ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Corazon De Voltaire

nanlei9 de Febrero de 2014

4.100 Palabras (17 Páginas)1.214 Visitas

Página 1 de 17

Todo enunciado está habitado por una voz ajena. Nuestro hablar es un hablar también de otro. No somos propietarios de las voces que usamos. El lenguaje es una propiedad colectiva. Y en cuanto voces de otros no nos llegan de forma neutra, sino cargadas, “ideologizadas”, configuradas con intuiciones ajenas, de otros [...]

José Enrique Martínez Fernández

La intertextualidad literaria

El presente trabajo busca demostrar cómo la obra El corazón de Voltaire de Luis López Nieves aun cuando está ambientada en el siglo XXI, en pleno auge de la era tecnológica, logra captar un close up muy próximo de los cimientos históricos, políticos, sociales, culturales y religiosos sobre los que se sustentó el siglo de la ilustración en Francia. Ese acercamiento retrospectivo a importantes acontecimientos del siglo XVIII, que discurre entre lo efímero y lo duradero, va dando cuenta de una complejidad textual en la que se cruzan varios aspectos. Por una parte, los ámbitos discursivo y narrativo se desarrollan a través de tres estructuras que responden a géneros literarios disímiles pero que, curiosamente, en esta obra progresan en una relación de reciprocidad. Estas estructuras, la de la novela epistolar1 , la de la novela histórica y la de la novela negra2, se informan mutuamente al tiempo que consienten explorar tensiones y conflictos entre la literatura (historia trocada) y la sociedad (impronta del pasado). La epístola y el misterio dibujan múltiples líneas que van de la ficción a la realidad o viceversa y del pasado al presente indistintamente pero dejando siempre intersticios por los cuales es posible vislumbrar varios núcleos temáticos en los que, sin lugar a dudas, hace énfasis la conciencia organizadora del hablante implícito. Ese énfasis se posa, fundamentalmente, sobre la perspectivización que desde el siglo XXI se nos entrega de la víspera y el desarrollo de la revolución francesa y sus implicaciones religiosas, políticas y culturales, de la vida monacal en los conventos masculinos franceses y del poder ejercido por la iglesia católica a lo largo de la Historia así como de la anulación/omisión del rol de la mujer en el controvertido siglo de Voltaire. De igual forma, la estructura temática pone de manifiesto el poder de la burocracia y los límites de la diplomacia de los aparatos de estado en la Europa de este siglo en la misma medida en que nos muestra el papel activo, determinante e influyente de la mujer tanto en lo público como en lo privado en los albores del siglo XXI y el evidente dominio de los adelantos tecnológicos con lo que se cuenta en la actualidad.

Esa complejidad que exhibe la atmósfera ficcional de una novela cuyo discurso está construido en base a correos electrónicos rescinde la hipótesis en la que se profetiza la muerte del género epistolar. Desde nuestro punto de vista, la inmediatez, la espontaneidad, el carácter acomodaticio (brevedad o extensión, formalidad o informalidad, trivialidad o seriedad, diplomacia/mesura o aspereza/atrevimiento) que signa el correo electrónico es precisamente lo que le otorga vitalidad y consistencia a la literariedad de El corazón de Voltaire. Si bien es cierto que en esta novela el e-mail se exhibe, prácticamente, como el único procedimiento narrativo, no es menos cierto, que eso trae consigo una deliberada ambigüedad espacial y temporal que inhabilita por completo la univocidad del procedimiento y provoca una exacerbada polifonía en la que intervienen no sólo todos los constructos del texto novelesco (personajes-narradores, hablante implícito, narratarios, lectores) y las herramientas discursivas como la ironía y la parodia, sino, además, las voces contrastantes de los sistemas referenciales pasados y actuales de los que hace gala la obra. En este sentido, a propósito de esa polifonía, es dable hablar, entonces, en El corazón de Voltaire de un lenguaje de géneros (atendiendo incluso la ambivalencia del término: género literarios: novela epistolar, novela negra, novela histórica y masculino/femenino) y de un lenguaje de generaciones que vendría dado por los momentos históricos en los que se mueve el ámbito ficcional. Es en los signos con los que se fundan ¿y refractan? ambos lenguajes en los que se orquesta todo el universo semántico de la novela y, es también allí, donde hay que buscar la revitalización que el correo electrónico le ha conferido al género epistolar.

En este marco de referencias no podemos pasar inadvertido que en el universo discursivo de esta obra, tienen una incuestionable importancia las figuras del autor y el lector implícitos, son ellos los que intencionalmente crean la tensión entre lo verbalizado y lo insinuado. En el caso del autor implícito, en esta novela no tiene una voz tangible que nos hable directamente, no obstante, nos instruye a través de los signos seleccionados para cada lenguaje que configura. Paradójicamente desde el silencio esta figura irrumpe en la polifonía que caracteriza la obra. Así, tal como lo percibimos, la dicotomía discursiva se resuelve en el principio estructural que es el hablante implícito y su contraparte el lector implícito. Este último es convocado, paradójicamente, por el efecto de verosimilitud producido por la sencillez de la narración. Esa sencillez, que es sólo aparente3, lo insta a acceder al espacio íntimo y confidencial de la correspondencia personal.

En El corazón de Voltaire el ámbito narrativo se inaugura con un primer correo electrónico en el que se expresa una inquietud personal: [...] Antes de retirarse a sus aposentos, la Embajadora me ordenó, en un tono de voz que usa pocas veces, que confirmara con ustedes si los restos de Voltaire están en el Panteón, lo cual hago.(p.10), que pronto se convierte en una interrogante histórica: ¿Dónde están los restos de Voltaire? (p.11) y, más adelante, en un asunto de estado en el momento en que Nicole Dugardin, embajadora de Francia en Brasil, escribe directamente al presidente de Francia:

[...] ¿Sabías que hay dudas sobre la autenticidad del corazón de Voltaire que guarda la biblioteca nacional? ¿No te parece un escándalo?

Te ganarías el reconocimiento y el respeto de los admiradores del Filósofo, que son muchos en todo el mundo -los que viven en Francia, votan- si ayudaras a resolver este misterio. ¿Te animas? [...] (p.16)

Esa expectación inicial, proveniente, por cierto, de Latinoamérica, abre y activa el ámbito ficcional y, es luego la interrogante histórica convertida en asunto de Estado de la república francesa la que persuade al lector a constituirse como ínsito al discurso. Tal persuasión nace de la constante referencia que hacen los personajes-narradores al secreto y a la confidencialidad. El lector debe, inexorablemente, dejarse fictivizar, no sólo porque es el receptor de una correspondencia ajena, a la que de otro modo no tendría acceso, sino también porque está siendo partícipe de una búsqueda que no puede ser divulgada por el riesgo que implica alterar el curso de la Historia. La narración progresa sistemáticamente en dos planos: uno en el que se asume escritura privada y se dejan al descubierto ciertas confesiones íntimas de personajes públicos y otro que se desarrolla en la plena conciencia de que lo personal está siendo desacralizado, en este segundo plano las historias vienen más bien desde la periferia, de personajes-narradores que, en rigor, no son del entorno público ni agentes directos de los hechos históricos: Cecilia Costa, Frédéric Sarre, Abad Philippe de Sedaine sin ser protagonistas de los acontecimientos los desenmascaran. Estos tres personajes son metafóricos en sí mismos, en la ficción ellos se apropian de documentos que no les pertenecen, invaden correspondencia de otros y lo hacen sin misterio, sin asomo de culpabilidad. Sus discursos desplazan el velo hierático que envuelve las figuras de Gabriel Daumart, al Dr Claude Durieu, al Conde de Tamerville y al propio Voltaire. Las dos facetas de sus vidas (conocida/desconocida) son puestas en tela de juicio. Nos encontramos, entonces, con una Historia contada sin reserva desde los márgenes. Cuando Roland de Luziers firma el contrato de confidencialidad ya el lector se ha hecho su cómplice por eso sabe a priori que el contrato será incumplido. El propio Luziers en su afán de encontrar la verdad también violenta intimidades (de espacios físicos, la Abadía por ejemplo, y de mundos internos) y lo hace con conciencia plena, además. Es a propósito de eso, que, en El corazón de Voltaire, podría hablarse de una combinación lúdica en la que intervienen las voces de quien escribe, quien organiza, quienes cuentan y quienes leen. A este respecto interesa la tesis de Bajtín (1990: 261) según la cual en el intercambio de cartas puede verificarse que el oyente, como entidad pasiva, es una abstracción poco útil para el reconocimiento profundo del proceso comunicacional. Agregaríamos, incluso, que en el caso del correo electrónico ese proceso comunicacional se plantea mucho más complejo y por lo tanto requiere de un lector competente. Como dice Sylvia Molloy (2004: 164) Ningún texto, por sugerente y matizado que parezca, deja nada al azar[...](Todo texto sugerente es deliberado: Verlaine habla de “elegir” la ambigüedad, lo impreciso). Es indudable que en esta obra de López Nieves se elige la ambigüedad del tiempo, del espacio, de la Historia y, la literariedad estructurada en base a e-mails le proporciona una particular ambigüedad al discurso.

En una obra literaria como la que nos ocupa, en la que el manejo de los avances tecnológicos nos presenta una dimensión tan cercana de la realidad y la verdad ficcional es impugnable porque no existe una voz que liderice en el ámbito narrativo sino que cada personaje, indistintamente, ejerce la función de enunciador,

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (26 Kb)
Leer 16 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com