La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo

"La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo"

(Nelson Mandela)

¿Qué tan difícil puede ser?

De tanto pensar como iniciar este escrito, ya llegue al punto de comparar a un joven con una hoja de papel, completamente en blanco y aparentemente débil. Uno podría creer que una simple hoja  no podría causar nada, ni un sentimiento, ni un cambió, ni una enseñanza, pero una hoja con las palabras correctas podría cambiar el mundo, así mismo si hablamos de una persona, podríamos pensar que es irrelevante para todo y todos, pero una persona bien educada, un buen estudiante, podría ser el precursor y generador de ese gran giro que todos deseamos en la sociedad, de ese gran cambio que nos lleve a vivir en paz, serenidad y con respeto.  Tanto el que escribe sobre la hoja como quien se encarga de educar al joven tiene el mismo exhaustivo trabajo, tienen la labor de construir algo lleno de sentido y  con la capacidad de ser un factor clave  y vital para la sociedad.

Educar a un joven que llega a las manos de un docente como una hoja en blanco, sin nada concreto dentro de sí, no es tan fácil como uno lo podría leer aquí o como todos se lo exigen al maestro, como si fuera la educación una labor única y exclusiva del docente, educar no es simplemente llenar de información e ideas a un joven, no es simplemente explicarle los temas exigidos que debe tener claros durante un año de estudio para que apruebe y avance un grado más, educar va más allá de eso y le concierne a cada individuo social, pues se trata de ayudar a que cada persona forje su propio ser, adopte su propia ideología, sea capaz de decidir por sí mismo, discernir entre lo que considera bien y mal, entender de cultura y ser capaz de participar como ente de cambio en su sociedad teniendo conocimientos y formaciones éticas, morales, culturales etc. Desde la familia del joven hasta su vecino, cada persona que le rodea está en capacidad de aportar bien o mal a su educación, nadie es ajeno a esto pues somos seres de convivencia social y cada vivencia dentro de ella nos forma, pero respecto al maestro se podría pensar que su labor está un poco más cargada, pues no se deja en sus manos tan solo el educar a los jóvenes y niños, también se deja en sus manos el enseñar, y a pesar de que existan y aparezcan cada vez diferentes y más didácticas para en enseñar cada tema al joven y pesar de que el maestro haga un montón de estudios sobre pedagogía y educación jamás le será tan fácil su trabajo.

Y ahí entra uno como futuro docente de una nueva generación, a tratar de imaginarse como será capaz de enfrentarse a un montón de hojas en blanco y llenarlas de la manera más correcta, y para completar no basta solo con eso, sino sabiendo también que nos  enfrentamos a jóvenes que viven en  una realidad dura, una sociedad atacada por la guerra, las drogas, los malos gobiernos, las injusticias, la pobreza y demás. Cuando uno trata de comenzar algo se pregunta ¿Qué tan difícil puede ser?  Que tan difícil puede llegar a ser escribir un ensayo de dos hojas y que tan difícil puede ser educar y enseñar a un sin número de jóvenes y niños que pasaran por nuestras manos, depositando en nosotros toda su confianza para que les formemos como personas útiles y capaces de dar soluciones y ser de ayuda para terminar con un sinfín de problemas que atacan a nuestro país, uno desde ya empieza a preguntarse cómo va lograr todo eso, como va poder construir e implementar una buena didáctica que cumpla con su función, uno desde ya se empieza a preguntar si será capaz de cargar con la semejante responsabilidad de educar una persona en con condiciones tan complicadas.

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