El Cuento
Enviado por karencfl • 20 de Noviembre de 2014 • 661 Palabras (3 Páginas) • 251 Visitas
Mimosaurio
Esta es la verdadera historia del mimosaurio, el dinosaurio afectuoso que asolo la tierra hace millones de años
Según el estudio hecho en los huesos encontrados, el mimosaurio era tan feroz como el tiranosaurio rex y el velociraptor.
Pero a diferencia de estos, no atacaba a sus presas con dientes y uñas sino con besos, caricias y mimos, lo que lo convirtió en el depredador más tierno del periodo jurásico.
Ninguna criatura viviente escapaba al afecto mortal de su cariño
Las victimas , carnívoros y herbívoros por igual, soportaron su presencia…
Sin embargo meses atrás el paleontólogo austriaco, El profesor armando Brunenbaurn sorprendió al mundo al encontrar intacto un huevo de mimosaurio en el valle de la luna. Buscando nidos de terodactilos, tropezó accidentalmente con una pieza única, nunca antes vista.
-observa las pintas de la cascara, cholo ¡que diseño tan particular!-comento a su ayudante mientras cepillaba la enorme superficie del huevo.
La luz de la linterna y el rasqueteo del cepillo sirvieron para calentar el cascaron y así ambos fueron testigo del nacimiento del ultimo misosauiro y, lamentablemente, sus primeras víctimas
Horas después fueron encontrados por un amigo que los llevo a un hospital cercano. Estaban unidos en un abrazo fraterno y se daban palmaditas en la espalda. Los efectos posteriores al ataque no se hacían esperar.
El contacto con el monstruo provocaba en sus presas una especie de locura cariñosa y se convertía en simpáticas, gentil y querendón.
Al Llegar al hospital al instante el lugar se convirtió en un hervidero de besos, abrazos y voces que gritaban
-lo quiero mucho doctor
-¡gracias enfermera!
-¡vivan los cirujanos!
-¡adoro a mis pacientes!
……………………….
Y nada podía detener al mimosaurio hambriento de besos, comenzó atacando granjas y pueblos del campo. Nadie quedo fuera del alcance de sus mimos: gallinas, caballos, cerdos, ovejas, patos, hombres mujeres niños ancianos. Todos convertidos en fieras amorosas.
El siguiente objetivo fue la ciudad. Corrió por las autopista, provocando el caos en el tráfico, hasta llegar a una esquina donde dos camioneros discutían ruidosamente. Los hombre terminaron abrazados riéndose y diciéndose a los gritos:
-¡te quiero amigo!
Después, un taxista que crobaba de mas comenzó a devolver el cambio y, en un ten varios pasajeros antipáticos se preocuparon
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