El texto describe un barrio humilde, viejo y olvidado, comparándolo con un perro abandonado
arriarriarriInforme2 de Abril de 2024
695 Palabras (3 Páginas)120 Visitas
El texto describe un barrio humilde, viejo y olvidado, comparándolo con un perro abandonado. A pesar de su dureza, el sol lo compensa con caricias cálidas. Los niños de la época juegan en las calles, enfrentando obstáculos pero sin importarles. El narrador reflexiona sobre cómo la vida sacudió a todos en la adultez, llevándolos a la apatía y el desaliento. Recuerda con nostalgia la infancia, donde los mayores sufrían y luchaban por ellos. Evoca la energía de los años veinte y la inocencia de la niñez, donde la vida era un arco iris sin importar la falta de algunos colores.
El narrador evoca su infancia y recuerda a Zorobabel, un niño que sobresalía por su energía y responsabilidad, y a su hermana Angélica, cuya tristeza y ternura lo inspiraban. Describe cómo la sirena del depósito de tranvías marcaba el comienzo de las actividades diarias en el barrio, despertando a los trabajadores de la Compañía Eléctrica, incluido su padre. El narrador rememora cómo su padre se levantaba temprano, preparaba el desayuno y lo compartía con él antes de salir a trabajar. Estos recuerdos evocan la vida cotidiana y la ternura familiar de aquellos tiempos.
El texto describe el inicio de una huelga en un depósito de tranvías durante una madrugada lluviosa. La sirena suena como de costumbre, pero los trabajadores se niegan a trabajar y se congregan en la calle, formando una multitud. El narrador, desde la ventana de su casa, observa la escena. Se destacan los gritos de entusiasmo y vivas a la Federación Obrera de Chile por parte de los huelguistas.
El padre del narrador, un trabajador del depósito, se une a la protesta y sube a hablar desde uno de los portones. Otros compañeros también toman la palabra, incluyendo a una mujer. La multitud está llena de fervor y el narrador admira la valentía y el entusiasmo de su padre.
La situación se torna tensa cuando aparecen piquetes de lanceros, lo que indica una intervención policial o militar. Se producen enfrentamientos violentos, con disparos y peleas cuerpo a cuerpo. El padre del amigo del narrador es asesinado durante la confrontación, lo que conmociona profundamente al narrador y a su familia.
La madre y la hermana del narrador presencian la tragedia desde la casa, mientras él observa desde el balcón. La policía y los militares intervienen para dispersar a los huelguistas y resguardar el depósito. La escena se asemeja a una celebración patriótica, con banderas ondeando, pero el aire está cargado de tensión, violencia y tragedia.
El fragmento del libro narra una serie de eventos en la vida del narrador, un niño en su vecindario. Comienza con el narrador recordando una pelea con otro niño llamado Narciso, en la que resulta herido. A pesar de su derrota, se siente orgulloso de haberse defendido. Sin embargo, su orgullo se ve empañado por la preocupación por Angélica, una niña del vecindario que llora desconsoladamente por la ausencia de su padre. Mientras el narrador intenta consolarla, son interrumpidos por Doña Josefa, una vecina estricta que amenaza con contarle a la madre del narrador sobre su presencia con Angélica.
El narrador regresa a su casa preocupado por las posibles consecuencias de su encuentro con Angélica. Una vez allí, es confrontado por su madre, quien lo castiga severamente con azotes por su comportamiento. A pesar de su dolor y miedo, el narrador no revela la verdadera razón de su encuentro con Angélica, lo que genera más tensión en la relación con su madre.
El castigo deja al narrador con sentimientos encontrados de culpa, miedo y resentimiento hacia Doña Josefa. Sin embargo, la llegada de una vecina compasiva llamada Elena detiene el castigo y ofrece consuelo al niño.
En este fragmento, el padre del narrador regresa a casa tras participar en una huelga de trabajadores tranviarios, satisfecho por el desarrollo de la misma. Esa misma noche, asisten
...