El discurso es un mensaje que se pronuncia de manera pública

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EL DISCURSO

Del latín discursus, un discurso es un mensaje que se pronuncia de manera pública. Se trata de una acción comunicativa cuya finalidad es exponer o transmitir algún tipo de información y, por lo general, convencer a los oyentes.

La introducción es una vista previa de lo que vas a ofrecer a tu público y permite que éste se oriente durante el resto del discurso. Si presentas una buena introducción, tu público sabrá qué esperar y sabrá por qué estás diciendo algo en un momento determinado, pues son conscientes de que hay un objetivo y un orden del discurso que ya les presentaste, entonces serán capaces de seguirte.

Tener una buena apertura es muy importante para el discurso porque esto le dice a tu público que lo que vas a decir es valioso. En este sentido, las personas que no parezcan muy interesadas tan pronto te vean o tan pronto conozcan el tema de tu discurso, se sentirán atraídas si al menos les muestras con tu introducción que vas a ser conciso, que vas a decir algo que es importante y que no vas a divagar y a decir  muchas cosas que no están relacionadas.

Existen varias formas de comenzar tu discurso. Aquí te presento una especie de decálogo elaborado a partir de las sugerencias de varios autores, principalmente de Arturo Merayo en su curso práctico de técnicas de comunicación oral.

1. Una pregunta retórica. Empezar con una interrogante es una forma excelente de vincular al público con tu discurso y de hacerle pensar.

1. Una cita. En este caso, conviene no olvidar el sabio consejo de Aristóteles: “El uso de las máximas se ajusta (…) a aquellos temas de los que el que habla tiene experiencia. Por consiguiente, el emplear máximas (….) sobre temas de los que no se tiene experiencia es un desatino y denota falta de educación”.

1. Un comienzo sorpresivo. Empezar con argumentos inesperados, que a primera vista no tienen mucho que ver con tu discurso, pero que al final te llevarán a conectar con el núcleo de la cuestión, es otro recurso muy útil.

1. Un inicio que estimule la imaginación. Lo normal cuando das un discurso es que tú tomes el papel más activo y el público adopte una actitud más pasiva. Pues bien, apostar por un tono más dialogante e invitar a nuestro auditorio a que participe suele dar buenos resultados.

1. Una frase irónica. Conviene que reserves este recurso para aquellos casos en los que sepas positivamente que la mayoría del público comparte tu postura sobre el asunto del que vas a hablar. En caso contrario, podrías crear una polémica innecesaria.

1. Un dato estadístico. Una cifra bien escogida constituye por sí misma uno de los argumentos más contundentes posibles.

1. Un objeto. Mostrar algo al público es una manera infalible de captar su atención y servirá para que todos -o casi todos- los asistentes levanten la mirada y se fijen en lo que les estás enseñando.

1. Una historia. Los relatos y cuentos poseen un encanto especial para casi todos nosotros, por eso algunos oradores como Obama no dudan en emplear este recurso, que Antonio Núñez ha analizado en profundidad en su obra Será mejor que lo cuentes.

1. Un recurso audiovisual. Proyectar un vídeo antes de que pronuncies tus primeras palabras creará en el público un efecto similar al que lograrás si le muestras un objeto.
2. Combinar varios de los consejos anteriores. Las posibles combinaciones son múltiples: mostrar un objeto y acompañarlo de una historia; comentar irónicamente un dato estadístico, etc.

Partes de un discurso

Todo tipo de discurso cuenta con unas partes de un discurso marcadas para poder estructurar de forma correcta la información buscada. Todo discurso debe constar de los siguientes apartados para que sea un texto coherente.

1. Se inicia con un saludo al público para llamar la atención de los presentes.[pic 6]
2. Introducción: Esta parte es fundamental, aquí es donde se trata de explicar a grandes rasgos la estructura que nuestro discurso va a tener. Hay que referirse al tema del discurso de manera breve y concisa y plantear preguntas al público.
3. Desarrollo: Tratar el tema en profundidad con datos y argumentando cada punto a tratar basados en cifras, citas de autores… Aquí se tiene que vislumbrar el conocimiento que tienes sobre el tema.
4. Conclusión: El final del discurso tiene que englobar toda la charla, pues son las últimas palabras que el oyente va a escuchar. Un consejo, para terminar con broche de oro, finaliza con una frase o cita de algún autor que crees que vale la pena mencionar porque influye a reflexionar.

Elementos de un discurso

En cuanto al discurso y sus elementos se deben considerar unos términos concretos que el emisor debe asumir e interiorizar para cómo hacer un discurso enfocándose en lo que realmente importa. Los elementos de un discurso son los siguientes:

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