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La explotación y el abuso sexual (Prostitución)


Enviado por   •  29 de Agosto de 2014  •  2.405 Palabras (10 Páginas)  •  170 Visitas

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La explotación y el abuso sexual (Prostitución)

© UNICEF/ HQ01-0460/Bronstein

El campamento Kotkai de refugiados afganos en el Pakistán. El UNICEF coordina las labores de suministro de agua y saneamiento ambiental del campamento, además de apoyar las actividades de un centro sanitario y de prestar otros servicios.

La explotación sexual es una forma de violencia basada en género que con suma frecuencia representa un aspecto característico de las actividades bélicas. En las situaciones de conflictos armados, las niñas y mujeres son habitualmente blanco de la violencia basada en género que incluye la violación sexual, la mutilación, la prostitución, el embarazo forzado y la esclavitud sexual. La violación sexual ha sido empleada de manera sistemática como arma de guerra y como medio para aterrorizar a la población y destruir los vínculos comunitarios. Las adolescentes corren especial riesgo de ser violadas, secuestradas o víctimas de la trata de personas y la prostitución.

Durante la crisis humanitarias, las niñas y las mujeres disponen de oportunidades económicas limitadas. En su desesperación por mantenerse a ellas mismas o a sus familias, a veces se ven obligadas a establecer alianzas con las fuerzas militares, incluso con las fuerzas de paz y hasta con el personal de operaciones humanitarias, a fin de poder garantizar su seguridad y supervivencia. En algunos casos, quienes han sido empleados para proteger a los sectores vulnerables de la población abusan impunemente de ese poder."Todos nos sentimos halagados por las atenciones que nos prestaron, pero ahora se ha convertido en una pesadilla”.

Una joven reclutada como informante por una agrupación armada

En las situaciones de crisis humanitaria, el UNICEF trabaja para garantizar la seguridad de los niños y las mujeres, y concentra sus esfuerzos en tres aspectos: la prevención, la protección y la recuperación y reintegración. Las oficinas en el terreno del UNICEF han aumentado las labores de protección de los niños y las mujeres vulnerables, y respaldan esas labores mediante la orientación en materia de política y programación. En Sierra Leona, por ejemplo, el UNICEF y sus aliados han establecido mecanismos para brindar protección inmediata a los niños y niñas en los campamentos y las comunidades, y han elaborado un sistema comunitario de vigilancia y denuncia de casos de explotación sexual y abuso infantil que abarca tanto a los pobladores de los campamentos como a quienes no residen en los mismos.

El UNICEF también ha producido materiales de capacitación sobre la prevención del abuso y la explotación sexual dirigidos a su personal y a sus aliados. En varias regiones, incluso en África meridional y Occidental, ya se llevan a cabo esas labores de capacitación.

En 2002, tras las acusaciones de abuso y explotación sexual por parte de trabajadores de socorro y efectivos de la fuerza de mantenimiento de la paz, el UNICEF pasó a compartir la presidencia del Grupo de Trabajo para la protección contra la explotación y el abuso sexual en las crisis humanitarias del Comité permanente entre organismos. El Grupo de Trabajo recibió una respuesta comprometida y coordinada por parte de la comunidad humanitaria en lo que concierne a la prevención y lucha contra el abuso y la explotación sexual. Entre las medidas enumeradas en el Plan de Acción del Grupo de Trabajo figura la incorporación de un conjunto de seis principios básicos en todos los códigos de conducta el Comité permanente entre organismos. Uno de ellos prohíbe toda actividad sexual con personas menores de 18 años, independientemente de lo que estipulen las normas y leyes locales sobre la mayoría de edad o la edad mínima de libre consentimiento. El Grupo de Trabajo también ha hecho un llamamiento en pro de una mayor transparencia y de la obligación de rendir cuentas en las labores de prestación de asistencia humanitaria. El Grupo encabeza las labores de elaboración de mecanismos que prevengan el abuso y garanticen la obligación de rendir cuentas.

Según la ONU, en este momento hay cuatro millones de mujeres y menores sometidas al mundo de la esclavitud

A lo largo de la semana pasada, Televisa desató una crítica directa a un diario capitalino por sus anuncios de prostitución. Este señalamiento tan direccionado parece responder a un encono dictado por razones empresariales más que éticas, pues la práctica de anunciar servicios sexuales es generalizada entre otros diarios, e incluso en la propia televisora. Sin embargo, los cuestionamientos ofrecen una excelente oportunidad de revisar a fondo una práctica nociva que no por generalizada deja de ser deleznable. La pregunta es ¿deben los medios de comunicación, diarios y televisoras incluidas, ganar sumas millonarias por la promoción abierta de la prostitución, que a su vez se vincula con la trata de personas?

Según la ONU, en este momento hay cuatro millones de mujeres y menores sometidas al mundo de la esclavitud, y 86% de todas esas víctimas de Trata de personas son compradas para explotación sexual comercial. Hay quien asegura que los espacios en los diarios equivalen a las zonas de tolerancia, o ghetos de prostitución que los gobiernos mantienen y las policías solapan. Algunos diarios españoles han dicho “mientras el Gobierno siga avalando la existencia de la prostitución, yo la seguiré anunciando”.

Excepto en España, los periódicos europeos dejaron de promover la prostitución por encontrar que resultaba imposible saber qué anuncios presentaban víctimas y cuáles no. Apuntaban también al hecho de que Gobierno y sociedad trabajan en la búsqueda de la igualdad, y dichos anuncios tienen una fuerte carga de violencia, racismo, sexismo y promueven estereotipos negativos, e incluso el abuso infantil. Quienes aseguran en México que todos los anuncios de prostitución son contratados directamente por “prostitutas libres”, mienten. También mienten quienes aseguran que todos los anuncios los pagan las mafias de tratantes. La promoción y normalización de la explotación sexual depende de la opacidad y la corrupción de muchos.

Enriquecerse a través de la explotación sexual de otra persona está penado por la ley en México. La ley establece muy claro que comete el delito de Trata quien promueva, solicite, ofrezca, facilite, consiga, traslade, entregue o reciba para sí o para un tercero a una persona, por medio de la violencia física o moral, engaño o el abuso de poder para someterla a explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, etc. Es momento que como periodistas e integrantes

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