El Libro De Buen Amor

Las propiedades del dinero

EL Libro de Buen Amor, Juan Ruiz

El fragmento que vamos a analizar consta de 18 estrofas que corresponden a uno de los varios “exiemplos” del Libro de Buen Amor:l el dinero y su propiedad, es decir el poder que puede generar el dinero de una manera general o en particular sobre las diferentes capas sociales o profesionales.

Las dos primeras estrofas marcan la primera parte del pasaje, en la que se relatan consideraciones más generales sobre el dinero, en el sentido en que no aparece un criterio social particular. Demuestra que el dinero lo puede embellecer todo y se vale de oposiciones (“torpe”/”bueno”; “necio”/”sabidor”) para determinar los cambios radicales que puede engendrar. Además, insiste en el hecho de que la abundancia de dinero es considerable, dado que más dinero el beneficiario tiene, más crece su poder y su valor.

De la estrofa 492 hasta la 495, el autor se expresa sobre el poder de salvación que puede detener el hombre rico: aún se puede adquirir el paraíso. Luego sigue una manifestación de la supremacía del dinero a todos los niveles de la jerarquía católica desde el más alto, es decir desde Roma hasta la base: el monasterio.

A partir de la estrofa 496, el autor trata el tema del dinero con respecto a la justicia y a la corrupción: el dinero puede alternar un acontecimiento de manera positiva o negativa, como se ve en los versos 497a y 497c “el dinero quebranta las cadenas dañosas” pero “el que no tiene dineros échanle las esposas”. A lo largo del dialogo de Don Amor, se atribuye al dinero una característica divina puesto que tiene un poder de vida o de muerte sobre los seres humanos. A continuación, hace referencias a los bienes materiales que se pueden obtener o perder: “una casa” o “unos muebles”, “las comidas” o “las joyas”. El dinero también desempeña un papel cuanto a la evolución social de un individuo en la sociedad , el autor evoca esta facultad de progresión en la estrofa 500: “El faze cavalleros de necios aldeanos; condes e ricosomnes de algunos villanos.”

La cuarta parte trata el tema de la corrupción en relación con la religión y pone de relieve la venalidad de ciertos “monges, frailes, clérigos” que no actúan de acuerdo con sus discursos.

Este pasaje se sitúa durante la pelea entre el Arcipreste y Don Amor. Después de un discurso en el que expone los efectos negativos del amor y su dificultad para seducir a las mujeres, Don Amor se defiende y responde al Arcipreste basándose sobre consejos ilustrados por diferentes ejemplos y fábulas. El fragmento dedicado al dinero corresponde a una paréntesis por parte del narrador para conservar el sentido de su discurso original y llegar a una conclusión en relación con este último: el dinero es un medio para seducir a una mujer. Lo explica claramente en la estrofa 511:

“Por dineros se muda el mundo e su manera ;

toda muger cobdiçioca de algo es falaguera,

por joyas e dineros salirá de carrera..”

Con estas declaraciones, el autor sobreentiende que el amor se puede comprar. Así, el interés de este fragmento dedicado al poder del dinero frente al amor no es una casualidad, sirve para sostener y dar más valor a los argumentos que desarrolla Don Amor sobre el amor y sus atributos: si el dinero pretende detener el poder de salvación y de perdición, el poder de vida y de muerte; si tiene una buena o una mala influencia sobre deferentes aspectos, también se puede revelar convincente en el momento de seducir una mujer.

Pero este fragmento no se limita solamente al amor, sino que se extiende sobre diferentes críticas abiertas, sobre todo a propósito de los miembros de la Iglesia católica y de la justicia medieval. Estas críticas en contra del poder ejecutivo medieval y del eclesiástico traen más apoyo cuanto en la opinión del autor sobre el poder del dinero en la sociedad.

Podemos decir que estamos ante una sátira porque se hace una crítica de las costumbres y de la perversidad de varios grupos sociales con un objetivo moralizador, aunque este propósito no se afirma claramente.

Por un lado, se alude a la corrupción en el mundo de la justicia: al declarar que el dinero tiene la capacidad de oprimir o de dejar libre, de sancionar o salvar, podemos admitir que los abogados confieren menos importancia al verdadero propósito de su oficio – hacer justicia - que a su propio interés. Así aún puede corromper el poder ejecutivo y poner en cuestión la balanza de la justicia. En efecto, las decisiones que emanan de juezes y otras instituciones jurídicas no reflejan siempre el principio de igualdad de todos frente a la justicia y el estatuto social de una persona puede influir en una decisión final. En los versos 496c y d podemos entender que los abogados son cómplices de los daños que puede provocar el dinero: “con muchos abogados era su mantenençia / en tener pleitos malos e fazer abenençia”. Finalmente, el hombre pobre no puede escapar ni por una causa justa, ni por la religión como le veremos más adelante.

El dinero obra como una protección para su poseedor, pero al contrario puede revelarse peligroso para el que no tiene las ventajas del rico: “Faze perder al pobre su casa e su viña; / sus muebles e raíces, todo lo desaliña (versos 499a y b). En conclusión, en la sociedad de la época, ya las castas interpretan un papel influyente sobre la justicia.

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