El Verdadero Maestro

Durante el paseo transitorio de nuestro camino por la vida, requerimos de alguien que nos guíe, para que nos explique y nos indique los distintos caminos que uno puede tomar, quien nos advierta las precauciones que debemos seguir para llegar al final de éste o que al menos sea más placentero. Ese personaje es el maestro, que tiene muchas formas, no siempre es quién tiene mayor edad, sino que es quien tiene mayor experiencia y como los seres humanos no somos capaces de dominar todos los saberes, por ello es que he mencionado que hay múltiples maestros, quienes tienen distintas edades, ya que aun así, podemos ver a un niño de 7 años enseñar cómo funciona algún juego de video o un aparato tecnológico a un adulto de 50 años de edad.

Es así, que cabe afirmar también que muchas de las veces, los maestros tienen formas muy distintas de darnos aprendizajes, ya sea de manera convencional o sin tener la intención, pero que logran su objetivo. Es decir, hay maestros que tienen ese objetivo, que son contratados para ello y quienes sin la consigna de ser denominados maestros, dan con el objetivo, provocar un aprendizaje en otra persona a quién se le denomina alumno.

Aquellos maestros que recordamos y que no pasan desapercibidos, son aquellos que tienen algo peculiar, que lograron mover una fibra y enseñarnos algo que sea del contenido académico o más importante aún, aquellos que dejan un aprendizaje para la vida; ese aprendizaje que ocupamos en momentos importantes.

Ese aprendizaje es de los más importantes, ya que nos hacen valernos en el mundo, cuando imitamos las posturas de nuestros profesores, la forma de hablar, la convicción con que nos dicen las cosas que “debemos” aprender en el salón de clases y que dejan huella porque traemos a nuestra realidad ese aprendizaje “asimilado” que lo hemos hecho nuestro.

Sin embargo, el ser humano tiende muchas veces a llegar al aprendizaje y a la reflexión cuando es demasiado tarde o cuando se encuentra en situaciones críticas; sin embargo el objetivo es llegar a darse cuenta de las cosas, ya que muchos nunca llegan a entender y siguen con su vida cometiendo los mismos errores y viviendo de la misma forma. Un aprendizaje se nota cuando ha provocado un cambio en otro ser, un cambio para la mejora del alumno, que es aplicado y tiene una utilidad como herramienta que es utilizada en el momento preciso.

Cabe decir que el primer lugar donde se dan nuestros primeros y más fundamentales aprendizajes es el núcleo familiar, y por su puesto nuestros primeros maestros son nuestros padres, de quienes aprendemos la forma de comportarnos frente a situaciones de la vida y de quienes aprendemos a resolver conflictos y situaciones que nos llegan a ocurrir durante nuestro paso por éste mundo.

Por ello, todo aquello que nos dicen nuestros padres, la forma en que nos corrigen y como ellos toman la vida, es fundamental para crear los cimientos de nuestra personalidad y que van a dar la dirección de nuestro camino. Pero, muchos padres llegan a lastimarnos y a dejarnos marcas negativas porque no es una tarea sencilla transmitir el conocimiento y en actos de desesperación pueden llegar a hacernos daño de manera física, psicológica, verbal o emocional con la manera en que nos corrigen, esas heridas son las que más marcadas nos quedan, porque vienen de los maestros más importantes.

Ahora, si no ponemos a pensar y analizar con atención, tratemos de contar cuántos maestros hemos tenido en el paso de nuestra vida, sé que podemos contar muchos y quienes ni siquiera nos habíamos imaginado o sospechado de que lo han sido.

Los maestros muchas veces forman parte fundamental del lugar donde nos encontramos, quienes nos han orientado a seguir el camino de nuestra carrera por la vida. Si somos personas de éxito, algunos llegan a afirmar que tuvimos suerte, y quizá sea así, que al principio hayamos tenido suerte de llegar

...