Género negro

  Se considera que el origen del género negro tiene lugar durante los primeros años del siglo XX en Estados Unidos. Durante esta época el mencionado país atravesaba una importante crisis económica producida por el desarrollo de la Primera Guerra Mundial y también por la gran depresión que se produjo después de la guerra. A partir de un entorno en el que abunda la incertidumbre, pero también el miedo, la violencia, la corrupción y la inseguridad, tras el segundo detonante, los autores comienzan a escribir historias inspiradas en estos hechos y más adelante del crimen organizado. Este género también se desarrolló ampliamente en Europa y posteriormente en Latinoamérica.

  El género negro en la literatura ha contribuido a abordar el tema de la violencia política y las violaciones a los derechos humanos del siglo pasado y también de éste. Un género que ha evolucionado mucho desde el primer relato conocido como “Los crímenes de la calle Morgue” escrito por Edgar Allan Poe en (1841). También, la novela negra está influenciada por el cine, la música y la sociedad.  

  El nuevo policial o neopolicial en Latinoamérica da lugar a partir de los 80 a raíz de los conflictos que presenta Cuba. Las dictaduras hicieron que estas novelas intentarán retractar estas situaciones de torturas por lo que las novelas negras también reflejan las condiciones sociales y económicas de una nación. En los años 40 el género estaba decayendo y Jorge Luis Borges lo revivió tomando el detective clásico y lo sumerge en lo que ocurría en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Para 1960 debido al auge criminal que se vivía el género se sumerge otra vez a género negro debido a los conflictos sociales y políticos.

  El género negro se define por sus temas oscuros, el pesimismo general sobre el mundo y los personajes que son gravemente defectuosos y moralmente cuestionables. A diferencia de los protagonistas de la novela de enigma, que a menudo se esfuerzan por hacer lo correcto incluso cuando el mundo que los rodea parece sombrío e implacable, los protagonistas de la ficción negra son víctimas del mundo sombrío e implacable que los rodea.

  En Venezuela la novela policial en las últimas décadas ha experimentado un auge importante ya que se ha acentuado la corrupción, la violencia y la crisis a nivel social, político, económico y cultural en el país y a través de el género negro, los autores venezolanos encontraron la manera de realizar una crítica a la crisis que sufre el territorio y denunciar los numerosos conflictos que existen en el país. El principal objetivo de la novela policial venezolana a lo largo de los años ha sido mostrar la cara de una sociedad en crisis.

  También, la novela negra o policial, es aquella que con un enfoque realista y sociopolítico, refleja el mundo de la criminalidad en ambientes sórdidos o violentos. En Venezuela este género aborda la imagen oscura de lo que sucede en las calles. Así, como una iniciativa para agrupar a varios escritores que se dedican al género negro en Venezuela, Marcos Tarre Briceño realizó una compilación titulada “Relatos de la Orilla Negra V.” en la cual presenta diecisiete relatos de escritores venezolanos con puntos de vista diferentes y estilos narrativos propios, pero todos con algo en común: buscan reflejar en sus obras –mezclando ficción, suspenso, amor, dolor, sangre, odio y humor- la realidad del país, la violencia que se sufre no solo en Caracas, sino también en el interior. Entre estos textos, resaltamos el “El cumpleaños de Hugo” escrito por Elizabeth Norlam. En este relato no existe un detective ni un investigador, desde el principio conocemos al personaje principal y a la víctima de la historia, Hugo un niño que está por cumplir años y muere por una bala perdida a las afueras de su casa debido a un enfrentamiento entre bandas que hubo en su barrio.

  El relato empieza narrando la historia de Hugo, un niño que llega a su barrio después de salir de la escuela. El niño se encontraba muy contento porque era viernes y podrá tener un “fin de semana de diversión” y también era la víspera de su tan ansiado cumpleaños número 9.  Hugo al ser tan joven no comprendía lo que ocurría en el país pero sí estaba muy consciente de que ahora su abuela no solo se dedicaba a vender empanadas también pasaba mucho tiempo haciendo cola para comprar comida. Con esto, la autora refleja un país en el que ahora no solo se vive en una crisis política y económica sino también se lucha contra la escasez.

  Acto seguido, Hugo pasa el resto de la tarde realizando sus tareas mientras se encontraba muy emocionado pensando en los regalos que podría conseguir por su cumpleaños. Posteriormente su mamá llega a casa sin un regalo y sus esperanzas se encuentran en su padrastro, Esteban, ya que este es militar y podría conseguir lo que él quisiera.  Con ello, la autora expone otra injusticia que se vive diariamente en el país, las autoridades corruptas que cada vez poseen más dinero y bienes cuando el resto de la población tiene menos dinero y se encuentran haciendo colas para poder comprar los productos básicos. Seguidamente en el cuento se relata que en medio de la madrugada Hugo se despertó porque escuchó unos “fuegos artificiales” como los llamaba él, la criatura inocente inmediatamente pensó que era su padrastro y este le estaba dando una sorpresa por lo que sale muy contento de casa. Finalmente, el relato culmina con Hugo y otros niños del barrio muriendo por balas perdidas en un enfrentamiento entre malandros dejando a las madres y familiares con el corazón destrozado.

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