LA EVALUACION DE LA LECTURA

LA EVALUACIÓN DE LA LECTURA

T. Colomer y A. Camps

La evaluación formativa

El saber leer ha sido fácil de medir mientras se ha evaluado, realmente como un saber declarativo. Si se entiende que leer es un acto en el que el lector intenta comprender un mensaje verbal para conseguir un propósito determinado, su medición es más compleja, en primer lugar, se tendrán que desglosar las habilidades implicadas en el acto de lectura y se tendrá que precisar cuál o cuáles se requieren (y pueden) evaluar, y a continuación se tendrá que abordar el problema de saber a través de qué mecanismos de control suficientemente fiables se pueden evaluar estas habilidades.

Según la concepción pedagógica en la que se enmarca la acción escolar sobre la lectura podemos distinguir dos grandes líneas en la manera de concebir la función de evaluación.

I.- La concepción más frecuente es la que entiende como un intento de medir objetivamente el nivel de los conocimientos obtenidos por los alumnos al final de un proceso de enseñanza.

2.- Una nueva concepción, bien distinta, es la que entiende como un instrumento educativo que puede ser integrado en el mismo proceso de enseñanza-aprendizaje. Denominada evaluación formativa, tiene la doble función de dar a conocer a los alumnos cómo han avanzado y en que punto se encuentran en el proceso de adquisición de conocimientos, y por otra, dar información a los enseñantes para que puedan reajustar sus programaciones y sus métodos a partir de cómo revelen los resultados de la evaluación que se están consiguiendo o no los objetivos previstos.

La adopción de ésta nueva concepción introduce cambios fundamentales:

Por último, la integración de la evaluación en el proceso de enseñanza-aprendizaje comporta la diversificación de los instrumentos de observación y medida que pasan a incluir tanto la observación sobre los aspectos positivos en las situaciones de uso real de los conocimientos (todo lo que los alumnos ya saben hacer), como una gran multiplicidad de ejercicios pensados específicamente para poder caracterizar las dificultades de cada uno de los aspectos imposibles.

Problemas de la actual evaluación de la lectura en la escuela

En la actualidad las evaluaciones sobre lectura se centran en las pruebas de velocidad lectora y en los cuestionarios cerrados de preguntas de comprensión de un texto.

La definición del saber leer de un alumno en los primeros cursos de la educación básica a menudo se reduce a saber cuántas palabras por minuto puede leer; los objetivos de las programaciones oficiales han señalado durante algunos años el número mínimo que se debía conseguir para poder superar el curso.

¿Qué se evalúa?

El hecho de no partir de una concepción más actual de la comprensión lectora como articulación de un conjunto complejo de habilidades hace que no se sepa exactamente qué es lo que se está midiendo y, por lo tanto, de qué depende el resultado obtenido. La falta de clarificación sobre los aspectos implicados comporta diversos problemas, tanto en el contenido de las pruebas como en la interpretación de los resultados, de los cuales citaremos:

a) Con frecuencia, las pruebas no distinguen, a efectos valorativos, entre la información que es explícita en el texto y la que se ha de inferir, con lo cual no tiene en cuenta la capacidad del lector para usar el conocimiento previo en la inferencia de la información.

b) La falta de distinción

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