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Flor De Fango


Enviado por   •  7 de Octubre de 2013  •  29.202 Palabras (117 Páginas)  •  789 Visitas

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FLOR DE FANGO

TRABAJO DE ETICA DE LA COMUNICACIÓN.

PRESENTADO A :

MOMPOX BOLIVAR 2009.

TABLA DE CONTENIDO

Pág.

Introducción 5

1. Análisis literario 6

1.1. Epígrafes 6

1.2. Biografía del autor 9

1.2.1. Vida 9

1.2.2. Obra 13

1.3. Tema y argumento general de la obra 16

1.3.1 Introducción a la obra 16

1.3.2. Síntesis de la obra 16

1.4. Resúmenes y comentarios 17

1.4.1. Resumen de la primera parte 17

1.4.1.1. Comentario de la primera parte 17

1.4.2. Resumen de la segunda parte 18

1.4.2.1. Comentario de la segunda parte 18

1.4.3. Resumen de la tercera parte 19

1.4.3.1. Comentario de la tercera parte 19

1.5. Temas claves de la obra 20

1.5.1. La llegada de Luisa a la hacienda “La Esperanza” 20

1.5.2. Los intentos de violación 20

1.5.3. La humillación de Luisa ante el pueblo F… 20

1.5.4. La muerte de Natividad 20

1.6. Localización geográfica de la obra 21

1.6.1. Mapa representativo 21

1.7. Tiempo histórico e interno de la obra 22

1.7.1. Tiempo histórico de la obra 22

1.7.2. Tiempo en la obra literaria 22

1.8. Tipos de descripción 23

1.9. Figuras literarias 24

1.10. Vocabulario y aclaración de expresiones 25

1.11. Comentario personal 42

Conclusiones 44

Bibliografía 45

INTRODUCCION.

Este análisis literario es una manera de confirmar que la obra “Flor Del Fango” fue leída y entendida por todos los estudiantes de la universidada de Pamplona que llegamos a presentar este trabajo.

En esta exploración de la novela podemos encontrar algunos elementos que la conforman, como lo son el tiempo, las descripciones o la localización geográfica en donde se realizan los acontecimientos pertenecientes a este cuento.

También expresamos nuestro agrado por la obra por su realismo y por los momentos conmovedores que se dan en la misma.

1. ANALISIS LITERARIO.

1.1. EPIGRAFES

• De vez en cuando asomaba por las ventanillas del coche, tras una mano enguantada, el rostro encantador de una joven, casi una niña.

• El destino, iba hacia lo desconocido al combate rudo de la vida; como esos jóvenes reclutas que, húmedos los labios por el ultimo beso de la madre, van a tierras lejanas, a batallas sangrientas, a muertes ignoradas.

• Había temblado a la idea de verse casi sola en un pueblo extraño teniendo que lidiar con autoridades incultas y padres de familia díscolos.

• Al poner pie en tierra, su alta y elegante silueta proyectaba por los rayos del crepúsculo, se destaco majestuosamente y como engrandecida a los ojos de los que la aguardaban.

• A la vista de aquel hombre un recuerdo confuso broto en la mente de Luisa; ella lo había visto antes; ¿en donde? No distinguía bien en la brumosa conmemoración de sus recuerdos.

• Luisa se retiro con un ceremonioso saludo que sorprendió a la señora; la cual no se explicaba cómo la hija de un carpintero y de una planchadora podía tener tan elegante presencia, y tan distinguidos modales.

• Una ola vibradora de emociones extrañas, algo como el despertar de la naturaleza, el lejano y ardiente rumor de la vida, el rápido circular de la savia engendradora del amor.

• Cuando Luisa llegó a su habitación, aunque rendida por las fatigas del día, no pensó en dormir; encendió la lámpara que con un globo de alabastro, halló sobre el velador, y se puso a escribir para su madre; su mano se deslizaba rápida y nerviosa sobre el papel y varias veces hubo de llevar el pañuelo a sus ojos para enjugarse el llanto.

• La música callada, la soledad sonora, y se absorbió en serios pensamientos; el libro de su vida se abría ante ella; casi huérfana, joven, hermosa, sin apoyo, había llegado a aquella casa; ¿lo hallaría allí?

• Don Crisóstomo le inspiraba miedo, un recuerdo vago alimentaba aquel temor, aquel hombre le parecía ser el mismo que, muy niña ella, la habría perseguido muchas veces en las calles, hostigándola con promesas, con caricias sospechosas; el mismo que había osado hacer a su madre una propocisión de proxeneta, el que había querido comprar su virginidad impúber.

• Doña Mercedes le inspiraba recelo; había hablado con desprecio del oficio de su madre, su voz era un silbido de sierpe, había en ella algo de víbora.

• El despertar en aquella habitación mas austera que bella, me entristeció; no hay nada que revelara la tierna solicitud de un ser amado; ¡hay madre mía, tu estabas ausente!

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