La soberbia
dedos1Ensayo7 de Mayo de 2014
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I. La soberbia
El escritor discute con Lucifer acerca de la soberbia y la humildad
Satanás: Veo que el filósofo se aproxima a mi humilde morada.
El escritor: Algunas cosas son reales: elfilósofo se aproxima; la
morada puede ser humilde, o no, podemos discutirlo. Pero lo que
está claro es que el habitante de la morada no tiene nada de humilde,
más bien todo lo contrario. Yo diría que haces de la soberbia tu
razón de ser y existir, pese a que es algtt que te ha costado cdro.
Satanás: ¿Caro? Es a lo que uflo se arriesga por decir cuatro
verdades. Soberbio era mi jefe.
El escritor: De cualquier manera yo supongo que debes tener tu
orgullo herido, porque hoy solamente eres para todos et Ángel Caído.
El que desafió a Dios yfue derrotado, el que ueyó que era más
de lo que es.
Satanás: Creo que nueuamente tengo que poner las cosas en su
lugar. Estás en presencia de alguien seguro de sí rnismo, algo que
muy pocos pueden decir. Porque con muchos como yo el mundo sería
otto.
El escritor: Pero hombre, si éste es el problema, que el rnundo
está lleno de indiuiduos como tú. Y no quiero imaginarme qué pasaría
si hubiese ruuchos más.
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LOS SIETE PECADOS CAPITALES
"Tú eres un caso clásico, el de la criatura que no ailmite su
condición de criatura y que trata de imponer su deseo Jrente a la
diuinidad. Pero la diuinidad te marca los límites que deben tener
tus deseos, y la soberbia te cuadra perJectamente. Nosotros, los
humildes humanos, cuando mencionamos el término nos imaginamos
a Luis XV o Luis XIV en plena gloria. Pero tú sabes muy
bien que la soberbia es cosa sencilla de todos los ilías. En tu ffin
de ilividir y separar, te encanta que rija una desconsideración general
hacia el otro.
Satanás: No me yengas con esa tontera de la ilesyalorización.
Lo que existe es la selección natural. Hay mejores y peores y hay
que ubicar a cada uno en su lugar.
El escritor: Ahí está la cuestión. Con qué criterio, quién impone
esa selección, quién decide lo que hay que seleccionar Jrente a lo
que no debe ser seleccionado, quiénes son los que deciilen qué lugar
le conesponde a cada uno. Nadie es más frágil, más uulnerable y
más inconsistente que un soberbio.
Satanás: Mi queridofilósofo... ¿Quieres decirme que, además
de soberbio, soy débil? Tú tienes tus arranques de soberbia,
¿no?...
El escritor: Mea culpa, pero yo no ffeo que sea realrnente soberbia;
soy terco, discutidor, y tengo una exagerada tendencia a querer
tenet razón. Pero no soy alguien que contradíce a todo y a todos,
como algunos que lo hacen para buscar notoriedad ya que de otra
tnanera no lo conseguirían jarnás.
Satanás: Sin embargo, yo tengo entendido que de niño ya eras
muy irrespetuoso...
El escritor: Yo, de niño, me preguntaba, y aún sigo haciéndolo,
por qué razón debo callar la boca si tengo cosas sensatas que decir
Jrente a algo que flre parece una tontería. Nunca sentí quefuera algo
pecarninoso, pero debo reconocerte que uno de mis peorcs uicios ha
sido el de querer tener siempre la razón. Mi madre era una polemis-
LA SOBERBIA
ta envidiable, y yo tampoco he sabído fiunca quedarme carado,
siempre he tenido una contestación.
Satanás: En eso te pareces mucho a mis amigos los gobernantes,
de cualquier origen que sean. pero debes recofi.ocer que sin mundo eros er andaría a los tumbos.
El escritor, Éro, son]os peores, y sobre todo aquellos que se esconden detús de una máscara ire hum,dair que es )bsorutimente
ficticia' Esos políticos o generares o rerigiosos qu, no tienen ntingún pudor en asegurar q!.r-no quieren ,orgi, y que si los toman es por hacer un seruicio público,
-Ero,
prrsino¡i, ion aquellos o quUno luego les quitas el cargo y no prftm de conspirar contra el que ros reemplazó. Nada es peot que lafalsa humildail.
Satanás: En eso coincido Ttlenamente contigo. yo no soporto ser hu*.r.l!:, nifalso, y mucho irno, honesto... digo, hipóuita.
"Voy a aprouechar para pensar en todo b;r; fiinen qrc orrodecerme
por mi fecunda exisiencia a lo rargo ,e ra historia. eue es algo así cotno una autocrítica, pero al reués.
(? ,:b.:Oia no es grandeza sino hincha z6n, ylo que
está hinchado parece grande, pero no está sano.
SeN AcusrÍN)
La soberbia no es sólo el mayor pecado, según las Escritu_ ras Sagradas, sino la ruiz misma deipecado. p-or lo ,rr*, ¿. ell¿ misma viene la mayor debilidad.
( No se trata del orgullo de lo que tú eres, sino el menos_ precio de lo que es el oro) De no ,..oro.., a los semejantes. "En úlüima instancia -dice Goldman-, ra soberbia termina siendo un elemento de vulnerabilidad para el ser humano, que cree que domina una situación y en rearidad ., todo f;;;;r"_ rio' Es er ejemplo de la insegu.ia.¿ d"t individuo ftente a de-
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LoS SIETE PE(]AI)OS CAPITALES
tcrnrinadas cosas de la vida' Nosotros tenemos un proverbio
c¡uc dice: '(Jno debe llevar en su bolsilio dos papeles' En uno
clebe estar escrito: para mi fue creado el mundo y en el otro
bolsillo debe decir: soy simplemente polvo y cenizas'"' ..
Quizá lo más p.cami"oso de la soberbia sea que imposibilita
ll armonía y 1a convivencia dentro de los ideales humanos.
Nuestros destinos son enormemente semejantes: todos
nacemos, todos somos conscientes de que vamos a morir' todos
compartimos necesidades, frustraciones' ilusiones y alegrías.
Que alguien se considere al margen de la humanidad'
[o, ..r.-irn, d! e[a, que desprecie la humanidad de los demás'
qr. ,ri.grr. su .rincuiación solidaria con la humanidad de los
orror, piobablemente ése sea el pecado esencial' Porque negar
la humanidad de los demás es también negar la de cada uno de
nosotros, es negar nuestra propia humanidad' No hace falta
remontarse a Ia teología para convertir en pecaminosa la soberbia.
Lanatu¡a|ezadeloshombressoberbiosyvilesesmostrarse
insolentes en la prosperidad y abyectos y humildes
en la adversidad'
NrcorÁs MaqulRvu-o
La soberbia, como todos los pecados' tiene distintas gradaciones.
Ocurre que hay momentos en los que se toma como soberbio
, qri.., sobresale por sus virtudes' El vicio tiene que
ver con la representación de la excelencia' pero no con la
excelencia en sí misma' El excelente no tiene la culpa de serlo.
La soberbia en estos casos es la excelencia arrojada a la
cara del otro.
LA SOBERBIA
El filósofo argentino Tomás Abraham aporta otra perspectiva:
"Recuerdo una cita de Jean Genet que decía: 'Levantar
la cabeza en medio de la silbatina'. Eso es una forma
de soberbia, el no agacharse y hacer eco a toda la humildad
de la que debemos ser acreedores y, al mismo tiempo, deudores.
Si no hay soberbia yo creo que es imposible cualquier
entendimiento humano".
Mi queridísimo abuelo Antonio me pidió en su lecho de
muerte: "¡Qr" nunca nadie te haga callar! ¡No dejes que te
hagan callar!". Yo le prometí que así sería, y seguí por la vida
rebelándome ante todos los que intentaran robarme la palabra.
No voy a negar que me siento muy bien en medio de una
buena discusión, una virtud que heredé de mis antepasados
femeninos. Para mal o para bien, muchas veces soy dominado
por una terquedad natural. Tengo una sensibilidad especial
para descubrir qué hay del otro lado de cada planteamiento, lo
que el otro calla. Hace años que vengo predicando contra los
que hacen de su pensanriento ortodoxo una cuestión de fe.
Estos individuos se obligan a olvidar la raz6n del otro, que se
transforma -casi como un juego de palabras la sinrazón,
en la no existencia de contenidos razonables en las posturas
asumidas. Y así sucede: cuando escucho ese silencio intervengo,
y por supuesto que lo hago con gusto.
(Según Abraham: "H"y un tipo de soberbia que me provoca
ira: la soberbia combinada con la ignorancia (propia de
aquel que no sabe que la soberbia tiene un costo y que hay
que pagar un precio). Es una forma de pedantería cuando
uno se permite despreciar al otro sin haberse tomado el trabajo
de conocerlo. Pero no me irrita Ia soberbia en general,
es un pecado que fue muy importante en los orígenes del
cristianismo, el pecado de Adán. Hay un fondo anarquista en
la soberbia que yo aprecio")
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LOS SIETE PECADOS CAPITALES
Goldman afirma: "La soberbia lleva al individuo a creer
que puede colocarse en el lugar del que todo lo sabe cuando
to ,lt i.o que podemos tener los seres humanos son certezas'
La verdad es un objetivo en la vida que siempre tenemos gue
buscar. El creerse dueño de ella coloca al hombre en el estado
máximo de soberbia que puede tlcanzar' Las sociedades
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