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PANDORA


Enviado por   •  25 de Octubre de 2014  •  Síntesis  •  721 Palabras (3 Páginas)  •  360 Visitas

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PANDORA

Me llamo Pandora y gracias a mí existe la certidumbre entre los hombre. O tal vez debe empezar de otra forma: mi nombre es Pandora, ya sé que ya lo dije y mi nombre en griego, quiere decir “la bien dotada” o sea, que soy muy linda, la más linda de todas.

Me crearon los dioses del Olimpo: Hefesto formó mi cuerpo, Atenea me vistió, Afrodia me dio belleza, las tres Gracias me dieron mis joyas, Hermes me hizo curiosa y Zeus, el padre de todos ellos, me dio los más importante, la vida. No soy una diosa, pero casi.

Los dioses me hicieron especialmente para que me casara con Epimeteo, quien al verme por supuesto, se enamoró de mí perdidamente y no quiso escuchar a los que le advirtieron que no se me acercara, que lo iba a llevar a la desgracia. El que más se opuso fue un hermano de mi marido, que se llamaba Prometeo y que por aquel tiempo era famoso por haber capturado y encerrado todos los males del mundo., en fin siempre hubo y habrá entrometidos. No sé porque decían tantas cosas de mí, que mal puedo provocarle yo a alguien.

A estas alturas ya se estarán preguntando a qué viene tanta historia familiar. Sigo contando, celebramos nuestras bodas con regios banquetes y recibimos cantidades de regalos a cual más lindo. Zeus, el que me dio la vida, nos ofreció un cofre bastante lujoso que asombró a todos los parientes de mi marido.

- Ni se te ocurra abrirlo lo que hay adentro es muy malo – me gruñó el antipático de mi cuñado.

-“¿Y porque no, si es mío? ¿Cómo sabe él que tiene el cofre? “pensé yo, pero no dije nada. Después de todo, estaba recién casada y no quería causarle mala impresión a la familia.

Más tarde, cuando se fueron todos, Epimeteo me volvió a decir que no lo abriera. Me lo pidió de una forma tan cariñosa, que en este momento no me pude negar. Tenía tantos regalos para ver, que por unos días me olvidé completamente del asunto.

Hasta que volví a encontrar el regalo de Zeus y se me planteó el problema: o lo abría y salía de dudas o les hacía caso a los demás y me quedaba con la intriga. Resolví abrirlo.

Lo que siguió fue horrible, no se cómo una caja de ese tamaño podía contener tantos desastres.

Levanté la tapa y salió la ira, la envidia, la enfermedad, la peste, el hambre, la guerra y no se cuantas cosas más. Todas malas. No pude hacer nada, enseguida se desparramó todo por todas partes y la verdad es que no entiendo porque me la regalaron. Ahora, Prometeo se pasa diciendo a quien quiera oírlo, y sobre todo a mi marido, que la causa de los males soy yo, que no se tendría que haber casado conmigo, y que si no se le había ocurrido pensar que Zeus me había enviado a propósito para echar todo su trabajo a perder. Lo que nunca dice es que en el fondo del cofre había quedado algo muy pequeño

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