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Proyecto De Antologias

Marisanchez17 de Marzo de 2014

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A mi más grande orgullo, mi madre. A mi padre, que a pesar de todo comprenden el significado que tienen para mí.

A mis más grandes seres especiales Camil y Francisco, y a esas personas que hicieron que mi vida tuviera más risas que tristezas.

Esos amigos de la iglesia del Sagrado Corazón.

INDICE

• Prologo …………………………………… 4

• Boleta de calificaciones………………………… 5

• La distancia de los corazones…………………… 6

• El cuaderno rojo……………………………… 7

• Lio en la clase de ciencias……………………… 11

• La noche de los feos………………………… 12

• Historia de dos zorros ………………………………… 15

• El hombre que aprendió a ladrar ……………………… 16

• Esa boca………………………………………………… 17

• Los bomberos……………………………… 19

• El otro yo……………………………………………… 20

• Conciencia breve…………………………………… 21

• Ruidos ahí abajo…………………………………… 22

• Historia de un hombre, su caballo y su perro………………… 23

• La rosa blanca……………………………………… 24

• Abuelita………………………………… 25

• Comentarios………………………………………………… 27

• Bibliografía………………………………………………… 28

Prologo

Este libro es apto para todas las personas, en especial para aquellos adolescentes que cursan la secundaria. Se escribió gracias a mi esfuerzo y dedicación, por un pequeño proyecto de antologías.

Está basado en historias que nos hace reflexionar, por ejemplo el como un hijo califica a su padre, el como a un niño no le gustaba ir al circo, como cuando dos personas están enojadas y discuten, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esta distancia, deben gritar para poder escucharse. Mientras más enojadas estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse la una a la otra a través de esa gran distancia. Estos cuentos nos hacen reflexionar muchas cosas pues no solo son para nosotros que estamos creciendo sino para aquellos que ya lo hicieron.

Boleta de calificaciones

Era miércoles, 8:00 a. m., llegue puntual a la escuela de mi hijo. - No olviden venir a la reunión, es obligatoria - fue lo que la maestra había dicho un día antes. - ¡Pues qué cree la maestra! ¿Qué cree que podemos disponer

Del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 8:30 A.M... De aquí dependía un buen negocio y... ¡tuve que cancelarla!

Ahí estábamos todos, papás y mamás, la maestra empezó puntual, agradeció nuestra presencia y empezó a hablar. No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando cómo resolver lo de ese negocio, probablemente

Podríamos comprar esa nueva televisión con el dinero que recibiría.

- Juan Rodríguez!... escuché a lo lejos. ¿No está el papá de Juan Rodríguez? dijo la maestra. -Sí aquí estoy- contesté pasando a recibir la boleta de mi hijo. Regresé a mi silla y me dispuse a verla.

- ¿Para esto vine? ¿Qué es esto?..-

La boleta estaba llena de seises y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones de mi hijo.

De regreso a casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba...., ¡si le doy todo! ¡Nada le falta ¡Ahora sí le va a ir muy mal!... Me estacioné y salí del carro, entré a la casa, azoté la puerta y grité... ¡Ven acá Juan!

Juan estaba en su recamara y corrió a abrazarme. - ¡Papá!...

- ¡Qué papá ni que nada!- Lo retiré de mí, me quité el cincho y no sé cuántos golpes le di, al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él. ¡¡¡¡ Y te me vas a tu cuarto!!! - terminé.

Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba. Mi esposa no dijo nada, sólo movió la cabeza negativamente y se fue a la mesa a escribir.

Cuando me fui a acostar, ya más tranquilo, mi esposa me entregó la boleta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco y me dijo - Léele despacio y después toma tu decisión-

Ésta decía así...

BOLETA DE CALIFICACIONES "PARA EL PAPÁ"

Tiempo que le dedicas a tu hijo -

Calificación

1. En conversar con él a la hora de dormir

2. En jugar con él

3. En ayudarlo a hacer la tarea

4. En salir de paseo en Familia

5. En contarle un cuento antes de dormir

6. En abrazarlo y besarlo

7. En ver la televisión con él

Él me había puesto seises y sietes, yo me hubiera calificado con menos de cincos.

Me levanté y corrí a la recamara de mi hijo, lo abracé y lloré..., Quería regresar el tiempo, pero era imposible.

Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por sus lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: ¡te quiero papá!

Cerró sus ojos y se durmió.

La distancia de los corazones

Un día, Meher Baba preguntó a sus mandalíes:

- ¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas?

Los hombres pensaron durante unos momentos.

- Porque pierden la calma- dijo uno-, por eso se gritan.

- Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –Preguntó Baba-. ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?

Los hombres dieron algunas otras respuestas, pero ninguna de ellas satisfacía al maestro Meher Baba. Finalmente, él explicó:

- Cuando dos personas están enojadas y discuten, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esta distancia, deben gritar para poder escucharse. Mientras más enojadas estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse la una a la otra a través de esa gran distancia.

Luego, Baba preguntó:

- ¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Pues que no se gritan, sino que se hablan suavemente, ¿por qué?... Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellas es muy pequeña.

Los discípulos lo escuchaban absortos y Meher Baba continuó:- Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? Los enamorados no hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es, observad lo cerca que están dos personas que se aman. Así pues, cuando discutáis, no dejéis que vuestros corazones se alejen, no digáis palabras que los distancien más. Llegará un día en que la distancia será tanta que ya no encontrareis el camino de regreso.

El cuaderno rojo

El cartero le entregó el telegrama y mientras Roberto le daba las gracias y empezaba a leerlo, no podía evitar que su cara mostrara una expresión de sorpresa más que de dolor.

Eran unas palabras breves y precisas: “Tu padre falleció. Lo sepultaremos mañana a las 18 horas. Mamá”

Roberto se quedó como estaba, de pie y mirando al vacío.

No sintió dolor, ni derramó ninguna lágrima, era como si hubiera muerto un extraño.

¿Por qué no sentía nada por la muerte de su padre?

Con un torbellino de pensamientos confusos en su mente, avisó a su esposa y emprendió viaje hacia la casa de sus padres. Mientras viajaba en silencio sus pensamientos pasaban por su mente a toda velocidad.

No tenía deseos de ir al funeral, sólo lo hacía para acompañar a su madre y tratar de aliviar su tristeza.

Ella sabía que padre e hijo no se llevaban bien, desde aquel día de lluvia en que una serie de acusaciones mutuas, obligó a Roberto a irse para no volver nunca más.

Pasaron los años y Roberto vivía cómodamente. Se había casado y formado una familia, pero sólo se acordaba de su madre para su cumpleaños o alguna festividad.

A su padre sin embrago lo había borrado de su mente. Desde aquel fatídico día jamás lo vio ni habló con él. Jamás pudo superar el odio que sentía hacia él.

En el velatorio se encontró con pocas personas. En un rincón del salón vio a su madre pálida, débil. Se notaba que había sufrido mucho. Tal vez porque siempre deseó que las cosas terminaran de otra manera.

Cuando vio a su hijo, lo abrazó mientras lloraba silenciosamente, fue como si de pronto hubiera perdido toda esperanza.

Después, Roberto vio el cuerpo sereno de su padre. Estaba envuelto por un manto de rosas rojas, como las que al padre le gustaba cultivar. Pero de los ojos de Roberto no cayó una sola lágrima, su corazón herido no se lo permitía.

Se quedó con su madre hasta la noche, la besó y le prometió que regresaría con sus hijos y su esposa para que los conociera.

Ahora, por fin podría volver a su casa, porque aquella persona que tanto había odiado, ya no estaba en este mundo. Era el fin de la humillación, de las críticas, de los consejos ácidos de un sabelotodo. Por fin podría reinar esa paz que siempre quiso experimentar.

En el momento de la despedida la madre le colocó algo pequeño y rectangular en la mano

-Hace mucho tiempo podrías haberlo recibido, le dijo. Pero, sólo después de que él murió lo encontré entre sus cosas más importantes.

Roberto

...

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