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La Importancia De Las Ciencias


Enviado por   •  1 de Mayo de 2012  •  1.467 Palabras (6 Páginas)  •  692 Visitas

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LA IMPORTANCIA DE ENSEÑAR CIENCIAS

La ciencia abarca muchas cosas, no sólo la tecnología.Cada vez que pulsas una tecla del ordenador, estás cerca de la ciencia. Cada vez que llamas por teléfono, usas la lavadora, la televisión, medicamentos...mitos.

La ciencia está para servir al hombre¿acaso puede sobrevivir el hombre en soledad? Acaba hecho un despojo. Además, una mente suele ser poca cosa, hace falta el conocimiento de los que estuvieron antes y de los que están ahora para ir sacando cosas...

La ciencia ocupa hoy un rol protagónico en la sociedad. El conocimiento científico ha trascendido prácticamente a todos los aspectos de lo cotidiano, y se vuelve indispensable no sólo para la comprensión del medio en que estamos inmersos, sino también para participar de manera fundamentada en una sociedad democrática. Es así que en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el siglo XXI (año 1999), auspiciada por la UNESCO, se considera que "el acceso al saber científico con fines pacíficos desde una edad muy temprana forma parte del derecho a la educación que tienen todos los hombres y mujeres, y que la enseñanza de la ciencia es fundamental para la plena realización del ser humano, para crear una capacidad científica endógena y para contar con ciudadanos activos e informados". Y proclama: "La enseñanza científica, en sentido amplio, sin discriminación y que abarque todos los niveles y modalidades, es un requisito previo esencial de la democracia y el desarrollo sostenible" (Declaración de Budapest, UNESCO-ICSU, 1999). Del reconocimiento que hace la comunidad internacional acerca de la importancia de la ciencia en la vida cotidiana de las personas, es que surge el término Alfabetización Científica, definida por el Grupo de Expertos del área de Ciencias del PISA (Programme for International Student Assessment, de la OECD1) como "la capacidad de usar el conocimiento científico para identificar preguntas y para sacar conclusiones basadas en las pruebas, con el fin de entender y ayudar a tomar decisiones sobre el mundo natural y los cambios realizados en él a través de la actividad humana". La importancia de la alfabetización científica de la población es reconocida internacional-mente. En palabras de Macedo y Katzkowicz (2005: 1), "hoy en día no podemos separar la alfabetización científica y tecnológica del concepto de alfabetización general ya que la cultura científica contribuye a la formación ciudadana, al desarrollo social y económico de las sociedades y por lo tanto a la inclusión y la equidad social".

Esta concepción, internacionalmente consensuada, supone un cambio en el objetivo de la educación científica. Si antes el énfasis estaba puesto en el generar nuevos científicos, ahora el acento se coloca en lograr en todas las personas un grado suficiente de conocimientos, habilidades y actitudes científicas, entendiendo que esto es relevante para la vida de cualquier ciudadano. En los países en vías de desarrollo la educación científica debiera suponer especialmente un mejoramiento de la calidad de vida de todos los ciudadanos, por ejemplo, al enfatizar aspectos como la salud y la nutrición, el cuidado del medio ambiente, el desarrollo de competencias para el trabajo, etc. Así, en las comunidades más vulnerables, como es el caso de muchos de nuestros establecimientos municipales y subvencionados, una educación científica de calidad, que traiga conocimientos científicos, tecnológicos y matemáticos, puede constituir un factor crítico para el logro de justicia social

VALORES EN LA CIENCIA

La relación entre valores y ciencia nunca ha sido fácil. Tradicionalmente se ha pensado que la ciencia se ocupaba de los hechos y por tanto era comprobable epistemológicamente. Los valores, por su parte, no se consideraban objetivos pues no podían remitir a la evidencia empírica.2 Al mismo tiempo, el sabio debía tejer una separación entre razón o sabiduría y emociones, tanto en la tradición occidental griega (pongamos por ejemplo a Platón) o judeocristiana (recordemos las afirmaciones de San Pablo al respecto), como en la oriental (véanse las declaraciones de Confucio o Lao-Tsé). Esta dicotomía alcanza su grado máximo durante el racionalismo cartesiano y el enfoque mecanicista del pensamiento (Vallverdú, 2007).

Los positivistas lógicos trazaron una férrea línea divisoria entre ciencia y valores (Echeverría, 2002). La ciencia se regulaba por una lógica autónoma y objetiva aislada de cualquier condicionante externo. Los valores, por su parte, al ser subjetivos, no tenían nada que aportar ni a la ciencia ni al científico, ya que eran ajenos a ambos. Como apunta Carl Hempel: "Si no existe independencia de valores, la objetividad de la ciencia está en peligro".

La objetividad y la neutralidad siempre han sido características

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