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Enviado por   •  19 de Octubre de 2011  •  5.790 Palabras (24 Páginas)  •  1.556 Visitas

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Turistas y Residentes en Destinos

de Sol y Playa de Argentina

Juan Carlos Mantero

Bernarda Barbini

Marcela Bertoni

RESUMEN

El presente trabajo aspira a dar a conocer resultados y reflexiones de una investigación empírica respecto de la sociabilidad del turista y de la relación turista residente en período de ocio vacacional en centros turísticos del litoral Atlántico Bonaerense, destinos de sol y playas.

La investigación en curso, Estudio de los centros turísticos del litoral, se aboca a la consideración de diferentes dimensiones de la problemática conformada por la actividad turística. A fin de considerar la dimensión socio - cultural se han realizado encuestas a turistas y residentes de estos centros que acogen una significativa afluencia turística de temporada.

Las encuestas realizadas a residentes y turistas de siete centros del litoral han permitido una caracterización de la identidad y diversidad en la conformación de la residencia y la afluencia de personas y la diferencial caracterización socioeconómica de los sujetos, las expectativas y las prácticas de sociabilidad de los turistas y las recíprocas apreciaciones y ponderaciones generadas en la interacción turista-residente.

Los resultados permiten apreciar que, no obstante la unidad conferida por el recurso convocante y la relativa similitud de la procedencia, en el perfil del turista y del residente de cada centro se observan singularidades, producto de la conformación socio-económica de cada población considerada y en congruencia expectativas, prácticas y valoraciones diferenciales, que es menester considerar en la concepción de políticas turísticas y en la implementación de acciones de promoción y desarrollo.

1. INTRODUCCIÓN.

El Litoral Atlántico de la Provincia de Buenos Aires en Argentina se extiende 1.280 kms., desde el cabo San Antonio hasta la desembocadura del río Patagones, y comprende una serie de Municipios con un número elevado centros destinados a la actividad turística. No obstante, tal como se indica en la presentación el presente trabajo se remite a centros localizados en los Municipios de La Costa, Pinamar, Villa Geseil y Mar Chiquita, donde se ubican los centros objeto de investigación, afectados al turismo de sol y playas (Provincia de Buenos Aires. Centros: San Clemente, Santa Teresita, San Bernardo, Mar de Ajá, Pinamar, Villa Gesell, Santa Clara).

El modelo turístico de sol y playa de los centros turísticos del litoral Atlántico Bonaerense se ha desarrollado, desde hace cinco décadas, con el propósito de dar respuesta al turismo masivo inducido, promovido para una demanda interna limitadamente diferenciada, caracterizándose por una oferta de un producto estandarizado de considerable rigidez sustentado en el recurso natural: la playa.

Los destinos de sol y playa, comprendidos en los Municipios mencionados, reciben una afluencia masiva del turismo interno de Argentina, que supera los tres millones de turistas en temporada, de acuerdo a información de la Subsecretaria de Turismo de la Provincia de Buenos Aires.

Además de concentrada en el espacio de la tranja litoral, la afluencia se concentra en el tiempo, la temporada, en un lapso que se extiende desde la segunda quincena de diciembre a la primer quincena de marzo, determinando una acentuada estacionalidad, considerable al promediar dicho período.

La capacidad locacional de los Municipios donde se ubican los centros objeto de estudio es de aproximadamente 445.000 de plazas4, donde más de 40.000 son plazas en hotel, 400.000 plazas en vivienda, y las restantes plazas se distribuyen en otros tipos de alojamiento5. La rigidez de la oferta de alojamiento hace que en la totalidad de las localidades consideradas el tipo de alojamiento más utilizado sea el departamento o la casa, en propiedad yio en alquiler.

El tipo de turismo es vacacional y familiar con fines de descanso y recreación sustentado en el recurso del mar y la playa, condición que supone cierta homogeneidad en las expectativas y las preferencias de los usuarios, permitiendo asumir que las variaciones en los niveles de uso se corresponden con las variaciones de su calidad.

Tales condiciones son determinantes de una modalidad turística que se caracteriza por la domesticidad de las prácticas turísticas (J. C. Mantero, 1997), atento a la incidencia que plantea un turismo en familia cuando coincide con un turismo en vivienda.

La domesticidad de las prácticas supone ciertas implicancias:

• La oferta de alojamiento se atomiza en unidades de vivienda de incierta equivalencia, multiplicando oferentes.

• El equipamiento de alojamiento no requiere prestación de servicios ad-hoc, en tanto la alimentación se realiza en la vivienda y la recreación tiene en la vivienda un ámbito alternativo.

• La capacidad de alojamiento es flexible (siempre cabe uno más) y el umbral de consumo es reducible (siempre se puede con algo menos), induciendo al turista a apelar a estrategias de subsistencia, de mínimo consumo.

Las tendencias señaladas en la modalidad turística suponen una actitud de repliegue del turista habitual y consecuente pérdida de dinámica en la inducción de actividades y servicios.

La reducción de consumos y servicios implica disminución del efecto multiplicador y de la generación de empleo atribuible a la actividad, en tanto la atomización en unidades de vivienda implica aumento de costo de funcionamiento y disuasión de tareas de acondicionamiento.

El alcance de la domesticidad no subestima ciertas condiciones propicias, emergentes de la privacidad y la tranquilidad en el descanso aspirado, sino que advierte respecto de prácticas que requieren evaluación respecto de su incidencia en la actividad turística y el desarrollo urbano.

Por otra parte, este tipo de turismo ha generado y provocado impactos localizados espacial

y temporalmente en las localidades, debido al patrón de crecimiento urbanístico expansivo,

produciéndose una ocupación indiscriminada del suelo, asociada a la especulación inmobiliaria

y la permisividad administrativa que ha implicado una política de hechos consumados.

Este crecimiento masivo no planificado ha producido inadecuación oferta/demanda, y degradación estética y funcional, que ponen de manifiesto signos de agotamiento y pérdida de competitividad

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