Etica Para Amador

ETICA, LIBERTAD Y BUENA VIDA

Como seres humanos, siempre se está buscando la manera de vivir bien y estar mejor cada día. Es normal que se busque de alguna manera distinguir entre lo bueno y lo malo, lo que afecta la moral y lo que daña la salud o simplemente entre las costumbres que se crean por órdenes o instinto y los caprichos que no benefician al hombre. En todos los casos, se debe hacer un esfuerzo por darse gusto, pero teniendo en cuenta que hay otros allegado en peores condiciones y que de alguna manera necesitan ayuda.

Las cosas no pueden llamarse “buenas” solo por que parecen, sino por que proyectan un beneficio. En muchas ocasiones las cosas buenas resultan ser perjudiciales, y ocurre cuando no son manipuladas del modo correcto. Un medicamento que es formulado con cierta dosis y horario, es benéfico, pero se convierte en dañino cuando la dosis se altera y las consecuencias resultan ser desfavorables para el individuo. Al mismo tiempo, se encontraran también cosas malas que pueden causar beneficios. La clave está en pensar antes de llevar a cabo una acción o decir alguna cosa, si analizamos antes de actuar, se podrá distinguir lo bueno de lo malo, de acuerdo al momento y a la situación.

Como ser pensante, el hombre tiene la facultad de elegir entre

los diferentes caminos que la vida le presente, entre hacer o no hacer, entre lo que le conviene y lo que no, o simplemente entre decir sí o no, solo tiene que pensar antes de elegir, separando lo bueno de lo malo, lo que es de lo que no es. Siempre se van a encontrar opciones más tentadoras que otras, pero muchas veces esas no son las apropiadas, las que menos parecen son las de primera elección, las que beneficiaran al ser humano y le ayudaran a ser mejor y a vivir la buena vida.

El día a día está lleno de agitadas vivencias, que con el correr del tiempo se convierten en costumbres, y las causas más comunes suelen ser el actuar automáticamente, por instinto, o simplemente por que continuamente se reciben órdenes que consideramos buenas y se obedece sin dubitar. Por lo tanto, se puede decir que hay ocasiones en las que no se elije por conveniencia, sino porque las circunstancias lo imponen y lo hacen necesario.

Las ordenes y costumbres crean en el ser humano rutina constante, y crea situaciones repetidas que en muchas ocasiones puede aburrir, pero por el hecho de que siempre ha sido así, el miedo a cambiar, o al capricho de continuar de la misma manera porque es lo que más se acomoda a sí mismo y la única manera de conseguir lo que se desea, no se cambia y se

continua en la misma monotonía.

Pero en muchas ocasiones hay que romper las reglas, por personalidad, se pude hacer lo que se quiera, claro está, sin llegar al extremo de hacer lo que se venga a voluntad, son dos acciones totalmente diferentes aunque sean parecidas. Hacer lo que se quiere, hace referencia a hacer lo que es bueno para sí mismo, sin hacer daño a los demás, eligiendo con libertad, con la certeza de que cambiar de costumbre, cumplir un capricho o desobedecer una orden, será por un beneficio mutuo (de sí mismo y de los demás)

Saber elegir es saber vivir, para elegir debemos analizar los pro y los contra de la decisión a tomar. El pensar en lo bueno y lo malo, ponerlo en una balanza y elegir la opción que mayores beneficios otorgue, eso es libertad. Al actuar de manera consecuente con lo que se desea y lo que realmente es bueno, se logra la buena vida, la satisfacción absoluta.

Como se ha dicho en lo anterior, el hombre el libre de elegir, de hacer lo que quiera; pero hay ocasiones en las que elige por causa de las circunstancias, pues ninguno elige ser esclavo de la comunidad publicitaria, pero si eligen comprar un producto por necesidad.

Pero, ¿Qué es lo que realmente busca la ética?, sencillo, que el ser humano haga un pare en su camino y

analice su vida, de tal manera que logre saber, ¿Qué es lo que quiere para sí mismo?, y lo más importante, ¿Porqué lo quiere? Si el hombre despeja estas dos incógnitas, lograra elegir mejor en la vida, sabrá que caprichos puede cumplir, que órdenes debe obedecer y que costumbre debe cambiar, solo de esa manera hará buen uso de la libertad; es entonces donde “Hará lo que quiera"

En muchas ocasiones, por rutina el hombre no hace uso de la ética y deja que las órdenes se conviertan en costumbres, desatando en sí mismo a un hombre imbécil, aquel que no lleva el bastón de mando, que debe regirse por lo que un superior le manda, o que depende de otro para poder tomar una decisión o realizar alguna acción.

Hay cinco clases de hombre imbécil, primero está, el que dice que nada le interesa y todo a su alrededor le da igual; segundo, el que lo quiere todo, lo primero que encuentra y lo que no ha encontrado; tercero, el que no sabe lo que quiere, no lo averigua y solo se limita en imitar los intereses de los demás o en llevarles la contraria por capricho; cuarto, el que sabe lo que quiere y tiene medianamente claro por qué lo desea, y casi siempre termina haciendo lo que no desea; por último está el que quiere con fuerza, pero se ha cegado tanto a la realidad, que no logra

distinguir la buena vida de aquello que lo va a perjudicar.

Como se ha visto, los imbéciles necesitan de un apoyo, porque no tienen seguridad y por no tener claro lo bueno de lo malo. Pero una cosa es ser imbécil en la ética, y otra muy distinto ser imbécil (ser tonto) para los negocios o actividades estudiantiles. Para evitar la imbecilidad en los dos campos es importante tener concentración, prestar atención y sobre todo esforzarse por aprender.

Para dejar de ser imbécil se debe tener conciencia. Y aunque no es otorgada por sorteo de nacimiento, es una cualidad que muchos hombres suelen adquirir a medida que van creciendo, pero como

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