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La aventura que jamás olvidaré


Enviado por   •  29 de Enero de 2021  •  Trabajos  •  1.541 Palabras (7 Páginas)  •  73 Visitas

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Francisco Manuel Garate Cetto

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Didáctica de la Literatura

Grupo: 261

03/11/2020

“La Aventura que jamás olvidaré”

Por: Francisco Manuel Garate Cetto

Hace mucho tiempo, solía vivir con mis padres en un vecindario muy tranquilo que se encontraba al lado de un parque. Dicho parque era algo más grande de lo que suelen ser los parques normalmente, pues este lugar contaba con un estanque para patos, juegos en los que los niños solían jugar y otros lugares de recreación para toda la familia.

        Cabe destacar que soy un chico tímido en general, pero me gusta relacionarme con las personas, aunque me dé pena al principio. Un día decidí ir al parque a hacer una tarea de mi clase de teatro, para esto, visualicé los árboles que estuvieran un poco alejados de las personas, con la intención de poder estar solo y concentrarme en hacer mis asuntos. Seleccioné un árbol que era grande y tenía una buena vista del estanque, por lo cual, me dirigí a el y me recargué en él a la vez que me sentaba y preparaba todo para iniciar.

        Mientras hacía mis primeras notas empecé a escuchar un ruido extraño, era como si alguien estuviera luchando o defendiéndose de alguien u otra cosa que pareciera con pelear; así que me acerqué lentamente para averiguar quién o qué provocaba dicho ruido, lo que para mi sorpresa fue ver a una chica con una espada de juguete que pareciera de verdad. Creo que era una de esas espadas que podías comprar en las convenciones de animé. Me mantuve escondido entre los arbustos observando lo que hacía, pareciera que estaba entrenando para algo, pero no sabía que.

        De un momento a otro, la chica venía hacia mí con su espada como si me fuese a atacar, por lo que di un grito y la chica también se asustó, haciendo que ambos nos cayéramos al piso. Tanta fue la impresión de ambos que nos observamos durante unos minutos, posteriormente, ella me preguntó el por qué la estaba viendo, a lo que yo le dije que había escuchado ruidos extraños y, por ende, terminé observándola.

        Luego de eso nos levantamos del piso, aclaramos las cosas y nos presentamos.

  • Soy Alex, le dije.
  • A lo que ella me respondió acomodándose el cabello: Soy Lucy.

Continuamos hablando y me dijo porqué es que estaba haciendo esos ruidos. Ella me contó que le gustaba usar su imaginación para perderse en un mundo de dragones, en donde ella era la que los combatía y rescataba a los pobladores de diversas partes del mundo. Nunca imaginé que alguien a su edad usara tanto su imaginación para hacer ese tipo de cosas, yo solo pensaba: ¿Pero, y la escuela?, ¿No pensará en conseguir algún trabajo para pagar sus estudios?; eran cosas que para alguien de nuestra edad es normal y lo último en lo que quiere pensar es en jugar haciendo uso de su imaginación. No podía dejar de pensar en ese tipo de cosas, pero decidí no darles mucha importancia, ya que me parecía linda y muy simpática.

        Así pasó el tiempo durante un año. Yo me reunía con ella cada sábado en el mismo lugar en el que nos conocimos, no paraba de sorprenderme las increíbles historias que Lucy sacaba de su cabeza, al igual que los trajes que habíamos confeccionado un día en casa de ella.

        Un día, Lucy no se presentó a nuestra reunión semanal y me preocupó bastante, pues ella no era una persona que fuera impuntual y mucho menos faltista a algo que hacíamos bastante tiempo atrás. Así que decidí enviarle un mensaje de texto para preguntarle si estaba bien pero no lo respondió, fui a su casa y me abrió su madre; a lo que me dijo que Lucy se encontraba en el hospital debido a que no se sentía muy bien ese día. Me entró la curiosidad y le pregunté a su mamá sobre que tenía o cual era su estado, a lo que ella me contó que Lucy tenía cáncer terminal.

        Me quedé muy sorprendido, no sabía que decir al respecto pues era algo que me sorprendía y me quedé impactado. Su madre me contó que la habían diagnosticado muy tarde, debido a que nunca se sintió mal o presento alguna sintomatología. Me dijo que no le quedaba mucho tiempo de vida y que por eso no iba a la escuela o no contaba con algún trabajo, lo único que ella quería era sentirse feliz, viva y plena por el tiempo que le restaba de vida; por lo que me pidió que no comentara nada al respecto sobre su enfermedad y que solo estuviera con ella hasta el último momento.

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