La educación en la vida de las personas es lo principal (al menos en la mayoría)

La educación en la vida de las personas es lo principal (al menos en la mayoría), se dice que la educación es desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen, pero ¿En realidad se cumple? En mi opinión digo –que la educación es cultivar en la mente de los niños y jóvenes ese sentido de apreciación a lo que se puede lograr a un corto y largo plazo-.

Con el apoyo de maestros y padres de familia se podría cumplir con el objetivo de la educación, sin embargo las metodologías tradicionalistas de la mayoría de los maestros acarrean una gran dificultad del logro del objetivo, a los futuros maestros se nos dice que debemos ser innovadores, creadores de estrategias que ayuden a los alumnos a llenar y moldear esa mente tan pura que tienen, aun así estos mismos maestros que nos piden ser inigualables en la manera de impartir las clases, son los que comienzan a caer en “horroroso tradicionalismo” que todo maestro evita pero terminamos cayendo en él.

“Si analizamos las causas del bajo rendimiento escolar todo se origina en el salón de clases, desde la indisciplina del niño, hasta nuestra pobre rutina metodológica.”

                                                                        (Guzmán, 2002: 73)

La cotidianidad es igual al tradicionalismo, esta es una de las razones por las que digo que la educación se empieza a ver como una prisión, un lugar en donde se resguarda no solamente niños con entusiasmo de aprender sino un lugar en donde se encarcelan sueños que poco a poco van desapareciendo, que se extinguen como la flama de una vela con poco oxígeno.

Otras de las razones que van acabando con los sueños de esas mentes, es la normatividad que se vive día con día, dentro de esas inmensas instalaciones que llamamos escuelas, desde un reglamento escolar (que dentro de este no se escapan los padres de familia), el uniforme, el color de las libretas, el modo de sentarse, el lugar en donde se camina, corre y come,  y no nos olvidemos del reglamento del salón de clases que se tiene que cumplir al pie de la letra, donde desaparece todo rastro de esa imaginación perspicaz que tienen los niños, que parece que ya no son personas las que se encuentran dentro de ese lugar sino más bien unos robots automatizados para salir a un mundo industrializado.

“No sigamos educando con la pedagogía del “no” (no corras, no rías, no hables, no pintes, etc.) porque posiblemente estaremos truncando la carrera de un gran artista”

                                                                        (Guzmán, 2002: 75)

Esta normatividad es tan estricta que me pregunto ¿Realmente se tiene que cumplir?, ¿Realmente ayuda a la educación los niños?, ¿Qué es lo que estamos haciendo con esas mentes, que piden a gritos mudos un respiro de aire de libertad? Son muchas preguntas que pasan por mi mente, porque a pesar de tantas reformas, tantos supuestos cambios para desaparecer la educación autóctona, seguimos en la misma vereda que nos lleva en círculos repitiendo los mismos errores.

Realmente no se ha logrado un verdadero cambio, porque cada vez de que nace una mente brillante, lo que hace la escuela es aprisionarla, apagarle poco a poco su brillo con el desdichado sistema que se tiene, dejando incapaz a esa mente de lograr un verdadero cambio, que por el contrario poco a poco el sistema la va hundiendo en ese bucle que pareciera jamás tener un fin.

“El papel que desde la institución que intentan normarlo, un papel subordinado, bajo la conducción de los adultos”                                                                 (Sandoval, 1992:132)

Se ha queriendo romper los lazos de la normatividad para que los niños y jóvenes que sean alumnos persigan esa libertad que quiere transmitir, haciendo que cada día los futuros docentes  entreguemos todo para no caer en el tradicionalismo.

Llevando una libertad de imaginación que abra las alas para alcanzar los sueños que ya se han ido soltando dentro de  esas instalaciones.

Hago un atento llamado a todos los maestros y futuros maestros a que ayudemos a perseguir los sueños (que tal vez ya nos quitaron), porque nosotros somos el ejemplo a seguir, no dejemos que nos vuelvan prisioneros, ya que la vida se construye de esperanzas y sueños que buscan se hagan realidad.

¿Por qué los maestros no dejamos que los niños sean libres? ¿Qué ocurriría en la sociedad si los niños y jóvenes se expresaran realmente como son?

Observando por las calles, las paredes de algunas casas pintadas de unos colores extraños que me llamaron la atención, mirándolos fijamente me percate que eran unas manos soltando una paloma, ¿Qué representa este “grafiti” en la pared?

En algunas otras paredes blancas que aparentemente se ven limpias y pulcras se observan unas letra negras con poemas de autores reconocidos como Octavio Paz, Benedetti, Sabines, Márquez e incluso firmas de autores anónimos, ¿Quiénes son los que escriben estos poemas en las paredes? ¿Con que finalidad lo hacen?, serán personas que quieren que nos unamos a su libertad, que seamos capaces de expresar lo que sentimos realmente, dejar atrás la prisión en la que nos encontramos, rompiendo las cadenas de esclavitud que tortura en  forma de alumnos sumisos, obedientes de los guardias que llamamos “maestros”.

Estas personas que hacen a escondidas y de noche estos trabajos magníficos, por miedo a que la autoridad los atrape pintando o perturbando “la paz” ¿Qué nos quieren decir? ¿Por qué no simplemente dejamos que se expresen? Posiblemente será que  estas personas afortunadamente no fueron prisioneras de una escuela, o  quizá que a pesar de las represiones supieron aparentar sumisión ante el sistema y por eso expresan sus sentimientos y su potencial de noche, como unos leones que en los días aparentan ser tranquilos e incluso tiernos, pero cuando cae la noche se preparan con sus dientes y enormes garras afiladas para cazar a sus presas, guiados por su ferocidad que quiere ser libre por esos instantes de cacería.

Podría ser que estas personas realmente nos ayuden a motivaros para crear una revolución ante el sistema, para que los maestros abran de una vez sus ojos y admiren el enorme potencial que tienen los niños, los maestros deberían de concientizar a las mentecitas para explotar ese potencial que tienen guardado, dormido, como los leones pacíficos.

Howard Gardner hizo su teoría acerca de las inteligencias múltiples en donde nos da a conocer todo el poder que tienen las mentes de los niños, entonces si se supone que los maestros normalistas estudian y conocen este tipo de referencias, ¿Por qué no dejan a los niños ser libres? ¿Por qué se limitan a vaciar esa información?

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