“Los Miserables”, Romanticismo en su estado más puro

“Los Miserables”, Romanticismo en su estado más puro.

A finales del siglo XVIII, surgió el Neoclasicismo, un movimiento que intentó recuperar  el equilibrio y la armonía de las artes clásicas y la cultura. Éste dictaba que el arte clásico debía cumplir con normas y preceptos, y por parte de los neoclásicos se intentaba ejercer una labor formativa por medio de sus obras.

Las guerras que ocurrieron a principios del siglo XIX debido a la política expansiva del Emperador Napoleón Bonaparte, generaron el incremento del nacionalismo, que consistió en que las naciones lucharon para proteger a su pueblo del movimiento napoleónico. Dicho esto, se puede considerar al romanticismo como un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una respuesta revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el clasicismo, concediendo primacía a los sentimientos. La realidad en el Romanticismo se presenta, pues, en función de la subjetividad del yo en un mundo en constante transformación.

El Romanticismo es también una reacción contra el espíritu racional, que sobretodo se basa en anteponerse sobre la razón, el individuo del Estado y la sociedad, y la fuerza creadora de la imaginación al carácter escrito de las normas. Su principal característica es la rotura con la costumbre clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. Y su rasgo revolucionario es incuestionable debido a la búsqueda constante de la libertad.

En sus primeras manifestaciones, el romanticismo se da como un movimiento religioso, el cual revela la fe y la idea de la existencia de un más allá, inseparable al alma humana. A pesar de ello se evidencia una contracción en su carácter individualista y sentimental, que reacciona ante cualquier disciplina y credo concreto. El espíritu romántico se caracteriza por la intensidad emocional, la imaginación y la subjetividad.  

En este movimiento se puede encontrar una admiración hacia los fenómenos más fuertes de la naturaleza como cataratas, tempestades, el mar, así como la creencia en fantasmas y vampiros.

El movimiento en general se caracteriza por una nueva adopción y reinterpretación de lo clásico y gótico, más que por un estilo propio.

Los autores románticos despreciaban el rigorismo neoclásico que anhelaba imponer la literatura a reglas, ellos pensaban que no existían límites para la imaginación y la libertad.

El artista romántico también puede considerarse individualista, apasionado y creador espontáneo por naturaleza; de la manera más esencial e íntima, toda norma le resulta profundamente desagradable.

El Romanticismo se aparta de la clásica inspiración en Roma y Grecia, y huye del realismo trivial y la belleza exterior para enfocarse en encontrar el movimiento interno. Ésta expresión interna, usualmente se expresa en lo sentimental, y a veces en lo fúnebre y lo negativo.

La literatura del Romanticismo es el movimiento cultural literario que se produce a fines del siglo XVIII y a comienzos del siglo XIX en varios países europeos como Alemania, Francia y Reino Unido.

Entre las características del Romanticismo, se destacan: el triunfo del sentimiento sobre la razón, el fuerte deseo de la libertad, el entusiasmo por el arte gótico, la admiración a clásicos como Shakespeare y Calderón y el despertar del sentimiento patriótico.

La expresión de la propia intimidad, el tratamiento de sucesos históricos y legendarios y el yo, constituyen los temas favoritos por los escritos románticos.

Entre los escritores dominantes del romanticismo alemán, resalta el poeta Johann Wolfgang von Goethe, que se considera uno de los grandes escritores de la época. Entre sus obras, destaca Fausto, donde el protagonista insatisfecho con su vida, hace un trato con el diablo, intercambiando su alma por el conocimiento ilimitado y los placeres mundanos. También se encuentran Johann Georg Hamann y Johann Gottlieb Fichte, con su insistencia en la lucha del yo contra el no-yo.

En España el movimiento romántico tuvo sus antecedentes en los ilustrados españoles creados por los afrancesados. Aparece en la segunda mitad del siglo XIX, un Romanticismo tardío, un poco más íntimo y alejado casi del todo del tema político-social.

En Rusia, el Romanticismo supuso una revolución ya que autorizó el idioma ruso como lengua literaria, la gran figura del movimiento fue Alejandro Pushkin.

Edgar Allan Poe, es el mayor representante del romanticismo estadounidense. Sus obras son relatos fantásticos que ocurren en ambientes sobrenaturales y extraordinarios. Entre sus obras más destacadas resalta El Cuervo.

El Cuervo, publicado por primera vez en 1845, constituye su composición poética más famosa, ya que este poema lo hizo reconocido internacionalmente. El poema narra la misteriosa visita de un cuervo parlante a la casa de un amante afligido que llora la pérdida de su gran amor, Leonora. El cuervo negro, posado sobre un busto de Palas, parece azuzar su sufrimiento con la constante repetición de las palabras «Nunca más».

“¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!

¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,

ese Dios que adoramos tú y yo,

dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén

tendrá en sus brazos a una santa doncella

llamada por los ángeles Leonora,

tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen

llamada por los ángeles Leonora!”

– El Cuervo (1845).

En “La verdad sobre el caso del señor Valdemar” se puede notar que la mayoría de sus cuentos tienen que ver con la muerte.

“Ya no se advirtieron más señales de vida en Valdemar y, opinando que había fallecido, lo confiamos al cuidado de los enfermeros. En ese momento observamos un intenso movimiento vibratorio en la lengua. El hecho continuó por espacio quizá de un minuto. Al terminar este periodo, brotó de las distendidas e inmóviles mandíbulas una voz, una voz que sería una locura intentar describir.” – De “La verdad sobre el caso del señor Valdemar (1845)”.

El Romanticismo en Francia, se desarrolló durante la Restauración, como reacción contra las normas del Clasicismo y el Racionalismo filosófico de los siglos anteriores. El pensamiento romántico comenzó a formarse hacia 1750 y alcanzó su término aproximadamente un siglo más tarde.

En Francia se suele distinguir un romanticismo de apariencia católica y nacional de otro más liberal y materialista.

Los románticos defienden la literatura como expresión de la sociedad, por lo que a estos principios literarios se añaden otros políticos. La crítica literaria de este periodo desencadenó lo que ha venido a llamarse una "batalla" que se desarrolló en todas las corrientes artísticas, pero que lo hizo con mayor crudeza en el teatro, siendo Victor Hugo su mayor exponente.

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