La Culpa Fue De La Vaca
tocataiticha16 de Agosto de 2013
9.101 Palabras (37 Páginas)386 Visitas
Definición de Globalización
Se conoce por globalización el fenómeno de apertura de las economías y las fronteras, como resultado del incremento de los intercambios comerciales, los movimientos de capitales, la circulación de las personas y las ideas, la difusión de la información, los conocimientos y las técnicas, y de un proceso de desregulación. Este proceso, tanto geográfico como sectorial, no es reciente, pero se ha acelerado en los últimos años. La globalización es fuente de múltiples oportunidades, aunque sigue siendo uno de los mayores retos a los que debe enfrentarse hoy la Unión Europea. Para poder explotar plenamente el potencial de crecimiento de este fenómeno y garantizar un reparto justo de sus beneficios, la Unión Europea procura establecer un modelo de desarrollo sostenible mediante una gobernanza multilateral a fin de reconciliar el crecimiento económico, la cohesión social y la protección del medio ambiente.
Voy a hablar de uno de los temas sobre el cual expuso el profesor Rosenau esta mañana, lo cual es bastante arriesgado de hacer con él presente en este auditorio, pero seguramente si cometo algún error de interpretación él me va a corregir.
Uno de los debates más turbulentos que ha estimulado a la ciencia política a partir de la finalización de la Guerra Fría tiene que ver sin ninguna duda con el futuro del estado nación. Desde mi área de estudio, las relaciones internacionales, se han dedicado muchos análisis al tema de las implicaciones de las nuevas fuerzas globalizadoras sobre el estado soberano.
Corriendo el riesgo de minimizar las importantes diferencias entre la multitud de posiciones, las posturas fundamentales pueden resumirse de la siguiente manera. Por un lado están quienes afirman que el estado puede contar los días que le quedan de vida, pues el mercado global, la revolución tecnológica, los procesos sociales transnacionales, la defunción de los particularismos culturales, las instituciones globales, etc., son elementos que se presentan como las causas de debilitamiento del poder del estado, de su capacidad y de su relevancia. La conclusión aquí es que el estado está siendo eclipsado como la principal fuerza que organiza, regula y da significado a la vida social, política y económica, abriendo espacios a actores, mercados y procesos sin fronteras, que progresivamente lo superan.
Frente a aquellos que están preparando el epitafio del estado con entusiasmo, están quienes asumen una posición más cautelosa. Los realistas argumentan que el estado, a pesar de que nunca logró consolidarse como el ideal westfaliano, se ha mantenido bastante inmune a estas transformaciones globales. A través de la historia moderna el estado ha sido sujeto de asaltos en su territorio, su competencia, sus instituciones y su soberanía, y aún así, se ha probado a sí mismo ser altamente elástico sin que haya emergido ninguna unidad política viable que pueda reemplazarlo. Según esta posición, el estado puede sobrevivir bastante bien lado al lado de la globalización.
Algunos, los que rechazan la visión del estado como víctima de la globalización, señalan que los estados en realidad han sido agentes activos de este proceso; otros, incluyendo a Michael Mann, han argumentado que algunas características del nuevo orden mundial pueden de hecho generar que el estado y sus instituciones se fortalezcan. Consideran también que la transnacionalización social y la competencia global pueden significar más, no menos, regulación estatal.
Por supuesto, la verdad probablemente se encuentra en algún punto entre estas dos posiciones distantes, y puede ser la que sostiene que las fuerzas globales cambiantes han ocasionado más bien la reconfiguración del estado. Incluso acreditando que la institución del estado ha sido bastante estable, éste por sí mismo, como construcción socio-política, ha sufrido un constante proceso de movimiento y adaptación a través de la historia moderna, así que ésta, la época global, no es más que otro momento de transición durante el cual las condiciones imperativas mundiales nuevas han estimulado cambios importantes en las formas y funciones del estado. A mí me interesa una dimensión particular de esta reconstrucción del estado, y es la forma en que los cambios globales y la estructura de la gobernabilidad global están afectando el componente de la autoridad de la soberanía estatal. En el caso de Colombia, sugiero que los cambios relacionados con las funciones reguladoras de la gobernabilidad, como en el área de derechos humanos y seguridad, y la explosión de nuevos actores (como James Rosenau lo mencionó en su ponencia), han generado que las jurisdicciones no correspondan a fronteras territoriales y esto ha diluido el principio de exclusividad en el que descansa la soberanía estatal. Esta dinámica ha creado nuevas esferas de autoridad global con importantes implicaciones para el ejercicio de la autoridad política en Colombia.
Comenzaré esta discusión con una breve mención de la autoridad soberana y luego trataré de relacionar mi argumento con el caso de Colombia. La autoridad es la esencia de la soberanía. Un estado es soberano en virtud del reconocimiento por parte de otros estados de su derecho de existir y de representar a la población dentro de su jurisdicción territorial. El reconocimiento compartido entre los estados del mundo de que no hay autoridad superior que aquella del estado, y por lo tanto, la exclusión mutua de actores externos de las estructuras domésticas de autoridad, es lo que constituye el sistema moderno descentralizado de estados.
En el ámbito interno, la autoridad política del estado para validar y hacer cumplir las reglas del control social relacionadas con el uso de la fuerza, la resolución de conflictos, la administración de justicia y la extradición, es idealmente monopolística: actores, instituciones y reglas subestatales pueden ejercer influencia y ordenar lealtad dentro de la sociedad, pero estos agentes están subordinados a la autoridad política del estado. Desde este punto de vista se podría interpretar el conflicto interno en Colombia como consecuencia de los intentos, por parte de actores no estatales domésticos, por establecer focos alternativos de autoridad que desempeñen las mismas funciones del estado. Es obvio que este reclamo de exclusividad se da más en teoría de lo que es en la práctica.
De otro lado, el hecho de que el estado ostente una autoridad soberana no imposibilita las restricciones externas. De hecho, fuerzas externas penetran al estado con frecuencia, particularmente estados débiles cuyas capacidades y estrategias para responder a presiones globales son limitadas. En el caso de Colombia hay muchos ejemplos de la influencia de fuerzas externas: el paquete de ajuste del Fondo Monetario Internacional, la política antinarcóticos (y ahora antiterrorista) de los Estados Unidos, los mismos mercados mundiales de la droga, las actividades domésticas de Amnistía Internacional, e ideas disponibles en el internet, son algunos ejemplos. ¿Hasta dónde es posible hablar acerca de la exclusión de autoridades externas?. Me refiero al reclamo por una autonomía interna y una independencia externa, reconocida como legítima, por otros estados que son constituidos como soberanos en la misma forma. Es decir, todos los estados en el mundo comparten la norma de esferas de autoridad exclusivas. La autoridad del estado se encuentra entonces en el cruce de los dominios domésticos -internacionales, define el orden del mundo internacional estableciendo territorios discretos cuyos espacios políticos están normativamente protegidos de actores externos y, al mismo tiempo, designa los instrumentos del estado como recurso final de poder y control legítimo dentro de una jurisdicción. Para mí, uno de los cambios más dramáticos que está siendo forjado actualmente por la globalización en el estado, es la clara y notable irrupción en estas exclusivas esferas de autoridad, y eso es precisamente el tema sobre el cual James Rosenau ha escrito mucho y del que habló esta mañana.
Tal y como mencioné anteriormente, en la práctica esto ha sido menos ideal, pero excepto por ciertas voces aisladas, la norma de que el estado no comparte la autoridad siempre se consideró predominante pero tal vez en la actualidad esto ya no se cumple. Los estados simplemente han dejado de ser soberanos en el sentido tradicional de ese término, ya que el surgimiento de posterritorialismos significa que los estados no pueden ejercer una autoridad final exclusiva sobre sus propias jurisdicciones. La expansión de instituciones transnacionales, regímenes multilaterales y leyes globales refleja un cambio general del estado hacia mecanismos de gobernabilidad global, es decir, se ha generado una estructura de agencias supraestatales cargadas de funciones de gobierno que ejercen presión sobre todos los estados o grupos de estados, y que generaron la creación de múltiples sitios de gobernabilidad que actúan mano a mano o que pueden incluso competir con el estado. Ahora, estas organizaciones internacionales no son propiamente nuevas, después de todo el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las instituciones económicas del Brettón Woods, nacieron después de la segunda guerra mundial, pero el mayor crecimiento institucional y la formación de nuevos instrumentos legales han sucedido en las últimas dos décadas. El marco regulatorio de esas instituciones sobrepasa ampliamente las primeras instituciones internacionales originalmente concebidas, sus reglas y competencias son de alcance global desatendiendo los espacios de jurisdicción territoriales, y ahora van mucho más allá de transacciones económicas para abarcar aspectos políticos de la gobernabilidad global.
Otro
...