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Resumen Donde Habitan Los Angeles


Enviado por   •  6 de Octubre de 2013  •  2.006 Palabras (9 Páginas)  •  4.217 Visitas

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Alumno: Ávila Narváez Jhonattan Alberto.

Materia: Métodos y pensamiento crítico.

Ecoturismo 1

-Después del entierro.

Mis pasos retumban en el corredor.

Tengo miedo necesito un abrazo de mis tíos, consuelo, compañía y sobre todo su amor.

Me siento indefenso, llevo aquí de vacaciones hace 18 años sin sospechar que esta ciudad se convertiría en su ciudad.

-Las vacaciones.

Cuando el tren llego a San Miguel. Recordé a mi madre diciéndome “Te portas bien, Panchito… Te lavas las manos antes de comer y no te olvides de cepillarte muy bien los dientes… Sé bueno con mi tía Chabela y, sobre todo, obedeces a mi tío Tacho…”

Mire por la ventana y ahí estaba, alto y de pelo demasiado corto, el miraba el tren con ansiedad. El nos recibió con gusto y nos dirigimos hacia el auto.

Éramos demasiados para caber es su carro, así que mientras la mitad del grupo se iba, yo me quede con los demás abrazados muy fuerte con miedo. Luego de esto el llego y nos fuimos.

-El cuarto de Camila.

Esta casa es demasiado antigua, está hecha de adobe, y sus paredes son muy anchas, por esto mismo estas guardan ruidos. Llegando a San Miguel, el Rorro nos grito ¡mis amores!, imitando la voz de su dueña. Mi tía Chabela “Su dueña” adoraba a ese perico.

Por lo único que se molestaba mi tía era porque maltrataran sus plantas.

Un día mí tío Tacho me dio una espada de plástico y me dijo que jugara un poco en donde estaban las plantas de mi tía.

Cuando ella se dio cuenta molesto y me mando al cuarto de Camila. Un lugar donde dicen que hay murió una chica.

Yo estaba asustado y mi tío me dijo que era un tonto por haberle hecho caso, sabiendo que no estaba permitido hacer lo que hice.

-El charco del ingenio.

Después de una semana de haber llegado a San Miguel, todos mis primos recibieron llamadas de su mama, excepto yo. Le pregunte a mi tía por qué no me ha hablado aun mi madre, y ella me dijo que el teléfono ha estado muy mal.

Un día mi tío nos llevo al Charco del Ingenio.

Mi tío nos ordeno que nos metiéramos a nadar, pero Caty y yo le dijimos que no sabíamos nadar, el se acerco y nos dijo que ahorita mismo aprenderíamos.

Ese día aprendimos a nadar, mientras gritábamos ¡Charco del ingenio! Una y otra vez. Después regresamos a San Miguel y yo estaba ilusionado con que mi madre me había llamado.

-La nevería.

Era primero de mes y decidimos mi tío tenía que ir a Celaya por medicamentos y decidió llevarnos.

Mi tío en el transcurso del viaje nos estuvo contando el cuento de los tres mosqueteros.

Llegando a Celaya fuimos a la nevería de Don Vicencio, le preguntamos al tío si podíamos, esperarlo ahí y consumir algunos helados. El les dijo que si podían, mientras organizaba sus papeles.

Cada quien pidió algo diferente, pero cuando llego el abuelo, todos se sorprendieron al darse cuenta que el no pagaría. Cuando le preguntaron él les grito que si no tenían dinero para pagar, y todos dijeron que no. El los regaño pero al final de cuentas le pidieron dinero prestado a Lino, para pagar sus helados.

-Corte de pelo.

Del dinero que me había dado mama, 5 pesos eran para un corte de pelo. Cuando le platique al tío Tacho, el me dijo que no gastara tanto dinero, que él podía cortárselo por un precio muy accesible. Cuando decidí cortármelo, mi tío empezó a pensar como me lo cortaría. Después de unas cuantas mochadas le dijo que se viera en el espejo. Cuando se vio, percibió que estaba tusado. Cuando Chavelita se da cuenta de que lo dejo mocho, le reclama.

*Porque lo dejaste así

*Me sorprende que me lo digas, porque es el corte de San Agustín.

-Los reyes magos

Todos habían regresado a su casa para pasarla bien el día de los dichosos reyes magos, bueno excepto yo. Me dijeron que fue porque mi madre estaba muy ocupada.

Yo me preocupe, creo que no me traerán nada este años los reyes magos.

Cuando le confesé esto a mi tío Tacho el me dijo que les escribiera una carta.

Por mis garabatos no iban a entender que les había pedido una bicicleta y unos patines.

El día 6 me levante muy entusiasmado, buscando mi regalo, pero no encontré absolutamente nada. De repente vi la puerta entre abierta y al salir vi excremento y a un lado mi bicicleta y mis patines. Eso me dio mucha felicidad.

-Mi papá.

Un día mientras practicaba con mis patines, me estrelle con una mesa de curiosidades, así le llamaba mi tía Chávela. Cuando empezó a recoger las cosas note una fotografía donde aparecía mi mama, mi papa y yo.

Al verla comencé a llorar porque el ya estaba muerto. Al darse cuenta mi tío que estaba llorando me abrazo, y yo le pregunte

-¿Por qué hay niños que si tienen papás, como mis primos y mis amigos de la escuela, y otros sin papás?

El me abrazo y me dijo que me quería como si yo fuese su propio hijo. Al escuchar eso me tranquilice por completo.

-Mi nueva casa: San Miguel

Mis tíos ya me habían inscrito en una nueva primaria, para cursar el primer año de primaria. También ya me compraron uniformes, ropa y juguetes, también cambiaron la decoración del cuarto de visitas, especialmente para mí.

Yo estaba encantado por todas esas cosas, pero después sentí un extraño sentimiento, y de la nada dije ¿Ya me voy a quedar aquí?

Mi tía me pregunto que si no me gustaba vivir aquí. Yo le dije que sí pero que extrañaba a mi mama.

Ella me dijo que ella tenía algunos asuntos pendientes que resolver. Pero al mismo tiempo que me lo decía su mirada encerraba ternura con tristeza y lastima.

-Anécdota sobre la mesa.

Para vacaciones de Semana Santa, mis primos vinieron a San Miguel.

En

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