MITOS Y LEYENDAS
profepelonl5 de Octubre de 2014
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ANTOLOGIA DE MITOS Y LEYENDAS
MATERIA: ESPAÑOL
INDICE
LEYENDAS PAGINA
LA LEYENDA DEL REY ARTURO …………………………………………………………………………… 4
LA LEYENDA DEL CEIBO ……………………………………………………………………………………. 5
EL CHINGOLO ………………………………………………………………………………………………….. 6
LA CRUZ DE LOS MILAGROS ……………………………………………………………………………….. 7
EL VAMPIRO DE RICHMOND ……………………………………………………………………………….. 8
MITOS
LA FORMACION DEL HOMBRE …………………………………………………………………………… 10
LA LLORONA ………………………………………………………………………………………………….. 11
MITO ROMANO DE LA CREACION ……………………………………………………………………….. 12
HERCULES ……………………………………………………………………………………………………. 13
EL MITO DEL NACIMIENTO DE OSIRIS ………………………………………………………………… 14
LA SERPINTE COSMICA……………………………………………………………………………………... 15
BIBLIOGRAFIA ……………………………………………………………………………………………….. 16
LAS LEYENDAS DEL REY ARTURO
Tal vez el personaje más importante dentro de la tradición celta, el rey Arturo fue probablemente desde el punto de vista histórico, no más que un modesto caudillo guerrero que vivió hacia el año 500 d.c. en el tiempo en que los bretones luchaban contra los invasores sajones.
Es posible que los exitos del Arturo histórico fueran tantos que la leyenda fuera invandiendo el recuerdo exagerando notablemente sus proezas y elevándolo a personaje mitológico.
Arturo, que significa "que tiene aspecto de oso", adquirió todas las características de una divinidad de acuerdo a la tradición celta. Entonces el mito transformó al personaje, especialmente en el Cornaualles británico, de donde era originario, así como también en el sur del país de Gales.
A partir de entonces, el mito pasó, a través de relatos a otros países celtas, relatos que fueron recuperados en el siglo XII por historiógrafos y novelistas franceses auspiciados por Leonor de Aquitania y Enrique II Plantagenet, quienes pretendían ser los herederos del rey Arturo.
De este modo, se explica el nacimiento y la difusión a través de varios países europeos lo que se conoce como las novelas de la Tabla Redonda o el ciclo artúrico. El esquema primitivo se completa con otros mitos de origen celta que sumados convierten a Arturo en el símbolo del universo celta de modo tal que todo gira en torno a la figura del rey.
El poder del rey en el contexto celta emana de su presencia aunque éste esté sin actuar. Esto explica el aspecto de dios equilibrador del mundo natural y de las fueras sociales que emana de Arturo en los textos del siglo XII, de ahí también la asociación con Merlín, el mago, cuya imagen refleja al antiguo druida. En definitiva, Arturo y Merlín conforman la famosa pareja mago-druida sin la que ninguna sociedad celta puede existir y que se corresponde en la mitología hindú, al doble caracter de la función real y divina que representan Mitra y Varuna.
LEYENDA DEL CEIBO:
Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños... Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.
Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.
El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahí, quien al rato, fue alcanzada por los conquistadores. Éstos, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera.
La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabra, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.
Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.
EL CHINGOLO
Dicen que el chingolo, el pájaro que anda a saltitos, y silba al cantar, tiene su historia.
¿Sabéis cuál es? Hela aquí: Un viejo tropero decíale siempre a su hijo:
-Hijo mío, has nacido gaucho como tu padre y tu abuelo. Debes ser también, como ellos, un buen tropero... Sí, tropero... que es oficio de gaucho guapo y de ley. De día, silbando, silbando, se lleva la tropa de aquí para allá; de noche, cantando y mirando hacia el cielo, se cuida el ganado bajo las estrellas.
Pero al hijo no le gustaba el trabajo, y menos aún el oficio que su padre le daba.
Y el padre, empeñado en que su hijo fuera tropero como él, trataba de hacerlo entrar en razón con consejos unas veces, con castigos otras. Pero todo resultaba inútil: el hijo no cedía. No le gustaba la ocupación, y si alguna vez acompañaba a su padre, lo hacía con gran desgano y con mayor disgusto.
Sucedió que una tarde, padre e hijo iban arreando una tropa y tuvieron que vadear un río de torrentosa corriente.
Llegados a un paso muy hondo, los animales comenzaron a dispersarse. El viejo tropero ordenó a su hijo que impidiese el desbande.
Tan mal cumplió el hijo la orden del padre, que éste decidió hacerlo por sí mismo. Internó su caballo en la hondura del río, y como allí había un remolino, la fuerza del agua lo arrastró bien pronto. No pudiendo nadar porque la resaca y la espuma lo envolvían, murió ahogado el viejo tropero.
Lloró el hijo la muerte de su padre. Consideróse culpable de ella y comenzó a sentir un arrepentimiento profundo y un pesar muy grande.
Queriendo tranquilizar su conciencia y pagar el mal que había hecho, decidió hacerse tropero. Así creía poder consolarse de la pena que lo embargaba.
El muchacho se hizo tropero. Comenzó a encariñarse con el oficio; trabajaba en él con alegre afán.
Silbaba de día mientras arreaba la tropa; o haciendo la ronda, cantaba de noche "mirando hacia el cielo".
El silbido del tropero era más bien el suspiro de una alma que espera consuelo para su pesar.
Pero el consuelo no llegó nunca; y la calma del joven tropero se convirtió en tormento.
-¡Pobre padre! -pensaba- ¡No se cumplirán nunca sus deseos de hacer a su hijo un gaucho tropero!...
Agobiado por el dolor y el arrepentimiento, confióle al fin su tristeza a un amigo, diciéndole:
-La pena me tortura y no puedo resistirla. Pronto he de morir. Cuando mis huesos queden libres, arrójalos uno a uno a los pasos o vados de los ríos y arroyos por donde he pasado cuando acompañaba a mi padre, con gran desprecio del trabajo y mala voluntad para cumplirlo.
Prometióle el noble amigo satisfacer su pedido, y después de untiempo, así lo hizo. Dicen que el agua fue gastando poco a poco los huesos del tropero arrepentido, y que después de largos años, fueron esos huesos tomando la forma de huevos. Dicen también que de cada uno de esos huevos nació un pajarito.
Ese pajarito es el chingolo. Anda a saltitos para recordarnos que aquel hijo que no amaba el trabajo y que desobedeció a su padre, no pudo llegar a ser feliz.
Silba cuando canta, porque el tropero silba y canta de día y de noche azuzando la tropa en la soledad de los campos.
LA CRUZ DE LOS MILAGROS"
Hay en la Iglesia del Milagro, en Corrientes, una rústica cruz que es venerada con el nombre de "Cruz de los Milagros". Una curiosa leyenda justifica ese nombre.
Cuenta la tradición que los españoles, cuando fundaron San Juan de Vera de las Siete Corrientes, llamado hoy Corrientes, después de elegir el lugar y antes de levantar el fuerte, decidieron erigir
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