El siglo de oro Español
Enviado por Johnsmith1191 • 18 de Marzo de 2014 • 2.598 Palabras (11 Páginas) • 246 Visitas
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El siglo de oro Español
Cultura y arte: Pintura, escultura , música y filosofía detrás de la creación artística
El siglo de oro español. El barroco
Pintura
La pintura española del siglo de oro tuvo su inicio con Doménikos Theotokópoulos llamado también “El Greco” (1542-1614), artista que se estableció en Toledo en el último cuarto del siglo XVI. Entre los años de 1590 y 1610 también aparecieron grandes artistas que tuvieron su maduración en pleno Barroco: José de Rivera llamado “el Españoleto”, Francisco de Zurbarán, Alonso Cano, Diego Velázquez de Silva y más tarde llegaron Bartolomé Esteban Murillo y Juan de Valdés Leal.
El Greco es el más asombroso representante de la pintura manierista en España y tuvo su formación en la escuela veneciana de Tiziano en Toledo. Sus pinturas contienen un ambiente de devoción religioso y místico. Sus obras maestras fueron “El expolio” y “El entierro del conde de Orgaz” entre otros. En su última época, estas obras fueron distinguidas por su característica de tener una forma alargada que las hace inconfundible.
Diego Velázquez de Silva es el más universal de todos los artistas del siglo de oro y es uno de los más grandes genios de la pintura de todos los tiempos. Es pintor de Luz y retratista de gran profundidad, tiene una técnica de pinceladas muy ligeras, que ha sido imitada en los siglos siguientes.
Zurbarán, gran maestro de la pintura de España del Barroco apegado al tenebrismo y a una temática exigida por su clientela monástica tiene obras como “cartujos” y “bodegones” que tiene como característica la sobriedad y han sido valorados de forma extraordinaria por la crítica contemporánea.
Bartolomé Esteban Murillo y Valdés Leal son los últimos grandes maestros de la pintura española del siglo XVII. Valdés Leal cultivo un violento expresionismo, mientras que Murillo fue un pintor tierno y amable, preocupado siempre por los efectos de la luz y le agradaban los temas relacionados con la devoción popular, es el pintor por antonomasia de la Inmaculada Concepción. Otra temática es la infantil, sus pinturas de niños son un prodigio de delicadeza. Murillo procura evitar en todos los casos las notas amargadas de la realidad y se fija sólo en sus aspectos más atrayentes.
Escultura
Las nuevas formas renacentistas procedentes de Italia se extendieron prontamente por España desde finales del siglo XV, pero en ocasiones chocaron con el hacer de artistas que aun permanecían anclados en la tradición del gótico. El triunfo de la plástica escultórica del renacimiento es cosa del siglo XVI y se produce bajo el impacto arrollador que provoca la aparición del lenguaje de miguel Ángel. Y es en este contexto donde hay que situar el trabajo excepcional de Alonso Berruguete (c. 1488-1561)
Muchos son los rasgos que singularizaron a la escultura española a lo largo de este siglo, pero acaso el más sobresaliente fue su capacidad de adaptación a un medio y unas exigencias históricas que hicieron de la imagen religiosa y de su plasmación en la madera policromada su más insigne cualidad. Estos dos instrumentos (madera y policromía) se pusieron al servicio de unas ideas religiosas y de un medio de expresión que hizo del realismo la fuente del arte del barroco.
Instituciones religiosas o sus benefactores promovieron obras de arte para ser contempladas en el interior de los santuarios o paseadas por las calles de la cuidad en forma de ‘pasos’ procesionales. El realismo de las figuras a menudo se acompañaba de accesorios que las hicieran más verosímiles, creándose la imagen de devanaderas o de vestir, adornadas con ricos ropajes, los cuales despertaron el recelo y la crítica de ciertos escritores religiosos por no considerar el procedimiento adecuado por el alto significado de las mismas.
LA ESCULTURA CASTELLANA. GREGORIO FERNANDEZ
CRISTO YACENTE (1625-1630)
LA PIEDAD (1616)
La gran tradición escultórica de la cuidad de Valladolid, sede ocasional de la corte española, no se interrumpió. A las obras de Berruguete y Juni se unió la de un intenso romanismo que marcara la transición del siglo XVII. Aunque ya parece vivo el sentimiento barroco y las grandes composiciones que hicieron famosos sus conjuntos procesionales en Francisco del Rincón, fue el gallego Gregorio Fernández (1576-1636) la personalidad más significativa.
Él fue quien aglutino el mayor interés de la escultura castellana, convirtiendo su taller de Valladolid en un centro del que irradiaron las profundas influencias de sus obras hacia toda castilla, el país vasco o Galicia y toda la zona costera del norte de España.
Es considerado como el escultor especializado en imágenes religiosas. Sus obras fueron enormemente populares debido a su vigoroso patetismo y en ellas se plasmo una de las exigencias capitales de la Contrarreforma: la de llevar la fe hasta las personas más humildes mediante una emoción viva.
Juan Martínez Montañés
(1568-1649) fue la figura central de su siglo. Hombre de gran prestigio, tuvo una etapa cortesana en la que accedió a los sectores palatinos de la mano del poderoso conde-duque de olivares, como ocurriera con Velázquez.
Esta breve estancia cortesana coincidió con el momento de mayor esplendor del sevillano, llamado para coronar la cabeza del rey Felipe IV que habría de fundir en Florencia Pietro Tacca. Fue un hombre consciente de su propia valía (había sido examinado de escultura y ensamblaje con pruebas que demostraban su conocimiento de los ordenes), lo que le valió litigar con Francisco Pacheco para defender su absoluta responsabilidad en el proceso de creación de sus obras.
JESUS DE LA PASION (c.1619)
Dominios musicales en el siglo XVII
El Barroco era un arte religioso y teatral. Realmente intentaba imitar al teatro por lo que tenia de fugaz, de efímero, de ilusorio; era principalmente un arte de espectáculo y ostentación.
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