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La Castellana


Enviado por   •  5 de Abril de 2014  •  2.359 Palabras (10 Páginas)  •  254 Visitas

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Romero García, M. V. : Peonía : Novela De Costumbres Venezolanas.

Su novela Peonía (1890) es considerada como uno de los primeros símbolos del criollismo en la literatura venezolana. Durante largo tiempo se sostuvo siempre que esta obra de Romero García era cronológicamente la primera novela venezolana y, junto con ello, el primer libro a través del cual se reflejó la naturaleza y la sociedad venezolana en personajes propios, con su idiosincrasia característica.

La conocida novela de Manuel Vicente Romero García, Peonía, contiene un vigoroso y realistico lienzo de la Venezuela de las últimas décadas del siglo XIX...su estética era "no puede crearse un arte nacional si no se toma en cuenta la realidad circundante, historica ,inmediata". Los cantores y cantares del Tuy y del Llano constituye una de las principales expresiones artísticas de Peonía.Sus personajes cantan con preferencia al corrido, la décima, el pájaro,la copla,décima de velorio y la canción romántica.También con enardecidas y provocantes estrofas cantadas, brotan espontáneas y al improviso de la musa del peón artista de Venezuela, se lleva a cabo un chispeante mano a mano entre cantores del Tuy y del Llano.

Para los profesores Osvaldo Larrazábal H. y Gustavo Luis Carrera, la novela nacional es el resultado progresivo de una serie de factores que se fueron asentando adecuadamente para permitir la elaboración de un movimiento que, en un momento determinado, influyó en la novela posterior, y dejó establecidas las bases para el logro definitivo de un modo de expresión. Peonía será una de esas obras, novela que trajo a la crítica diversos pareceres, unos a favor y otros en contra.

Historia de peonia.

Peonía, fue escrita por Manuel Vicente Romero García. Su primera edición fue en 1890 y según el propio autor, es una “seminovela”. En el prólogo hay una carta dirigida al señor Jorge Isaac y donde Romero García toma posición con respecto a los temas que tratará en su novela. En ella quiere mostrar la situación social que vive Venezuela en ese momento: el período del Guzmancismo, momento de controversias en el país.

El Positivismo con sus nuevas ideas sociológicas y científicas, se va introduciendo en los jóvenes universitarios, para orientar las comunes preocupaciones del alma venezolana. Romero García pertenece a estos jóvenes. Los integrantes de esta generación hacen de su trabajo literario un instrumento polémico para interpretar la realidad histórica y social del país.

Edoardo Crema (1952) en el estudio crítico que precede a la obra dice que Romero García fue positivista integral: como pensador se adhirió al materialismo más o menos ateo; como científico, a la teoría de la evolución: y como sociólogo, a todos los ideales de progreso humano, desde el mejoramiento de los sistemas de trabajo y de los gobiernos. (prólogo p. XXXII)

Santiagp Key Ayala (1955) dice que Peonía encierra el ideario de Romero García. En ella hay un llamado a la tierra, y más que a la tierra grande, lo hace a la “tierruca”, a lo regional. También encontramos denuncias de la realidad nacional, hay cuadros costumbristas y la presencia del idilio entre Carlos y Luisa.

La novela presenta las remembranzas del personaje principal: Carlos. La frase inicial Mi ánimo se ha serenado ya indica que lo relatado posteriormente ha sucedido con anterioridad. La narración se hace en primera persona. Esto permite conocer los sentimientos y la forma de pensar de Carlos, quien es el que narra. Conocemos su posición ante muchas cosas. En el capítulo XX, define sus sentimientos

-Si he de serte franco, querida Luisa, la soledad es mi inseparable compañera desde hace muchos años; la llevo aquí, en el cerebro, y aquí, en el corazón; no he hallado nunca quien comparta conmigo ni mis afectos ni mis ideas. En cuanto a los primeros dicen que no los tengo (…) respecto a los segundos, paso por loco, exagerado y corrompido porque uso un patrón para mis actos: la razón. (Peonía, pp. 55-56)

Se desarrollan, en la novela, dos temas, que nos permiten conocer el ideario del autor. Por un lado tenemos el idilio entre Carlos y Luisa, quienes, como dice Pedro Díaz Seijas (1966) nos presentan diferentes aspectos del sentir y del pensar venezolanos a través de una universal manifestación como es el amor. (p. 445) Esta pareja entre las inconsistencias de los sentimientos de Carlos y la entrega total de Luisa, nos muestran armonías y contrastes a lo largo de toda la obra. Luisa, joven, de carácter apacible, con una gran sensibilidad y mucha tristeza, refleja el aspecto romántico de la novela.

…crecida bajo una tiranía que la humilla, porque su sirvienta de ayer es su dueña de hoy; viendo deslizarse su existencia monótona y oscura, obligada a callar en el seno tempestuoso de una joven de catorce años el primer grito de su naturaleza exuberante, que despierta con los perfumados besos de la primavera. (p.40)

Carlos, por su parte, es un joven del momento, se podría decir que guarda las ideas positivistas del autor. Es un culto ingeniero, de buenos modales y nobles sentimientos. Quiere ayudar a sus tíos a solucionar el problema de los linderos de las haciendas. Es un idealista que quiere ver su país evolucionado hacia el progreso, lejos del despotismo de la época.

Va a la hacienda de su tío Pedro y allí se encuentra con la realidad del campo venezolano. Allí cree sentirse enamorado de su prima Luisa, pero son muchas las cosas que no funcionan para sólo dedicarse a pensar en sus sentimientos amorosos. Es a ella a quien da a conocer sus sentimientos y su forma de pensar…

…he llegado a formarme una filosofía propia, hija de la soledad, del vacío en que ha vivido mi corazón; jamás he hallado un ser que me comprenda, jamás un alma amiga que se consustancie con la mía… p.135

Compara la naturaleza con la situación de su país. Allí vemos otra de sus reflexiones:

-¡Oh! ¡Naturaleza! ¡Qué cambios! Ayer no más llevaba en su corriente el río un caudal enorme de aguas y piedras y árboles y basuras, y hoy baja casi humilde; pasaron las horas de la fortuna y con ellas los arrebatos de la insolencia; con los primeros instantes de la desgracia, los primeros rasgos de la cobardía, las notas de la prudencia. Así somos también los hombres, así somos los venezolanos. Días vendrán en que este revuelto río del despotismo baje a su nivel, entonces veremos a los personajes de estos tiempos, orgullosos, irascibles, crueles y sanguinarios, tornarse mansos y suaves, generosos y nobles… (p.137)

En el idilio, la novela

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