Jaime Gil de Biedma
olahjl28 de Mayo de 2013
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De qué sirve, quisiera yo saber, cambiar de piso,
dejar atrás un sótano más negro
que mi reputación -y ya es decir-,
poner visillos blancos
y tomar criada,
renunciar a la vida de bohemio,
si vienes luego tú, pelmazo,
embarazoso huésped, memo vestido con mis trajes,
zángano de colmena, inútil, cacaseno,
con tus manos lavadas,
a comer en mi plato y a ensuciar la casa?
Te acompañan las barras de los bares
últimos de la noche, los chulos, las floristas,
las calles muertas de la madrugada
y los ascensores de luz amarilla
cuando llegas, borracho,
y te paras a verte en el espejo
la cara destruida,
con ojos todavía violentos
que no quieres cerrar. Y si te increpo,
te ríes, me recuerdas el pasado
y dices que envejezco.
Podría recordarte que ya no tienes gracia.
Que tu estilo casual y que tu desenfado
resultan truculentos
cuando se tienen más de treinta años,
y que tu encantadora
sonrisa de muchacho soñoliento
-seguro de gustar-es un resto penoso,
un intento patético.
Mientras que tú me miras con tus ojos
de verdadero huérfano, y me lloras
y me prometes ya no hacerlo.
Si no fueses tan puta!
Y si yo no supiese, hace ya tiempo,
que tú eres fuerte cuando yo soy débil
y que eres débil cuando me enfurezco...
De tus regresos guardo una impresión confusa
de pánico, de pena y descontento,
y la desesperanza
y la impaciencia y el resentimiento
de volver a sufrir, otra vez más,
la humillación imperdonable
de la excesiva intimidad.
A duras penas te llevaré a la cama,
como quien va al infierno
para dormir contigo.
Muriendo a cada paso de impotencia,
tropezando con muebles
a tientas, cruzaremos el piso
torpemente abrazados, vacilando
de alcohol y de sollozos reprimidos.
Oh innoble servidumbre de amar seres humanos,
y la más innoble
que es amarse a sí mismo!
Jaime Gil de Biedma, Poemas póstumos, 1968
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Recitado por el propio autor
Jaime Gil de Biedma (Barcelona, 1929-Barcelona, 1990) fue considerado tras la publicación de Poemas postumos (1969) como la máxima figura de la poesía de la experiencia. ¿Qué quiere decir esto? ¿Acaso toda gran poesía no parte de la experiencia? Para entenderlo hemos de partir de los dos grandes temas de la poesía de Gil de Biedma: “el tiempo y yo”. Su poesía pugna por crearse una identidad para conjurar los efectos devastadores del paso del tiempo. En este sentido, la temporalidad está íntimamente ligada al análisis de la experiencia y que es revivida en el poema. Su poesía parte, pues, de la contemplación y el análisis de la vida en su discurrir temporal. No hay tema que más le obsesione, como a tantos poetas, como el paso del tiempo. De hecho, a partir de Poemas póstumos el poeta, ya totalmente desencantado y vencido por el tiempo y la vida, dejó de publicar con excepción de su nueva recopilación Las personas del verbo, Barcelona, 1975, y mantuvo un consecuente silencio hasta la publicación póstuma en 1991 de sus descarnadas memorias Retrato del artista en 1956 tal y como él había dejado indicado.
En este poema asistimos a un desdoblamiento o escisión de identidad del poeta mediante la técnica del monólogo dramático. El poeta se enfrenta a sí mismo con ironía distanciadora. El tono es conversacional o “interpersonal” lo que intensifica su sensación de viveza a la vez que ayuda a no tomar demasiado “en serio”
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