LUISA Y LAS LUCIÉRNAGAS
Monica0309Reseña26 de Agosto de 2022
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LUISA Y LAS LUCIÉRNAGAS.
-¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ven! -dice Luisa- ¡Mira mamá!, ¡las luciérnagas están
haciendo caminos! ¿Podemos seguirlas, mamá?
-No Luisa. Tengo cosas mucho más importantes que hacer. Ve sola.
Ya era de noche y Luisa vio como las luciérnagas se adentraban en el bosque y
las siguió.
Las luciérnagas la llevaron hasta un bello lago iluminado con plantas brillantes.
Se podían escuchar los insectos cantar, las ranas croar y el viento soplar
suavemente. En la orilla del lago había un niño lanzándole piedras de tal
forma que ellas rebotaban varias veces contra el agua hasta llegar lejos y
sumergirse a las profundidades del lago.
- Disculpe, ¿Sabe hacia dónde se dirigen las luciérnagas? - Pregunto Luisa
dirigiéndose hacia aquel misterioso niño.
- Antes de decirte tendrás que pasar una prueba. - le respondió este.
- Claro, dígame. ¿Qué tengo que hacer? - Respondió luisa.
- Tienes que lograr tirar una piedra al lago y que rebote 7 veces. - Respondió
el niño.
Luisa agarró una piedra y la lanzó. La piedra no rebotó ni una sola vez.
Entonces agarro otra piedra y la lanzó. Esta rebotó 6 veces.
Agarró la tercera piedra y la lanzó. Esta reboto 9 veces.
- Listo, lo hice. - Dice Luisa orgullosa de sí misma por haberlo logrado.
- No lo has hecho aún, te pedí que rebotara 7 veces, no 9. - Dice el niño.
Así que Luisa tomo una última piedra y la lanzó logrando los 7 rebotes
asignados.
- Listo. Ahora sí. - Dice Luisa.
- Las luciérnagas se dirigen a la casa de una abuelita que está tejiendo en la
entrada. Ella te dirá donde van. - Dice el niño a Luisa.
Entonces Luisa al ver que las luciérnagas se estaban moviendo de nuevo las
siguió adentrándose más en aquel bosque.
Al ver una bella cabaña de madera se dió cuenta que en la entrada había una
abuelita tejiendo en una mecedora.
- Disculpe, ¿sabe hacia dónde se dirigen las luciérnagas? - Preguntó Luisa
dirigiéndose hacia aquella misteriosa abuelita.
- Antes de decirte tendrás que pasar una prueba. - Le respondió ésta.
- Claro, dígame. ¿Qué tengo que hacer? - Dijo Luisa
- Tienes que tejer una bufanda. - Dijo la abuelita
Así que Luisa agarró palillos y la lana y empezó a tejer.
Luisa no sabía cómo tejer por lo cual no estaba a la altura de la bufanda
demandaba por aquella abuelita.
Como no le resultó la deshizo y volvió a empezarla.
Esta vez Luisa logro estar al nivel de la bufanda puesta por la abuelita.
- Listo, la termine - dice Luisa aún más orgullosa por su trabajo logrado.
- Las luciérnagas se dirigen al sauce donde en la rama descansa un gato. Él te
dirá hacia donde se dirigen las luciérnagas. - Dijo la abuelita.
Entonces Luisa al ver que las luciérnagas se estaban moviendo de nuevo las
siguió adentrándose más en aquel bosque.
Al ver el sauce Luisa se acercó más y logro divisar al gato descansando en una
rama. El pelaje del gato era negro. Cuando Luisa se acercó más el gato abrió
sus ojos dejando a la vista sus intensos ojos amarillos.
- Disculpa, ¿Sabes hacia donde se dirigen las luciérnagas? - Pregunto Luisa
- Antes de decirte tendrás que pasar una prueba. - Le respondió el gato.
- Claro, ¿Qué tengo que hacer? - Dijo Luisa.
- Tienes que lograr trepar el sauce. Al llegar a la primera rama se resbaló y se
cayó.
Volvió a empezar y logró llegar a la cima.
En la cima se percató que el gato estaba acostado al lado de ella.
Entonces se paró y dijo:
- Las luciérnagas
...