POR LA PAZ

POR LA PAZ

La paz, el sueño ideal y anhelado por todo el mundo, considerado  como el único camino a la felicidad, ¿será así?; ciertamente, pensar en un mundo ideal, es imaginar tranquilidad e involuntariamente llegan a nuestras mentes, imágenes como de una hermosa y pura paloma blanca; otros, quizás la asociarían a una bandera mundial  del mismo color, sin embargo estos símbolos no tienen nada que ver con la paz cuando desconocemos a profundidad su verdadero significado, que va mucho más allá de quienes la asocian de manera inequívoca   como la respuesta correcta en un reinado de belleza, denigrando  su verdadero valor.

Sin embargo llevamos mucho tiempo y esfuerzo tratando de conseguirla, las personas se han preocupado por acabar con la violencia física, por dar fin a esa guerra que comienza en la mente del hombre,  una mente que  en lugar de construir la paz y contribuir con un  nuevo modelo de vida sigue derribando destruyendo familias, regiones países y lo más importante, los sentimientos de cada una de las personas.

Es preciso entonces, reconocer que tristemente  en la actualidad la guerra (lo contrario a la paz) se está gestando en los más pequeños desde el seno del  hogar mediante el maltrato físico, verbal, y sicológico; está en nosotros, a nadie le interesa examinar su entorno y cerciorarse si está en paz con los demás, o si tal vez de una u otra manera está interrumpiendo la poca tranquilidad de su prójimo, porque estamos pasando por una situación compleja, en la que estamos en continua guerra con nosotros mismos, con la sociedad, con las naciones o de un modo más general con todos aquellos que nos quieran llevar la contraria.

A cada momento hay una guerra en nuestra mente, siempre estamos escogiendo ir en una dirección o en otra. Por lo tanto, cuantas veces haya un dilema debemos buscar en la sabiduría, en el bien común, el camino de la rectitud y por esto es esencial que las actividades educativas apunten a desarrollar a un hombre con valores, responsable y sensible, quien creara una sociedad compasiva. Nos limitamos con estar al tanto de las noticias y conocer el avance o estancamiento de los diálogos de paz, pero ¿estamos haciendo paz?, o por el contrario  ¿por un lado estoy anhelando y “apoyando” un acuerdo de paz en mi país y por otro en el trabajo, hogar o colegio fomentamos y hasta dirigimos actos que contradicen dicho pensamiento?

Las soluciones no solo se piensan, se llevan al contexto de la mejor manera considerando todas las posibilidades.

La paz considerada la situación ideal en el mundo actual, no es más ni menos que la sensación o sentimiento que embarga nuestras vidas de tranquilidad y nos enseña el camino a la felicidad.

Somos responsables directos de reemplazar estos malos hábitos en la sociedad actual, día tras día llegan a este mundo nuevos seres por los que debemos esforzarnos por cambiar esta sociedad de guerra, por una nueva cultura de paz y no-violencia  que prevenga los conflictos. Es nuestra tarea desarrollar formas prácticas y directas que nutran esta nueva cultura e ilustre cada individuo para que la pueda disfrutar plena y adecuadamente.

Comúnmente cuando identificamos un problema buscamos solucionarlo de raíz, pues la mejor manera de acabar con una sociedad llena de conflictos, es empezar a corregirla desde la formación, si, desde los primeros años de colegio hasta siempre.

Los esfuerzos para contener estos problemas solo pueden tener éxito a menos que sus causas raizales sean trascendidas por la práctica de los fundamentos espirituales en nuestra vida diaria. El conocimiento de las raíces profundas de la pobreza y la opresión contribuye muy efectivamente a la paz. Así que la pobreza, la enfermedad, la inequidad, la discriminación, la injusticia social, la opresión política, la destrucción del medio ambiente, junto con la guerra y los conflictos armados deben ser nuestro objeto de estudio. No perdamos tiempo participando en juegos de sensiblerías y reuniéndose en espectáculos de paz para ganar el aplauso o el voto de las personas, ya que si no hay una conexión comprometida y un ambiente seguro no podemos movernos adelante hacia un cambio significativo. Una buena educación y un trabajo seguro en la actualidad contribuirían grandemente a nuestra salud física y mental.

...