Reseña De La Brevedad De La Vida - Seneca

RESEÑA LIBRO DE LA BREVEDAD DE LA VIDA – SÉNECA

“Cuando el rabino Bimham yacía en su lecho de muerte, su esposa se echó a llorar.

Él le dijo: ¿Por qué lloras?, toda mi vida no ha sido otra cosa que un aprender a morir”.

El Arte de Morir - Osho

En algún momento hemos sentido cómo desperdiciamos nuestra vida, el día no nos alcanza para todo lo que deseamos hacer o simplemente nuestras ocupaciones son tantas y no nos tomamos tiempo para nosotros mismos.

En el texto “De la brevedad de la vida”, Séneca hace una reflexión con palabras precisas, conceptos claros, ideas puntuales sobre el tiempo que duramos viviendo, nos entrega diferentes conclusiones sintetizadas en frases tan concretas como: “Todo ya se conoce, todo ya se ha experimentado hasta la saciedad; del resto que la pura suerte disponga como quiera.” Con sus palabras nos muestra lo absurdo de la expresión “la vida es breve”; lo que hace falta realmente es administrar mejor nuestro tiempo. También nos exhorta a reconocer nuestra mortalidad, todos estamos muriendo en el mismo instante de nacer, y por lo tanto debemos disfrutar el presente sin posponer nuestro descanso.

Para ilustrar esto, Séneca coloca tres ejemplos: Augusto, Cicerón y Livio Druso; por medio de ellos nos muestra que no vale la pena ocuparnos de muchas cosas cuyo contenido no nos genera un valor real a nosotros mismos, puesto que seguiremos añorando la llegada del futuro mientras dejamos el presente escapar, dejamos de disponer de tiempo para nosotros mismos y nuestro descanso. Expone la palabra tiempo como un elemento invaluable, pero entregado de manera indiferente ya que no acostumbramos a medirlo. Irónicamente, cuando estamos moribundos nos aferramos a la vida con toda nuestra fuerza y deseamos un poco más de tiempo; lo que importa es la manera en la cual aprovechamos nuestra vida para que cuando llegue la muerte, esta nos sea de agrado.

Séneca define la vida en tres momentos: el pasado, que ya no es; el presente, que es, pero muy corto; y el futuro, que no es. Hay que responderle al presente, hay que vivir lo inmediato en vez de desperdiciarlo ¿cómo disfrutar la vida cuando no se disfruta ni del día?

Ante esto podríamos hacernos la pregunta ¿cómo podemos aprovechar nuestra vida y nuestro tiempo? Séneca propone dedicar nuestro ocio a conversar con los sabios del pasado, así, incluso, pedimos tiempo prestado del pasado para aprovechar el presente. Es la forma de preservar nuestra inmortalidad, de alargar nuestra vida. Por último, nos muestra los diferentes personajes que ocupan tiempo innecesariamente: el rico y su aburrimiento, el poderoso y su frustración, e inclusive aquellos que solo se dedican a ejecutar un cargo sin dedicarse a sí mismos. Por esto, es importante consagrarse a

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