EL HOMBRE Y SU TENDENCIA AL FACILISMO

EL HOMBRE Y SU TENDENCIA AL FACILISMO

La imaginación es indispensable cuando se trata de ir en búsqueda de la felicidad. Inventamos vidas llenas de placeres, sin riesgos y sin preocupación por la superación de sí mismos. El facilismo hace parte de la vida práctica para alcanzar las metas, los anhelos, sueños y los propósitos de las personas. Esto se debe a que no nos gusta asumir peligros que afecten nuestros ideales.

En la ambición de la existencia cotidiana, se introduce el ideal de la seguridad garantizada, donde todo tiene soluciones definitivas. Los deseos de las personas se enfocan hacia el camino más fácil para alcanzar lo que se proponen, debido a que no les gusta enfrentar dificultades, ni luchar para lograr sus objetivos o metas.

El hombre siempre ha querido llegar a sus propósitos en base a lo fácil, sin pensar en hacer un esfuerzo para lograrlo, solo piensa en obtener satisfacciones. Por esto adopta doctrinas que le ayuden a conocer un todo, quitándole el peso de usar su propia razón. Al pretender volver a los orígenes y poseer una verdad absoluta, termina sometido a lo que le digan que debe de hacer y lo que debe pensar. Entonces comienza a explorar y a vivir la idealización de una comunidad, en donde le hacen pensar que los argumentos de los demás no tienen validez ante la verdad que ya conoce, llegando al punto de rechazar toda oposición y toda diferencia. La experiencia que se vive demuestra que esta acción no solo es una característica de tiempos pasados, debido que en la actualidad funciona muy bien implementando nuevas formas que son eficaces.

Ningún origen divino protege una doctrina de caer en interpretación propia, y de que la única verdad sea esta, y las demás ideologías sean falsas. Las formaciones colectivas que se basan en palabras infalibles, suprimen la necesidad de pensar por sí mismos a sus miembros y generan en estos una ambivalencia de amor por lo propio y odio por lo extraño, lo cual hace entrar al individuo en lo que llamamos facilismo. Estas formaciones se caracterizan por su capacidad de entrega y sacrificios que sus miembros aceptan. Por la cual el hombre se preocupa por la necesidad de combinar el amor, el respeto y la crítica.

Las ideologías proféticas debido a que sostienen un síntoma inequívoco se olvidan del respeto y de la igualdad, también de las normas universales que existen. Las normas y el respeto solo toman validez dentro ellas y de los grupos que las generan, pues las relaciones humanas del exterior están por fuera de sus metas. La diferencia se respeta siempre y cuando este dentro de estas comunidades, pues se cree que ya no podría haber una separación de ideologías entre sus integrantes. En base a lo anterior cuando se cree tener la razón, no se respeta el

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