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El Jarron Azul


Enviado por   •  17 de Junio de 2015  •  1.295 Palabras (6 Páginas)  •  237 Visitas

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ANECDOTA DEL LUCHADOR QUE NO SE DA POR VENCIDO

CAPITULO I

Hace casi veinte años, apareció un libro (en inglés) con un título

que significaba aproximadamente el que se ve arriba, y el cual

enseña una gran lección. Cientos de miles y quizá millones de

hombres han admirado la anécdota y procurado seguir el

ejemplo del héroe de ella, cuyo lema era "Lo haré".

Desgraciadamente esta historieta nunca fue traducida a otros

idiomas, aunque beneficiaría a cuantos la leyeran. Por creerlo

así. . . por ser un elocuente ejemplo de lo que constituye la

firmeza de voluntad que conduce al éxito; daremos aquí, con

permiso del autor, un resumen de ella. Muy lejos de hacerlo en

el expresivo y vigoroso lenguaje del notable y admirado escritor -

Pedro B. Kyne- de fama mundial, y dudamos que un simple

compendio, cuando menos una traducción, pueda transmitir la elevada filosofía que contiene,

el humorismo y el profundo sentido común que han hecho de la pequeña historieta una

verdadera obra clásica.

Sin embargo, deseamos dar una síntesis de la moraleja que esta admirable anécdota

encierra y que ha sido una inspiración para tantos que aspirando al éxito, habían creído

insuperables los obstáculos con que tropezaran.

Mr. Alden P. Ricks, mejor conocido como "Cappy Ricks", fue el fundador y el espíritu

dirigente de una importante empresa maderera y de vapores. En teoría, ya se había retirado

de la dirección activa del negocio, pero en realidad continuaba siendo su principal guía y

consejero, rehusando -como él mismo se expresó- a abandonar su actividad mental no

obstante haber suspendido su actividad física.

Los ayudantes y administradores activos de "Cappy" eran: Mr. Skinner, encargado del

negocio de maderas, y Matt Peasley, quien dirigía el de vapores. Ambos eran hombres

competentes en quienes Cappy tenía plena confianza, aunque a veces le entraban dudas de

su buen criterio, especialmente en lo que se refiere a juzgar la capacidad de otros.

El problema que estos tres personajes confrontaban, según principia la historia, era la

situación que existía en su oficina en Shanghai. El empleado que habían enviado a hacerse

cargo de ella estaba dando mal resultado, aunque esto no sorprendía a Cappy, porque en su

opinión carecía de ciertas cualidades que él consideraba esenciales.

-Skinner, ¿tienes un candidato para el puesto?, pregunto Cappy.

-Siento decirle que no, Mr. Ricks; todos los empleados que tengo bajo mis órdenes son

jóvenes... demasiados jóvenes para asumir esa responsabilidad.

-¿Que quieres decir con "demasiado jóvenes?", replicó Cappy.

-Bueno, el único a quien yo consideraría competente para ocupar el cargo sería Andrews y él

apenas tiene unos treinta años.

-Treinta años, ¿eh?; pues si no mal recuerdo yo te empecé a pagar un sueldo de diez mil

dólares al año y a confiarte la responsabilidad de dos millones cuando apenas tenías

veintiocho.

-Es cierto, pero Andrews ... bueno, no hemos puesto a prueba todavía su competencia.

-¡Skinner! -interrumpió Cappy en voz resonante- no alcanzo a comprender todavía por que

no te he mandado al diablo. ¿Dices que todavía no hemos puesto a prueba la competencia

de Andrews? ¿Por qué tenemos aquí gente que no sabemos lo que puede hacer ...

¡contéstame! El mundo de hoy es el mundo de la juventud, y métete esto en la cabeza.

(Dirigiéndose hacia el otro administrador continuó:)

-Matt, ¿que te parece Andrews para el puesto de Shanghai?!

-Lo creo capaz.

-¿Por qué?

-Porque lleva bastante tiempo con nosotros para haber adquirido la experiencia necesaria.

-¿Crees, Matt, que también tenga el valor necesario para asumir la responsabilidad? Eso es

mas importante todavía que la tal experiencia que Skinner y tú consideran como lo más

esencial.

-De eso nada puedo decirle a Ud., pero me parece que tiene energía e iniciativa, y

personalmente es agradable.

-Bueno, antes de mandarlo hay que convencernos de que tiene energía e iniciativa... de si

los tendrá cuando tenga que tomar una decisión inmediata, seis mil millas distante de sus

jefes a quienes consultar - y proceder acertadamente de acuerdo con su criterio. Eso es lo

más importante Skinner.

Tiene Ud. razón, Mr. Ricks, y creo que Ud., quién debe hacer la prueba.

-Convencidos,

...

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