Leyendas De Becquer, Reseña Crítica

LEYENDAS DE BÉCQUER: EL BESO

Fue poeta y narrador español, nació el 17 de febrero de 1836 en Sevilla, hijo de descendientes nobles holandeses y de un célebre pintor del costumbrismo sevillano y hermano de otro, Valeriano. Bécquer era el segundo apellido de su padre. Intentó dedicarse a la pintura y estuvo de escribiente en la Dirección de Bienes Nacionales. Decide dedicarse a la literatura y sufre la pobreza mientras colaboraba en periódicos de poca categoría. Perteneciente al movimiento del romanticismo, aunque escribió en una etapa concerniente al Realismo. En vida alcanzó cierta fama, solo después de su muerte alcanzo la reputación con el que hoy lo conocemos. Su obra más popular son la Rimas y Leyendas. En las leyendas se pueden recrear ambientes fantásticos rodeados de un contexto sobrenatural y misterioso mientras que en sus rimas se logran descubrir ochenta y seis composiciones centradas en dos temas básicos: la poesía y el amor.

En la leyenda del beso hablan de la llegada de un grupo de soldados franceses a la conquistada Toledo, y que no habían conseguido encontrar un alojamiento, y fueron a dormir a una vieja y desmantelada iglesia. Al día siguiente, el capitán del grupo, estuvo hablando con otros colegas que se encontraban en Toledo especificadamente en el Zocodover una plaza del lugar y les comentó que esa noche había estado con una mujer bellísima, y que esa mujer era una estatua de mármol de una tumba. Entonces sus amigos se rieron de él, por lo que él les invitó esa noche a tomar unas botellas de champan y a que vieran la estatua. Cuando por la noche llegaron a la vieja iglesia, estuvieron bebiendo y emborrachándose, y el capitán explicó que habían descifrado un poco de las escrituras de la lápida, y que esa estatua era la de la mujer Doña Elvira de Castañeda, y que la estatua del hombre que había al lado era la de su marido Don Pedro López Ayala. El se acercó a la estatua del hombre y le escupió bebida en la cara, diciéndole que era para que bebiese, y dijo estar enamorado de la mujer, y se quiso acercar para poder besarla. Cuando ya lo iba a hacer, cayó al suelo, sangrando por los ojos, la boca, la nariz, y la cara completamente destrozada. Algunos de los que había allí dicen que vieron a la estatua del hombre dándole un guantazo con su guante de mármol para que no besase los labios de Doña Elvira.

En esta leyenda desde el momento en que menciono que los soldados eran franceses Bécquer estaba volviendo al pasado de su España en la que se veía invadida por el imperio Francés, ya que señala que había tomado los más grandes y mejores edificios de la ciudad, refiriéndose a los saqueos y profanación de templos pero Bécquer también nos apunta que, los que se quieran aprovechar de la situación deben de tener cuidado, pues alguien que ha sido grande lo es y lo será. El momento de la historia que nos da el pensamiento de esta idea es cuando el joven capitán francés intenta besar la estatua de piedra de Doña Elvira pero justo cuando sus labios estaban a punto de tocar los de Elvira, aseguran muchos que vieron al inmóvil guerrero levantarse y darle una enorme cachetada al francés, recordando a que España aunque parezca inofensiva es seguro que se defienda de quienes traten de pisotear su honor.

Pero el romanticismo no solo se admira en el texto en volver los ojos al pasado, también se presenta en los momentos en que el joven capitán mira a la estatua de Doña Elvira demostrando el amor imposible, el ideal de la belleza de la mujer en la palidez y la pureza, pero esencialmente en que ponen los sentimientos encima de la razón habiendo el conocimiento de que es una estatua y él un hombre.

La obra se sitúa en el siglo XIX, en tiempo de la invasión francesa de Napoleón en la guerra de independencia 1808-1814, y el tipo de narrador de es omnisciente tratando de ser objetivo y diferencia la realidad de la fantasía

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