Ensayo

C. JUEZ OCTAVO PENAL DE PARTIDO

PRESENTE:

EXP.146/2012

LICENCIADO AGUSTIN ECHEVERRIA GUEVARA, en mi calidad de Defensor, y EDGAR IVAN LUNA HERRERA, en mi calidad de indiciado, personalidad que tenemos reconocida, dentro de la causa penal arriba señalada, ante Usted C. Juez de los autos, con el debido respeto y consideración comparecemos para manifestar:

Que venimos a presentar conclusiones de inculpabilidad de la defensa para que su Señoría tenga a bien tenerlas en cuenta para resolver sobre la responsabilidad Penal de EDGAR IVAN LUNA HERRERA por el delito de HOMICIDIO en agravio de quien en vida respondía al nombre de Hilario Galindo Romero, y por el delito de LESIONES en agravio de Juan Antonio Galindo Moreno.

CONCLUSIONES

I.- Evidentemente dentro de la causa penal que nos ocupa, quedo debidamente demostrado el cuerpo del delito de HOMICIDIO en agravio de quien en vida respondía al nombre de Hilario Galindo Romero, y el delito de LESIONES en agravio de Juan Antonio Galindo Moreno, mas no así se encuentra plenamente comprobado que el indiciado EDGAR IVAN LUNA HERRERA, sea el responsable directo de dichas conductas típicas que se le atribuyen, lo a continuación acreditare.

En primer orden se cuenta con la Querella de parte de la esposa del occiso de nombre Esther Moreno Barrón, quien lo medular depone que fue testigo presencial de los hechos, y solo refiere que de repente escucha 4 cuatro disparos al parecer de arma de fuego, y se da cuenta que un sujeto apodado el oso, portaba un arma de fuego, y solo se da cuenta de que su esposo se encuentra lesionado cuando ya lo observa en el piso, ésta sin reconocer plenamente la participación directa en los hechos del inculpado Edgar Iván Luna Herrera alias El Cholo.

Se cuenta con la declaración de José Antonio Lara Torres, quien no fue testigo presencial de los hechos, y se da cuenta de los mismos por lo que le manifiesta el testigo Juan Raúl Carmona Martínez, sin tampoco tener relevancia para fundar la acusación en contra del inculpado Edgar Iván Luna Herrera alias El Cholo.

Asimismo el testigo Mauricio David Bustos Diaz, refiere que el día de los hechos, el ahora occiso Hilario Galindo Romero, paso por ellos a una fiesta donde se encontraba el hijo del occiso Hilario de apodo El Escarcha, y el pasivo paso en su camioneta de color azul tipo Astro, y abordaron dicho vehículo, ÉL, El Escarcha, El Burras, El Melenas, El Zabudio, El Meño, El Tronix y Janeth, e iba conduciendo el Layos quien es el occiso, al ir circulando por la calle Murcia y al llegar a la calle Tacana de la Colonia Piletas IV sección, nos empezaron aventar piedras varios sujetos de la banda de los Químicos, y entre ellos reconocí al Titis, al Virolo y al Cholo, y contestamos la agresión y nos empezamos a pelear, y escuche varios disparos y el cholo andaba en la campal, pero alcance a distinguir que él disparara.

Se cuenta también Así con la deposición de Azael Gonzales Gómez, alias El Burras, quien manifiesta al encontrarse en una fiesta en la Colonia Piletas, en compañía de varios amigos de la banda de los Niños Locos, al salir de la fiesta nos fuimos con el LAYOS en su camioneta de color azul tipo Astro, y abordaron dicho vehículo, El Meño, El Escarcha, El Isaac, El Melenas, El Mauri, El Tronix, Janeth y Él, venia manejando dicho vehículo el Layos y de copiloto venia su esposa, y Julio Cesar, al ir circulando por la calle Murcia y al llegar a la calle Tacana de la Colonia Piletas IV sección, nos empezaron aventar piedras varios sujetos de la banda de los Químicos, de los cuales observe, Al Bola hermano de el Oso y del Cholo, no me fije si el Bola trajera algún objeto en sus manos, ni tampoco vi si en la banda de los químicos andaba El Cholo, El Virolo, y El Oso, nosotros repelamos la agresión, cuando escuche tres disparos de arma de fuego, yo no vi quien hizo los disparos, por que estaba obscuro y no alcance a ver quien disparara, sin ser este testimonio fundamental para acreditar la plena responsabilidad del inculpado.

Por otro Lado se cuenta con el testimonio de Juan Antonio Galindo Moreno alias El Escarcha, quien también es parte ofendida por lo que hace al delito de Lesiones que se le imputa al indiciado, y quien refiere, que el día de los hechos llego su papa de nombre Hilario a quien le decimos Layos, llego por mi a una fiesta que se celebraba en la Colonia Piletas, y nos pidieron raite varios amigos míos pertenecientes a la banda de los Niños Locos, al ir circulando por la calle Murcia y al llegar con el cruce de la calle Tacana, empecé a escuchar silbidos, y mi cuate que le apodan el Tronix me comento que eran de la banda de los químicos, con quien tenemos rencillas, y nos empezaron apedrear la camioneta en la que viajábamos propiedad de mi padre, por lo que todos nos bajamos de la camioneta, incluyendo a mi papa y mi mama y Janet que traía a un niño en brazos, y cuando baje de la camioneta observe que se encontraban como diez chavos de la banda de los Químicos, pero como estaba muy obscuro el lugar no alcance a reconocer quienes eran esos chavos, y mis cuates empezaron a repeler la agresión, y yo apenas iba a arrojarles piedras, cuando escucho tres detonaciones de arma de fuego, los cuales provenían donde se encontraban los chavos de la banda de los químicos, y en cuanto escuche los balazos sentí algo calientito en mi pierna izquierda, dándome cuenta que me habían dado un balazo, pero yo no me fije quien disparo una pistola, ni tampoco pude darme cuenta quien traía pistola de esos chavos y desconozco quien le haya dado el balazo a mi papa, yo no me di cuenta si El Oso, El Cholo y El Virolo, andaban en la riña contra nosotros, y no pude reconocer a ninguno de esa banda por que estaba obscuro.

Por lo que hace a las deposiciones que emiten los atestos de nombres RUBEN SERVIN MUÑOZ y JUAN MARIANO ORTIZ JUAREZ, mismos que son coincidentes en manifestar que al llegar a la riña que se suscitaba en la calle Murcia esquina con calle Tacana, no pudieron reconocer a nadie, ya que el lugar de los hechos se encontraba muy obscuro.

Testimonios que provienen de personas plenamente capaces, versan sobre hechos por ellos percibidos, que emitieron sin que mediara coacción o violencia,

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