La Fiesta

Análisis Literal del cuento La Fiesta de Mario Mendoza

La historia habla de Felipe, un joven de dieciocho años que no tenía historial delictivo; una tarde de enero de 1998 Felipe llegó a su casa donde conversó un rato con su hermana, cuentan los vecinos que después lo vieron en la calle escuchando rap con sus amigos, luego Felipe se dirigió a su casa a cenar junto a su madre y su hermana donde se enteró de una fatal noticia; su madre entre lágrimas le contaba que la habían despedido de su trabajo sin avisarle previamente y sin pagarle las prestaciones legales. Su madre muy desesperada le comenta que por su edad le será muy difícil conseguir un nuevo trabajo, Felipe toma una posición de responsabilidad en la que determina que él se hará cargo de los gastos de la casa; sale a prisa de su casa caminando por el barrio hasta que llega a la casa de Magdalena, su novia y le cuenta que irá al centro a buscar a Pedro, un viejo amigo, ella muy preocupada le dice que no se meta en problemas y que ese amigo no le conviene, Felipe ignora las palabras de Magdalena y aún así sale en busca de su amigo.

Al llegar al centro se dirigió hacia el bar donde se encontraba Pedro, mientras hablaba con él le contó lo sucedido con su madre y le manifestó su desesperación por conseguir dinero, Pedro le ofreció un préstamo al cual Felipe se negó y le dio a conocer su idea de robar un taxi, al oír esto Pedro le da un revolver y le da indicaciones que debe seguir luego de realizar el robo. Felipe se dirige hacia la calle 26 y allí visualiza dos taxis que lo hacen dudar por las palabras de Pedro, momentos después ve acercase un tercer taxi al cual decide parar, al observar al conductor supone que es un taxista inexperto al cual sería fácil robar, se sube al taxi y le dice que se dirija hacia la Estación de la Sábana ubicada en la Avenida Jiménez, cuando ya iban llegando el joven tomó la decisión de llevar a cabo el robo, le apunta con el revolver exigiéndole el dinero, el taxista le advierte que no lo haga y que se va a arrepentir, a Felipe no le importa y sigue adelante con el plan, al tener el dinero en la mano se baja del taxi y sale corriendo pero unas cuadras más adelante se encuentra frente a un grupo de taxistas, uno de ellos le apunta con un arma exigiéndole que devuelva el dinero, Felipe lo devuelve al instante y es llevado hacia el baúl de uno de los automóviles que se dirigen posteriormente a un potrero donde los taxistas empiezan a beber aguardiente y se dicen entre sí “¡Que empiece la fiesta!”, el joven es insultado, golpeado y escupido, luego de esto los hombres deciden que es hora de preparar a su víctima para el castigo, lo despojan totalmente de sus prendas de vestir y le cortan totalmente el cabello para finalmente atarlo de manos y con machete cortárselas, luego entre los hombres se reparten las manos como si fuera un premio barato.

Una fiesta de víctimas

Felipe no era un delincuente, las circunstancias y la desesperación lo llevaron a cometer el peor error de su vida, quizás si hubiese divisado más soluciones al problema como conseguir un trabajo, el final de esa noche hubiese sido muy diferente. La vida de Felipe cambió por completo aquella noche en la cual perdió sus manos por el acto inconsciente de otras personas

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