La visión de lo heroico en "Los de Abajo"

Gabriela Alcalá Cuevas

Jalisciense del XX

Prof. Juan Lira

11 de mayo de 2015

La visión de lo heroico a través del personaje de Demetrio Macías en Los de Debajo de Mariano Azuela

       La figura del héroe ha cautivado parte del imaginario colectivo a lo largo de la historia, y sus representaciones literarias son probablemente las más apasionadas y vivaces de las existentes en el muestrario cultural.

   Éste personaje, (El héroe) concretó su éxito en la literatura clásica, en las grandes narraciones épicas y se reprodujo de modos diversos a lo largo de los siglos por los medios literarios y artísticos; tanto así que su figura ha desarrollado variaciones complejas generando así una nueva visión de lo heroico y la figura del héroe.

Mi principal idea aquí es demostrar que, la representación del personaje de Macías en el texto de Mariano Azuela, Los de Abajo, cumple con una revisión de lo heroico.

    Ahora bien, la palabra héroe lleva ya ciertas preconcepciones en su visión clásica que chocan con la representación dada por Mariano Azuela pero que, bajo el específico contexto de la literatura posterior a la Revolución Mexicana, comúnmente conocida como “novela de la Revolución”, queda acorde a su papel.  

Del latín heros, que a su vez deriva de un vocablo griego, la palabra héroe hace referencia a un hombre que es famoso, ilustre y reconocido por sus virtudes o hazañas.

Un hombre que lleva a cabo una acción heroica, cuya figura es elevada en la epopeya o algún escrito épico. Y, en la mitología antigua, el nacido de un dios o una diosa y de una persona humana, por lo cual le reputaban más que hombre y menos que dios; como Hércules, Aquiles, Eneas, etc.^[1]

El héroe, en ese sentido, suele encarnar los rasgos más sobresalientes y valorados de su cultura de origen. Presenta, por lo tanto, las habilidades idealizadas que le permiten concretar grandes hazañas, o actos heroicos, que son los que le dan fama y lo convierten en alguien admirado por el resto de la comunidad.

   En el mundo antiguo, el héroe quedó configurado como un ser mítico que sólo podía llegar a serlo desde su condición de hombre que ha superado una prueba de difícil tenor, generalmente asociada a la victoria sobre la muerte.  

   El héroe debía sobrellevar una serie de pruebas a las que debía resultar airoso, y cuya dificultad lo llevaría en ascenso hasta obtener, a cambio, un encuentro con algo nuevo y generalmente oculto y cuyo desenlace acontecía, la mayoría de las veces, con la muerte del héroe que, no obstante, se ve contrarrestada con una visión de la inmortalidad del héroe que se relaciona a la permanencia y perennidad de su nombre.

   Con el tiempo, las características de los héroes fueron variando, madurando en una imagen, quizá, más cercana a la humanidad que a lo divino, pero siempre manteniendo la presencia de características “sublimes”, elevadas, que lo mantenían por encima del rango de hombre común.

   Esta “aura” de grandeza, valentía y astucia, está presente en el personaje de Demetrio Macías a lo largo de la narración de Los de Abajo, reteniendo rasgos visibles en su caracterización, a los dados al Cid en las letras clásicas españolas.

    La novela se inicia con el intento, por parte de tres soldados federales, de robo y violación del hogar de Demetrio. El héroe, víctima de una injusticia, sale al mundo a cumplir su destino; podía haber iniciado la revolución en su propia casa, fusilando a los tres federales, si hubiera hecho caso a su mujer:

-“¡Mátalos!”

-¿Por qué no los mataste?

- Seguro que no les tocaba todavía”- contesta Demetrio

Aquí ya muestra un raro temple el personaje de Demetrio Macías.

La mujer y el hijo se refugian en casa del suegro y Demetrio huye a la sierra, mira a lo lejos y ve que su casa arde en llamas. Demetrio es un perseguido, que se ve obligado a separarse de su mujer y de su hijo e inicia su camino de revolucionario neófito.

   No obstante, la figura de Macías dista de ser la visión puritana del héroe. Salvar a la gente de una muerte casi segura o derrotar a un enemigo muy poderoso son las acciones heroicas por excelencia en la mitología antigua y en la épica. En la sociedad moderna, en cambio, los héroes pueden representar otros valores, como la fortaleza, la hombría, el valor, liderazgo… etc.,  en el caso de Demetrio Macías, la narración heroica del cumplimiento de su misión, demuestra su circunstancia de héroe bajo dos percepciones: La descripción del acto, estilísticamente hablando, y la representación de la persona; pues, aunque lo que nuestro héroe realiza en la novela de Azuela es una serie de actos delictivos, fusilamiento, actos bélicos y declaraciones sexuales, el cumplimiento del deber, mantener su obligación y promesas, así como la condición de sus enemigos como traidores, cumplen con la función del héroe.

    Habría que decir que los personajes de Los de abajo son, en esencia, figuras tópicas, o tipos literarios basados en la observación de la realidad y en una interpretación estilizada de la misma. Es en razón de esta representación de los personajes que ha de interpretarse la figura central de Demetrio Macías como "bandolero social", en la terminología de Hobsbawm o, en términos más adecuados a la tradición popular hispana, en "bandido justiciero", una especie de Robin Hood guerrillero, un hombre de pueblo que se vuelve a las armas y pelea por la causa social más que por la causa establecida de forma económico-política.

     Demetrio aparece en la novela como alguien temible; un ser cuya presencia espanta a los federales que pretendían propasarse con su esposa. No necesita emplear ni siquiera el fusil. Basta con su silueta en la puerta de la choza para que el enemigo se retraiga:

“Chata, estás muy lejos; arrímate a echar un trago... ¿Cómo que no?...

¿Le tienes miedo a tu... marido... o lo que sea?... Si está metido en algún agujero dile que salga..., pa mí ¡plin!... Te aseguro que las ratas no me estorban.

Una silueta blanca llenó de pronto la boca oscura de la puerta.

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