LA INCERTIDUMBRE ÉTICA

LA INCERTIDUMBRE ÉTICA

La ética es un tema muy amplio, el cual abarca la realidad en general. Esta busca que los personas logren obtener hábitos en todo los sentidos; por esto se toma este capítulo que se refiere a distintos contenido acerca de la ética. En cuanto a “los principios de incertidumbre en la relación intención-acción”, se observa un principio de incertidumbre que permite entender cómo es que no corresponden las acciones con la intención en ellas puesta. La transformación de nuestras acciones y sus productos nos devuelve efectos alterados que obliga a considerar la necesidad del riesgo y de la precaución, los efectos secundarios malos de un acto saludable, comprobando así la relación entre medios y fines y el cambio de finalidades según las circunstancias. Por otra parte esta sección nos habla de una “Contradicciones éticas” que se refieren a que dependemos de las normas que nos hemos dado y estas normas dependen de la vida que les atribuimos con nuestro comportamiento; también nos dice que hay que elegir o asumir nuestras decisiones requiriendo al conocimiento, la experiencia y sin poder liberarnos o sustituir suficientemente las herencias de nuestros antepasados, mitos, dioses y legados terrenales o administradores de sus mandatos. El mundo y el vivir se tornaron más difíciles y hay que decidir en el límite, en el último momento; ese tiempo siempre llega aún y si hay alguien “muy atento y dispuesto” a decidir por nosotros dejándonos en la infancia o la ignorancia. Hay “incertidumbres y contradicciones éticas” que hacen complicado el camino de decidir y de pronunciarnos por una acción antes que por otras. Desde los problemas de una comunicación siempre inconclusa, fallida y tergiversable, pasando por los temas de la vida y la muerte desafiando nuestros sueños de inmortalidad, libertad y compasión, hacen de éste un terreno por excelencia de diferentes conflictos inagotables y exclusiva de la verdad. Por otra parte “la ilusión ética” nos lleva a trabajar por un ideal que produce lo contrario de lo deseado, tanto como la ilusión interior nos extravía cuando perdemos la pista de la capacidad crítica y prescindimos de la información pertinente.

Las respuestas que se pueden dar a la incertidumbre y la contradicción requieren de un pensamiento pertinente, no sólo se trata de saber más, de más datos y conceptos, sino de una forma distinta de pensar el objeto en la consideración del contexto, de allí la práctica del autoexamen, la conciencia de la necesaria apuesta sin dejar la reflexión para después, porque ese después suele ser irreparable. Por último queda una incertidumbre al fondo, después de evaluar las repercusiones auténticas, y socioéticas; hay una zona de determinada y riesgo bajo la apariencia del bien y el mal, que los produce y que los confunde y los mueve a la posición contraria, porqué el bien

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