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Origen Del Lenguaje


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2014  •  2.115 Palabras (9 Páginas)  •  265 Visitas

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ORIGEN DEL LENGUAJE

El lenguaje tiene entre 50.000 y 100.000 años

Las últimas investigaciones apuntan a que el habla humana,

no la transmisión de ideas por medio de gruñidos, sonidos o mímica, sino el lenguaje tal como hoy lo entendemos, tiene entre 50.000 y 100.000 años de antigüedad. La lingüística solo le daba unos 9.000 años de historia, y al gran tronco indoeuropeo, al que pertenecen el español, el catalán y el gallego, apenas 6.000.

Todo esto significa que no fue el homo sapiens sapiens -el ser humano actual que apareció hace unos 10.000 años- el primero en poseer el lenguaje, sino que ya el homo habilis, sucesor hace 100.000 años del homo erectus, se hacía comprender por algo más que gestos. Lo que sí hubo de esperar a los últimos milenios de nuestra era fue la escritura, que es la que ha permitido guardar testimonios escritos de ese pasado lejano.

Y ha sido un biólogo, el neozelandés Quentin D. Atkinson, de la Universidad de Auckland, quien ha llegado a esa conclusión, no a partir de palabras enteras, sino por el estudio de fonemas —sonidos con vocales y consonantes— en lenguas todavía existentes.

El lenguaje se originó, según el investigador, en el suroeste de África, en la zona en la que se data también la transformación de antropoides en homínidos y, eventualmente, en seres humanos. Y con el nacimiento de la agricultura —eso sí que no hace más de 10.000 años— el habla viajó por todos los continentes hasta convertirse en las 7.000 lenguas que se conservan en el planeta.

Ese fue el comienzo de una larga historia que engendró literaturas universales, aseguró su mantenimiento y multiplicación por medio de la imprenta a partir del siglo XV y ha conocido su último avatar con Internet.

La aparición del lenguaje —lo que no pudo ser cosa de un lunes para un martes— dio al ser humano el dominio de la naturaleza, del reino animal e, inevitablemente, el establecimiento de jerarquías de dominio entre los de su misma especie.

Al comenzar a hablar, el ser humano aprendía a codificar y transmitir la cultura, por primitiva que esta fuera. Así había nacido el mundo.

El incierto origen del lenguaje humano

La naturaleza volátil del lenguaje lo convierte en la singularidad de nuestra especie cuyo origen resulta más difícil de determinar. Se avanza en las bases biológicas, pero no sabemos cuál fue la primera palabra. Quentin D. Atkinson, biólogo de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, se ha adentrado en un territorio que, desde la perspectiva de la ciencia, se presenta resbaladizo para determinar que el lenguaje tiene al menos 50.000 años de antigüedad y que se originó en algún lugar de suroeste de África, tal y como publica en la revista Science.

«El habla es nuestra creación más efímera, es poco más que aire». La lingüista Christine Kenneally caracteriza así la condición problemática del estudio del habla primigenia, algo tan inaccesible como para que la Societé de Linguistique de París decidiera en 1886 que no era asunto de ciencia dada la imposibilidad de comprobar con rigor cómo surgió la palabra. Seis años después, sus colegas de la London Philological Society siguieron el mismo camino y la indagación sobre los orígenes del lenguaje terminó por convertirse en un problema ajeno al mundo académico.

Esta situación cambió hace dos décadas, cuando la arqueología del habla empezó a progresar sobre el terreno firme que proporcionaban avances en el estudio de las bases biológicas del lenguaje como los obtenidos por Philip Lieberman. A la apertura de este campo contribuyó también la emergencia de trabajos como los de Steven Pinker sobre la evolución del lenguaje, que rompían con el absoluto dominio de la visión innata del habla de Chomsky. «Después de cien años de incómodo silencio, se había vuelto inteligente, respetable e interesante preguntarse en voz alta cómo demonios habíamos llegado a convertirnos en una especie con palabras», resume Christine Kenneally en La primera palabra (Alianza editorial, 2009).

La proliferación de estudios sobre la materia no ha conseguido, sin embargo, establecer unas bases fiables y de amplia aceptación en la comunidad científica. Quentin D. Atkinson lo intenta ahora con este artículo en el que determina que el lenguaje surgió en África hace entre 50.000 y 100.000 años. Ello estaría en consonancia con los análisis evolutivos que localizan el origen de la humanidad actual en un reducido grupo de humanos que habitó el continente africano hace al menos 60.000 años.

Atkinson ha trasladado a la lingüística los procesos estadísticos que se emplean para construir árboles genéticos en base a secuencias de ADN. En medio de las suspicacias de los lingüistas, poco proclives a los modelos matemáticos, y en consonancia con la procedencia de esa metodología, el biólogo centra su trabajo en los fonemas, los genes del habla, las unidades más simples de la lengua. Estos paralelismos entre biología y lengua no son nuevos en el estudio de la evolución y han sustentado ya antes investigaciones como las del genetista Cavalli-Sforza (Genes, pueblos y lenguas, Crítica 2000). Al igual que la dispersión que siguió a la salida de nuestra especie de su cuna africana derivó en una progresiva merma de la diversidad genética, Atkinson observa que los lenguajes africanos tienen una gran riqueza fonética —hasta cien fonemas distintos— frente a los hawaianos, que apenas utilizan trece de esas unidades elementales. Entre esos dos extremos, el inglés tiene 45 fonemas y el español, 24. Aplicando ese patrón evolutivo a unos 500 lenguajes de todo el mundo en ese patrón, el biólogo vincula el origen del habla con la gran migración de los ancestros africanos, que llevó a nuestra especie a colonizar el mundo.

En La gran migración. La evolución humana más allá de África (Crítica 2011), su libro más reciente, el paleontólogo Jordi Agustí apunta también que, en ese mismo periodo al que alude Atkinson, se registra una emergencia del pensamiento simbólico. «En la base de esta nueva mente se esconde muy probablemente un salto cualitativo en la capacidad de comunicación lingüística, ya basada en una gramática compleja», apunta Agustí, que atribuye a la adquisición de ese pensamiento simbólico el empuje necesario para dejar atrás nuestra patria biológica. Mark Pagel, biólogo de la Universidad de Reading, en Inglaterra, considera al lenguaje como el elemento crucial de la salida de África. «El lenguaje fue nuestra arma secreta y tan pronto como lo conseguimos nos convirtió en una especie realmente peligrosa», afirma Pagel,

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