conciencia, ordenar la
experiencia, relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. La educación comienza en la
esfera de las operaciones básicas de comunicación y de expresión: escuchar y hablar, leer y
escribir. Mientras más suficiente sea una persona en el uso de estos dos sistemas paralelos,
mejor capacitada se hallará para cualquier actividad.
La lectura y escritura son acciones complementarias e inseparables; decir una es decir la
otra. Decir lectura, por su parte, no puede limitarse a los libros de texto, a los libros que se ven
sólo por obligación de estudio o de trabajo; decir lectura implica, además de los libros que se
estudian y con los que se trabaja, los libros de imaginación, los que se leen por gusto. Entre otras
razones, por las que apunta Vasili Sujomlinsky, refiriéndose a los niños, pero que podemos dar
por buenas también para otros grupos de edad:
La lectura es una ventana por la cual los niños ven y conocen el mundo y se conocen
a sí mismo...] No verá el niño la belleza del mundo circundante si no ha percibido la
belleza de la palabra leída en el libro. El camino al corazón y a la conciencia del niño
llega por dos lados que parecen opuestos a primera vista: del libro, de la palabra
leída a la expresión verbal; y de la palabra instalada ya en el mundo espiritual del niño
al libro, a la lectura, a la escritura.
La vida en el mundo de los libros es cosa muy distinta a la lectura de las lecciones,
por concienzuda y aplicada que sea. Puede darse el caso de un alumno que termina
estupendamente los estudios y desconoce por completo lo que es la vida intelectual,
ese alto goce humano que proporciona el leer y el pensar. La vida en el mundo de los
libros es conocer la belleza del pensamiento, es gozar de las riquezas culturales, es
elevarse uno mismo.2
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